
Muchas de las mejores series del año parecieron conversar entre ellas, incluyendo 'Severance', 'The Pitt', 'Andor', 'Pluribus' y 'The Lowdown'.
Las que conversan entre ellas
De vez en cuando, muchos de nosotros le contestamos al televisor. (Una vez, Elvis Presley le dio al suyo una buena retroalimentación con una pistola). Algunos incluso terminamos ganándonos la vida con ello.
Pero lo que me llamó la atención mientras seleccionaba mis programas favoritos de 2025, fue que muchos de ellos parecían hablar entre sí, y mantenían animados diálogos sobre arte, naturaleza humana, incluso política.
¿Y por qué no? Las series surgen de la misma cultura y clima. Respiran el mismo aire. Así, en 2025 vimos las mismas ideas crecer y adoptar formas diferentes en animaciones fantasiosas y dramas realistas, en documentales y en comedias. Aquí presento mi selección en forma de cinco pares que se complementan, para obtener un total de 10 programas con los que vale la pena emparejarse. (Están en orden alfabético, tomando en cuenta el primer elemento del par).
Andor (Disney+) y Pluribus (Apple TV)
En 2025, la revolución se sintió en el aire (incluso en el nuevo documental de Ken Burns). Y el tema de la agitación social permeó estas dos series, cada una de ellas siguiendo la tradición de la parábola de ciencia ficción.
En Andor, la precuela de Star Wars de Tony Gilroy que muestra el inicio del plan para acabar con el Imperio, los paralelismos con los movimientos de resistencia del mundo real eran evidentes incluso antes de que los manifestantes de la protesta de "No a los reyes" empezaran a citar su frase "Tengo amigos en todos lados". Al combinar la emoción rebelde de las primeras cintas de Star Wars con un sentido crudo de la praxis revolucionaria, la segunda y última temporada fue una exploración firme y conmovedora de lo que implica, y lo que cuesta, la lucha por la libertad.
Mientras tanto, en la Tierra, en Pluribus la rebelión es un proyecto más solitario. Después de que el ARN alienígena hace que casi todas las personas vivas del mundo se unan a una extasiada conciencia colectiva, Carol Sturka (Rhea Seehorn), una de las pocas personas que no cambiaron, lucha por conservar su individualidad, aunque eso signifique sufrir. Es una fantasía estrafalaria y absolutamente impredecible, cuyo punto central es riquísimo en lecturas: ¿Se trata del aislamiento? ¿Del conformismo? ¿Del hedonismo? ¿De la inteligencia artificial? ¿Nada de eso? ¿Todas las anteriores?
En Andor, la comunidad es un salvavidas; en Pluribus, el comunalismo forzado es una pesadilla. En ambos casos, grandes ideas nos dieron grandes emociones.
(Puedes ver Andor en Disney+; Pluribus en Apple TV).
Common Side Effects (Adult Swim) y The Lowdown (FX)
Los buscadores de conspiraciones están entre las figuras definitorias de nuestro tiempo: publican en redes sociales, presentan pódcast y, a veces, ocupan altos cargos en el gobierno. En estas series, muy diferentes pero complementarias, son los héroes.
El thriller farmacéutico animado Common Side Effects gira en torno a Marshall Cuso (Dave King), un excéntrico adepto a la medicina natural que descubre un hongo que puede curar al parecer, todo. Si esto parece un milagro, es una maldición para los magnates de las farmacéuticas, que deciden acabar con él como sea necesario. Steve Hely (Veep) y Joseph Bennett (Scavengers Reign) crearon una historia de suspenso inteligente y alucinante sobre el negocio de la enfermedad y la audacia de la salud.
En The Lowdown , de Sterlin Harjo, el picaresco paranoico es Lee Raybon (Ethan Hawke), un "historiador de la verdad" de Tulsa que tira de los hilos sueltos de un enredo inmobiliario y político en el que está implicada una poderosa familia local. Igual que en Reservation Dogs de Harjo, es la especificidad regional lo que da vida a la historia; en el fondo, esta aventura noir gira en torno a quién es el dueño de Oklahoma y a quién se lo arrebataron, una serie de crímenes que se remontan a varias generaciones.
Ambas series identifican un tipo de enfermedad en la tierra; ambas sugieren que unos forasteros locos y con sentido de la justicia podrían ser la cura.
(Puedes ver Common Side Effects en HBO Max; The Lowdown en Hulu).
