Arte urbano: el fotógrafo que quiso detener el tiempo en las paredes de Buenos Aires

Antes que desaparezcan Gustavo Agrest compiló en un libro los murales de distintos artistas callejeros porteños. Infobae dialogó con el artista y con muralistas, quienes destacaron la importancia del registro documental

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Gustavo Agrest

El fotógrafo francés Henri Cartier-Bresson acuñó una de las frases más conocidas de la fotografía moderna cuando la definió como "el instante decisivo". Considerado el padre de las fotos urbanas y del fotoperiodismo, Cartier-Bresson enarbolaba una nueva forma de hacer las cosas. La instantánea tomada en el momento, la necesidad de agudizar los reflejos y la mirada, por sobre las claustrofóbicas y orquertadas puestas en escena que habían marcado el oficio durante años. "Se había acabado la época de posar en forma organizada, ahora se captaba el mundo inmóvil en movimiento", definía él mismo en 1938.

Martín Ron, Lean Frizzera, Emy Mariani – Registro de Arte Urbano (Gustavo Agrest)

El cambio de un estado de las cosas a otro daban en las fracciones de segundo intermedias la foto perfecta y la obsesión de Cartier-Bresson era conseguirla. El francés calaría hondo en un argentino del barrio de Belgrano, Gustavo Agrest, que se convertiría en fotógrafo fascinado por esa forma de ver el mundo, la ciudad, los instantes, la cámara como un arma, poderosísima, capaz de captar momentos y guardarlos para siempre. Y un poco de eso habla el "Registro de Arte Urbano" que Agrest acaba de publicar como testimonio de un mundo por definición efímero y condenado a la desaparición: el street art.

Gustavo Agrest

"La fotografía es el momento que pasó, porque la mirada no vuelve a ser la misma, el gesto no vuelve a ser el mismo, toda la circunstancia cambia y la foto es ese instante y ningún otro", parafrasea Agrest al fotógrafo francés, en una charla café de por medio con Infobae. Indaga en esa teoría que lo cautivó cuando hacía sus primeras armas en el oficio, la misma que hace seis años lo hizo convencerse de que la cámara, con su capacidad de inmortalizar momentos y ese arte fugaz en las paredes porteñas, estaban destinados a conjugarse. "Es una rebeldía contra lo efímero", sintentiza él.

Registro de Arte Urbano (Gustavo Agrest)

Todo comenzó en el año 2011 cuando caminando por Valparaíso, Chile, Gustavo notó que en las fachadas de las casas podían verse obras que no tenían nada que envidiarle a las que encerraban los marcos de los museos. Artistas que podrían haber exhibido sus trabajos en cualquier galería de cualquier capital, pero que decidían hacerlo en la calle. "Empecé a documentar ahí, porque digo 'pucha esto que es tan lindo está condenado a desaparecer, no puede pasar eso'", cuenta sobre la primera vez que notó que algo importante decían las paredes.

Milu Correch – Registro de Arte Urbano (Gustavo Agrest)

"Cuando volví a Buenos Aires empecé a prestar atención y me dí cuenta de que había una movida que yo no había visto", admite Agrest, que empezó a documentar, a estudiar la historia del street art, desde su nacimiento, pasando por la cultura hip-hop y hasta las distintas técnicas, "las bombas, el lettering, el stencil", enumera. Sería sin embargo el trabajo de los "muralistas" el que más iba a impactarlo y hacia el que decidiría apuntar su lente.

Martín Ron – Registro de Arte Urbano (Gustavo Agrest)

"Me impactó el tema de cómo se usa una ciudad, las paredes para comunicar distintas cosas que tienen que ver con el espíritu cultural de la gente que la habita", dice el fotógrafo que empezó a acumular imágenes de todos esos muros, a guardarlas, a acumularlas, a identificar a los artistas. Que en 2014 realizó una muestra en Dain Usina Cultural, donde expuso impresiones a gran escala de sus trabajos, evento que de algún modo dio origen al registro que acaba de publicar a través de Mecenazgo Cultural de la Ciudad de Buenos Aires, la iniciativa del gobierno que permitió financiar su propuesta.

