“Public Figure”: el filme que refleja los peligros y las virtudes del fenómeno de las redes sociales

Emma Rose, Sebastian Tribbie y Rose McGowan son algunos de los “influencers” que lograron notoriedad y fortuna a partir de las nuevas tecnologías y que son retratados en la película. Infobae Cultura dialogó con Brian Corso, director del documental que examina el efecto psicológico que genera este bombardeo de estímulos. Se estrena por Sundance TV, el domingo 26 de enero

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La estrella sudafricana de televisión Bonang Matheba junto a sus fanáticos
La estrella sudafricana de televisión Bonang Matheba junto a sus fanáticos

La opinión pública se expresa y percibe hoy en día, en tiempo real y a través de las “redes sociales”. No es ninguna novedad: Instagram, Twitter, Facebook, YouTube son el nuevo ágora global. Millones de personas alrededor del mundo se conectan, fisgonean, interactúan, se exhiben en público y se ponen en escena durante una buena cantidad de las horas de un día. Entre ellos, asoman nuevas estrellas, los “influencers”, aquellos que acreditan un creciente número de seguidores y comparten sus habilidades (por nimias que sean), logros, obsesiones o simplemente pensamientos aleatorios. Todo parece estar ahí. Los efectos de semejante revolución están por verse.

La película Public Figure del realizador estadounidense Brian Corso que la señal Sundance TV estrena el domingo 26 a las 22 hs (repite Lunes 27 a las 20.40 y viernes 31 a las 14.30 hs.), afronta el desafío de reflejar este fenómeno de nueva comunicación social a través de un retrato de vida de una variedad de personas influyentes y a la vez, examina el efecto psicológico que genera este bombardeo de estímulos. “En términos de comunicaciones y negocios es el momento ideal: cualquier persona puede dar a conocer masivamente su mensaje. Pero todo depende quién y cómo lo haga, claro. No se dónde nos llevará este fenómeno: pensemos en el consumo de tabaco difundido en los medios y en las películas en los años 50, la gente simplemente fumaba y no conocía los efectos que podía causar esto en su salud. Con el tiempo eso se dio a conocer, y aquellos que abusaban comenzaron a buscar ayuda en terapia de grupos por ejemplo. Cosa que está empezando a suceder, ahora mismo”, le dijo a Infobae Cultura el realizador del documental.

Trailer de "Public Figure", de Brian Corso

La película sigue a una variedad de personajes influyentes, entre ellos el entrenador físico canadiense Gregory O’Gallagher, el fotógrafo Emmett Sparling, la influyente de estilo de vida y moda Emma Rose, la estrella sudafricana de televisión Bonang Matheba y, quizás lo más interesante, “el creador de memes” Sebastian Tribbie, también conocido como @youvegotnomale. En él se asienta el peso narrativo del relato con excesos, declamaciones de sus hábitos de consumo -legales e ilegales- y una afirmación autorreferencial que se desmiente en los hechos, justo en el segmento final del documental. Dice este muchacho de vestimenta colorida y gustos caros: “no puedo caminar por la calle en Nueva York, soy muy famoso”. Acto seguido la cámara lo sigue en un paseo por el parque de Washington Square -corazón de Manhattan. Nadie presta atención en él. Sirve como un recordatorio importante de la dicotomía “expectativa-realidad”, tan usada irónicamente en estos mismos ámbitos.

Precisamente fue Tribbie, con todas sus particularidades que lo vuelven inefable (memes, ropa, drogas, su interacción con otras celebridades), quien disparó la idea de este trabajo en el director Brian Corso. “Fue el primer personaje al que me acerqué. Lo contacté en Nueva York y a los pocos minutos me reuní con él. Me dijo cuán famoso era, que no podía caminar por la calle… Pensé ‘¿quién es este tipo?’ Enseguida me propuse saber cómo era realmente su vida y otros detalles. Y a la vez, inicié la investigación para encontrar gente realmente famosa en redes como Instagram por ejemplo. Ahí surgió la idea central de la película”, cuenta el realizador.

Sebastian Tribbie y Rose McGowan, dos de los protagonistas de la película
Sebastian Tribbie y Rose McGowan, dos de los protagonistas de la película

Así es que Public Figure se asoma a la trastienda que habita Tribbie detrás de las brillantes fotos de Instagram. Y emerge la realidad de ser un influencer: una de las primeras escenas de la película lo muestra despertando después de una noche de fiesta, algo confundido porque está en sofá en lugar de su cama. Todo esto es divertido e interesante, y produce muchos momentos graciosos, pero la película realmente se vuelve fascinante una vez que los psicólogos comienzan a discutir el efecto de las redes sociales en sus usuarios. “Obtener Me gusta es similar a un éxito, una droga”, afirma un psicólogo, explicando cómo funciona el cerebro al recibir comentarios positivos en las redes sociales. “Se parece sorprendentemente a los efectos de la cocaína. Dopamina es la palabra clave en este caso”.

La película afirma que se estima que aproximadamente 210 millones de personas tienen adicciones a las redes sociales, y Sean Parker, presidente fundador de Facebook, dice que ya no usa las redes sociales, porque es “una pérdida de tiempo”. Si bien algunos de estos “influyentes”, como los bloggers de viajes y comida Greg y Rebecca Remmy, afirman que les permitió explorar carreras que antes no hubieran sido posibles, otros revelan un lado más oscuro del fenómeno. El testimonio de Parker es particularmente revelador al respecto. Dice que “Mark (por Zuckerberg) y otros entendieron perfectamente el efecto que causarían estas prácticas, pero lo hicieron de todos modos”. Y concluye: “explotamos una debilidad de la psicología humana”. Lo dicen sin ningún pudor.

El filme se estrena por Sundance TV, el domingo 26 de enero
El filme se estrena por Sundance TV, el domingo 26 de enero

Otro segmento relevante del documental cuenta con la participación de la actriz Rose McGowan, figura clave en el movimiento #metoo y principal denunciante de las prácticas habituales de acoso sexual del afamado productor de Hollywood Harvey Weinstein. Según cuenta el director Brian Corso, fue precisamente el excéntrico Tribbie quien sugirió su presencia. “Sebastián me dijo que ella debía estar en la película. Entonces la contactamos. Aceptó, aportó su testimonio y creo fue muy valioso”. La aparición de la actriz y sus palabras contrastan con la abierta liviandad de las “influencia” que ejercen los otros personajes retratados a su lado. Punto a favor para el resultado final del documental.

Corso logra narrar hábilmente la evolución de los “influencers” y cómo convirtieron su cotidianidad en una redituable fuente de ingresos, al compartir sus experiencias con hordas de seguidores en Instagram, Snapchat y otras plataformas en línea.

Sin embargo, la película da un giro dramático cuando quien aparece es el destacado psicoterapeuta neoyorquino Harris Stratyner. “Nos dimos cuenta de que esta película realmente iría a otro lado”, explica Corso. Y más allá de las historias exitosas allí contadas, también se informa que no es raro que los influencers se despierten a altas horas de la madrugada para verificar el nivel de éxito de sus publicaciones, por ejemplo. Un precio que se paga por hacer realidad la famosa frase de Andy Warhol (¿cuántos seguidores tendría en su cuenta de Instagram, si viviera?). “Todos serán famosos por 15 minutos” es una profecía autocumplida finalmente.

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