Hablamos con personas adictas al secador de pelo

Por Ana Iris Simón

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Imagen vía Jo_Johnston/Pixabay/CC0
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"Se me quemó el teclado de un portátil porque me quedé dormida estudiando y con el secador conectado".

En bachillerato, mi mejor amiga solía quedarse a dormir en casa con la excusa de estudiar para selectividad. En realidad, lo que hacíamos era ver pelis piratas, mirar Fotolog y ponernos hasta arriba de Tosta Rica y leche condensada, pero ese no es el tema que hoy nos ocupa. En lo que nos centraremos hoy es en que mi mejor amiga solía quedarse a dormir en casa, y en que más de una noche y más de dos se quedó sobada con el secador encendido apuntándole a la cara.

Años después, descubro que la compañera de piso de otra amiga usa el secador, de media, unas tres veces al día. Se va al baño y se empieza a oír el murmullo del aparato sin que lo preceda ruido de agua cayendo, ergo la compañera de piso de mi amiga se da con el secador sin necesidad de hacerlo, sin tener el pelo mojado, varias veces al día. Ato cabos y empiezo a preguntarme si habrá peña adicta al secador.

Cuando hablamos con adictos al Respibien, aprendí que en Facebook, aunque se esté hundiendo, aún hay hueco para todas las comunidades que puedas imaginarte, así que pongo en el buscador: "adicción secador". Fracaso. Lo intento con "adictos al secador" y también. Pero hago un último intento con una combinación más sutil: "sonido secador". Y ahí está. Encuentro un grupo en Facebook con más de 300 miembros y el nombre "El sonido relajante que hacen el secador de pelo y la aspiradora". Me pongo en contacto con algunos de ellos para saber en qué consiste su peculiar filia.

Raquel es la primera persona con la que hablo. Lleva más de 15 años usando el secador para estudiar o relajarse. "Lo descubrí en la adolescencia y desde entonces siempre me ha acompañado. Tengo siempre tres secadores en casa. Lo malo es que me duran solamente unos cuatro meses, porque se funden de tanto usarlos. Guardo todo, caja y ticket, y siempre consigo que me los cambien por secadores nuevos porque están en garantía y aparentemente perfectos", me cuenta.

Sara* también usa varios secadores al año porque, para que sean de su agrado, "no tienen que ser de peluquería, ya que emiten un sonido más fuerte, sino de peor calidad. Y claro, se rompen con el uso", comenta. Lleva usando el ruido de secadores para relajarse desde que en la universidad tenía periodos de exámenes.

“Tengo siempre tres secadores en casa. Lo malo es que me duran solamente unos cuatro meses, porque se funden de tanto usarlos”

"Descubrí que, por las noches, me quedaba mucho más tiempo del necesario secándome el pelo, cuando ya lo tenía seco, porque me relajaba. Y empecé a usarlo sin el pelo mojado. He probado también con vídeos ASMR de ruidos blancos, pero no surten el mismo efecto", comenta Sara.

Y me da la clave: los ruidos blancos, "sonidos aleatorios que poseen la misma densidad espectral de potencia a lo largo de toda la banda de frecuencias". El doctor César Gonzalo Domínguez, coordinador de servicios audiológicos especializados de GAES, me explica qué son. "Son ruidos muy planos, en los que todas las frecuencias tienen la misma sonoridad. No hay un sonido que sea más alto que otro y se utiliza todas las frecuencias. Es un ruido de banda muy ancha, constante y plano.

Estimula el oído en todas las partes por igual y, como su tonalidad no tiene picos, la persona se habitúa muy rápidamente a él. Prácticamente puede llegar incluso a acostumbrarse al ruido blanco y dejar de oírlo. También tapa y enmascara ruidos externos, en cierta manera 'inhibe' en ruido, aísla del resto de sonidos sin llegar a desconcentrarte. De ahí que mucha gente lo use para eso".

Un electrodoméstico funcionando, un televisor sin sintonizar o un secador serían ejemplos de ruido blanco. Y eso explicaría que alguna gente use el secador y no sea para secarse el cabello. "Son ruidos constantes, tenues, que nos alejan del resto de ruidos: el tráfico, la gente… por eso nos ayudan a relajarnos o conciliar el sueño. Incluso he conocido el caso de una familia que tiene que encender la campana extractora de la cocina para que su bebé se duerma", afirma la psicóloga Inés Bárcenas.

Pero, ¿podría llegar a ser peligroso el uso del secador para relajarse o dormirse? "Yo me pongo una alarma una media hora o cuarenta minutos después de empezar a usar el secador por las noches, por si me duermo, que no haya ninguna desgracia", me cuenta Pedro*, que también pertenece al grupo de Facebook que idolatra los ruidos blancos. "Empecé a usarlo porque me gustaba el sonido, nunca me seco el pelo porque lo tengo corto. Pero desde pequeño me gustaba cómo sonaba la lavadora, el ventilador…".

Raquel sí que ha tenido algún susto. "Una vez, hace años, quemé el teclado de mi portátil porque me quedé dormida con el secador encendido mientras estudiaba. Ha sido lo único 'peligroso' que me ha ocurrido en todos estos años", dice.

“Yo me pongo una alarma una media hora o cuarenta minutos después de empezar a usar el secador por las noches, por si me duermo, que no haya ninguna desgracia”

En cuanto a las posibles consecuencias para la salud auditiva, el doctor César Gonzalo Domínguez afirma que "los ruidos blancos puros no son lo más recomendable".

"Nosotros los empleamos en tratamientos como las de reeducación auditiva, pero no usamos ruido blanco puro, como el que emiten los secadores, porque es perjudicial. La parte del oído interno que recibe los sonidos agudos se lesionan ante sonidos muy intensos, como podría ser el ruido de discoteca, pero tiene la peculiaridad de que se regeneran.

Pero el ruido blanco, al ser tan ancho de banda, si lo escuchas en una intensidad elevada durante mucho tiempo también afecta a esa zona que recibe las frecuencias agudas. Y, si te sometes durante mucho tiempo a él, si no le das el silencio que necesita y usas una y otra vez el secador, impides que se regenere", explica.

Además de contar sus experiencias con el ruido blanco, en el grupo de Facebook al que pertenecen Sara, Raquel o Pedro cuelgan vídeos ASMR de ruidos blancos. Los hay en los que aparecen personas secándose el pelo y los hay en los que, simplemente, pueden verse secadores funcionando durante más de una hora. "Están bien, pero prefiero hacerlo yo misma", me responde Pilar cuando le pregunto si funcionan.

"Lo que más me relaja del secador es, sobre todo, su sonido", dice Pilar, "pero tiene muchas más cosas que me gustan: da aire caliente y muy suave, y puedo cantar sin que se me oiga cuando, después de secarme el pelo, me paso otros 15 o 20 minutos con el secador enchufado dándome en la cara. Además, me siento más limpia después de un buen rato de secador", comenta. Me despido de ella y le pregunto que cuándo será la próxima vez que lo use. Me responde que esta noche.

Publicado originalmente en VICE.com