Gremios alertan que la reforma laboral representa un desbalance en la relación empresa-trabajador

La alianza Aliadas pondrá a consideración del Congreso de la República y el Gobierno nacional algunas propuestas para la construcción de una iniciativa que mejore las condiciones laborales de los empleados

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María Claudia Lacouture, presidenta de Aliadas y de AmCham Colombia, y Gloria Inés Ramírez, ministra del Trabajo.
María Claudia Lacouture, presidenta de Aliadas y de AmCham Colombia, y Gloria Inés Ramírez, ministra del Trabajo.

Los 41 gremios y asociaciones que hacen parte de la alianza Aliadas instaron a que el proyecto de reforma laboral que presentó el Ministerio de Trabajo a consideración del Congreso de la República propicie un equilibrio en la relación entre trabajadores y empleadores mediante la disposición de normas que estimulen la generación de nuevos puestos de trabajo formal, garanticen la dinámica productiva y no encarezcan los costos laborales en detrimento del empleo y teniendo en cuenta el contexto económico y social que afronta el país.

El llamado lo hicieron durante la reunión con la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, en donde se advirtió del perjuicio que tendría para el empleo y el tejido empresarial colombiano con la modificación del horario diurno para que finalice a las 6:00 p. m., el aumento en valor de los recargos nocturnos y festivos, las nuevas disposiciones relacionadas con los contratos de prestación de servicios y la obligatoriedad de convertir en contratos a término fijo los actuales contratos de aprendizaje.

Indicaron que en un país donde la informalidad llega a 58% y donde las micro, pequeñas y medianas empresas representan más del 90% de tejido empresarial y el 35% del PIB nacional, es indispensable desarrollar políticas que contribuyan a incentivar la formalización y a dar herramientas para la generación de empleo, y no solo ver una cara de la moneda, originando un desequilibrio en relación trabajadores-empleados.

Recordaron que en Colombia el 80% del crecimiento económico del país se da por el gasto de los hogares, este por las inversiones, remesas y remuneración por el empleo, recursos que provienen principalmente por parte del tejido empresarial.

“Si no fortalecemos e incentivamos a que más empresas sean formales y contribuyan a través de la creación de puestos de trabajo, estaremos impidiendo la viabilidad de quienes trabajan para impulsar al desarrollo nacional”, anotó la presidenta de Aliadas, María Claudia Lacouture, presidenta de la Cámara de Comercio Colombo Americana (AmCham Colombia).

El articulado propuesto por el Gobierno nacional, a juicio de AmCham Colombia, representa un desbalance en la relación empresa-trabajador, al aumentar de manera considerable los costos de contratación, lo que conducirá a las empresas a revisar sus necesidades laborales para ajustarse a la normatividad propuesta lo que iría en detrimento de la estabilidad laboral.

En el encuentro con la ministra de Trabajo se advirtió que actualmente hay sectores económicos con alta incidencia en la generación de empleo como la seguridad privada, el comercio, gastronomía, turismo y entretenimiento, que por su naturaleza prestan servicio en horario nocturno o fines de semana, los cuales tendrían que minimizar su capacidad laboral de aprobarse el cambio en la definición de la jornada de trabajo.

“La reducción horaria de la jornada diurna y el incremento en los recargos por trabajo dominicales y festivos generará un fuerte impacto en los valores de hora de trabajo y será inevitable repensar las jornadas y turnos de trabajo con los que las empresas gestionan sus actividades”, advirtió Lacouture.

Así las cosas, Aliadas propuso que en los sectores que por su concepción deben adelantar trabajo de manera ordinaria en jornadas que incluyen la noche, no como algo esporádico, sino que son de la esencia de su servicio y/o actividad, se necesita establecer una jornada laboral especial que por su naturaleza económica en jornada nocturna y de fines de semana, requiere de un tratamiento diferencial.

Contratos de aprendizaje

En relación con los contratos de aprendizaje, se señaló que el cambio en su naturaleza, convirtiéndolo en un contrato a término fijo más el cambio en la monetización, terminará siendo oneroso para los empleadores, especialmente, al encontrarse hoy en día con la falta de aprendices y pertinencia del conocimiento de estos para las necesidades del tejido empresarial.

Al respecto se indicó que hoy en día se observa que muchas empresas al contratar aprendices del Sena no encuentran en ellos compatibilidad y pertinencia en su capacitación con las necesidades del sector productivo, por lo que muchas empresas optan por la monetización impidiendo cumplir con la vinculación de estos aspirantes el mercado laboral, realidad señalada por la Misión de Empleo.

“Urge, entonces, una reforma al Sena para que la formación que imparte a miles de jóvenes en todo el país esté acorde con las necesidades de las empresas productivas y de servicios y que el contrato de aprendizaje sea, en efecto, la oportunidad para que el joven tenga una primera experiencia laboral, con una remuneración justa y que al mismo tiempo contribuya al crecimiento de su empresa”.

La presidenta de Aliadas y de AmCham Colombia también alertó sobre los cambios en los procesos para la terminación de contratos de trabajo y procesos de indemnización cuando haya lugar, para que tengan límites y proporcionalidad al tiempo trabajado por el pago de la respectiva indemnización y no un valor único sin contemplar la antigüedad del trabajador.

Esta manifestó que en lugar de reforzar la obligatoriedad de un contrato a término indefinido y limitar el uso de modalidades contractuales, en el proceso de discusión del proyecto de ley se pueden plantear modalidades más flexibles de vinculación de personal que les permita a las empresas ajustar las necesidades de contratación a las realidades de los mercados, especialmente en una economía que atraviesa un alto pico inflacionario e insumos con costos elevados. Dicha flexibilización implica el acompañamiento de aportes y salario acorde al trabajo sin que implique la precarización del empleo.

“Es relevante que las propuestas legislativas tengan también implícitos mensajes de seguridad y estabilidad jurídica para los inversionistas, ofrecer reglas claras y especialmente estímulos al empleo formal tanto en las zonas urbanas como rurales para combatir la informalidad laboral que hoy llega al 58% de los trabajadores y en donde las micro, pequeñas y medianas empresas del sector privado son las más grandes empleadoras”, indicó Lacouture.

Sostuvo también que los sobrecostos en la generación y/o mantenimiento del empleo no guardan relación con la condición del mercado laboral, pues las empresas hasta ahora se recuperan de los impactos de la pandemia del covid-19 y están afectadas por la alta inflación y altas tasas de interés, entre otras variables.

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