Registro de Arte Urbano (Gustavo Agrest)

Infobae pudo mostrarles el libro a dos de los muralistas porteños más reconocidos a nivel nacional e internacional, Martín Ron y Alfredo "Pelado" Segatori, los que ignoraban la existencia de la publicación de Gustavo, en la que aparecen varias de sus obras y para la que tuvieron sólo palabras de agradecimiento y de asombro, por alguien que decidió dedicar años a dejar constancia de lo que ellos hacen.

Martín Ron – Registro de Arte Urbano (Gustavo Agrest)

"No sabía que se había hecho esta edición, está realmente muy linda, me hubiera gustado que nos hubiéramos podido contactar antes para poder aportarle alguna cosa", comentó con asombro genuino Segatori, autor de varias de las paredes que aparecen en el libro. Sobre una de ellas inclusive, ubicada sobre calle Juan B. Justo -un oso polar gigante rugiendo contra una petrolera que realizó para un proyecto conjunto con Greenpeace en el que fue ayudado por otros aristas- es que Agrest escribió la introducción de su libro.

Pelado Segatori – Registro de Arte Urbano (Gustavo Agrest)

"Como artista urbano yo estoy completamente a favor de este tipo de emprendimientos y de proyectos, porque yo descubro las obras que voy dejando en la ciudad a través de los ojos de un fotógrafo", opinó por su parte Ron, que definió a Agrest como un "cazador" de arte urbano y su trabajo como una verdadera "curaduría". "Es el testimonio y la evidencia de que algo también está sucediendo, porque uno pinta pero no tiene dimensión de cómo lo reciben las otras personas. Son los fotógrafos los que nos dejan ver eso, la mirada del otro por sobre tu obra. Es el registro documental de un momento histórico y lo único que nos permite que perdure en el tiempo", agregó el artista de Caseros.

Registro de Arte Urbano (Gustavo Agrest)

"Antes no miraba, miraba sin ver, como creo que le pasa a mucha gente y la verdad que Buenos Aires tiene un montón de cosas para ver en en las paredes", sumó Agrest pensando en todos esos años de fotografía urbana en los que caminó por Buenos Aires sin advertir que algo pasaba en las paredes. Sus encuadres unas veces pareciera fueran pinturas, sin siquiera una baldosa de calle que revele el soporte, en otras los muros dialogan directamente con la urbe, quedan en evidencia a partir de un árbol que rompe el equilibrio o de un vagabundo que duerme en algún rincón de su cuadro.

Lean Frizzera – Registro de Arte Urbano (Gustavo Agrest)

La arquitecta Daiana Saiegh y la directora del proyecto Gabriela Jurevicius son dos de las personas a las que Gustavo, antes de decidir si sus fotos podían dar origen a algo más, les mostró sus trabajos. La respuesta fue inmediata: "Hay que hacer algo con esto". Le siguió la presentación en Mecenazgo Cultural que derivó en la presentación del libro, el pasado 23 de Noviembre en el Palacio San Miguel.

Pelado Segatori – Registro de Arte Urbano (Gustavo Agrest)

Por estos días Gustavo cree en un proyecto que le gustaría algún día poder ver realizado y en el que espera puedan estar sus fotos, las del libro y también las miles que quedaron fuera de la edición: que así como el municipio de Berlín creó este año un "Museo de arte urbano", el gobierno porteño impulse uno igual en Buenos Aires. "Las obras duran en promedio tres años, hasta que son vandalizadas o tapadas por otros artistas. La mayoría de las que aparecen en el libro inclusive ya no están", explicó en esa línea, e insistió sobre la necesidad -y el sueño- de que haya un lugar así en la Ciudad.

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