Dying for Sex (FX) y Long Story Short (Netflix)
Se podría decir que todas las historias son sobre la muerte; saber que moriremos es lo que hace humanos a los seres humanos. Pero en estas dos series --una es un drama cómico, la otra una comedia agridulce-- la mortalidad nos hace enfrentarnos a la vida.
Dying for Sex , creada por Kim Rosenstock y Elizabeth Meriwether, presenta a Michelle Williams en el papel de Molly, una mujer cuyo diagnóstico de cáncer terminal la motiva a buscar lo único que falta en su vida: un orgasmo. Conmovedora y aventurera a partes iguales, es una audaz exploración de lo que significa vivir y morir en un cuerpo.
La primera temporada de la comedia animada sobre una familia judía Long Story Short empieza y termina con funerales, y su trama, que alterna entre épocas, está marcada por la revelación de que la matriarca de la familia murió en la pandemia de covid. Pero también es divertidísima; está cargada de una energía cacofónica y no duda a la hora de hacer un juego de palabras desvergonzado. Al reunir al creador Raphael Bob-Waksberg y a la animadora Lisa Hanawalt, quienes sacaron carcajadas de los traumas en BoJack Horseman, ofrece una comedia de situaciones psicológicamente perspicaz, el equivalente televisivo del clásico brindis judío: ¡Por la vida!
(Puedes ver Dying for Sex en Hulu; Long Story Short en Netflix).
El mismísimo Pee-wee (HBO) y El ensayo (HBO)
¿Quién eres? No, ¿quién eres, realmente? La respuesta puede ser complicada: existe el tú que vive dentro de tu cabeza, y las muchas versiones que presentas a los demás.
Para el actor Paul Reubens, fallecido en 2023, crear una imagen fue el trabajo de toda una vida. También lo es para el científico loco cómico Nathan Fielder. En estas series --un documental y un experimento social que roza el documental-- la representación del ser puede ser un arte, una maldición, incluso un salvavidas. El mismísimo Pee-wee , de Matt Wolf, es en parte una colaboración con Reubens y en parte un sutil combate. El actor quiere explicarse y refutar las injustas acusaciones de conducta sexual inapropiada que arruinaron su carrera, pero también teme dejar que otra persona cuente su historia. Pero esa historia es espectacular: Wolf detalla cómo la creación de Reubens --Pee-wee Herman, el hombre-niño del programa infantil-- impulsó su carrera al tiempo que lo convertía en un personaje secundario en su propia vida.
Fielder, por su parte, ha adoptado capas de metaactuación para su trabajo. En la segunda temporada de El ensayo , plantea que los juegos de rol pueden evitar los accidentes aéreos al mejorar la comunicación entre pilotos. Por más sentido que tenga su teoría desde un punto de vista aeronáutico, sus simulaciones, cada vez más audaces, sostienen convincentemente que el secreto del éxito --y tal vez de la vida misma-- es comprometerse por completo con el papel.
(Puedes ver El mismísimo Pee-wee en HBO Max; El ensayo en HBO Max).
The Pitt (HBO Max) y Severance (Apple TV)
Dos de los dramas más adictivos del año estuvieron conectados, no tanto por elección, sino por una narrativa que los mostraba como adversarios en una batalla sobre el futuro de la televisión.
Según esta lectura, que alcanzó su punto máximo alrededor de los Emmy, el drama de oficina de ciencia ficción Severance era el paradigma del nuevo modelo de televisión en streaming (temporadas cortas espaciadas una eternidad; episodios pulidos, costosos y muy trabajados; tramas serializadas y elaboradas) y el melodrama de hospital The Pitt era la resurrección de la buena tele de toda la vida (15, sí, 15 episodios estrenados semanalmente; una segunda temporada encaminada a llegar un año después de la primera; arcos narrativos breves y concisos).
Sin embargo, estos entretenimientos adictivos no estaban totalmente reñidos. La propia The Pitt era una serie en streaming que aprovechaba las libertades del formato (tanto en términos de lenguaje como de crudeza médica realista) y usaba un formato en tiempo real que también funciona para maratonear. Y la irresistible segunda temporada de Severance, que emitió episodios semanales después de su estreno, generó el tipo de conversación de oficina obsesiva que evocaba los días de gloria de Juego de tronos y Lost.
Al final, hay más de una forma de ofrecer ese clásico placer televisivo: ver a otra persona tener un día sumamente estresante en el trabajo.
(Puedes ver The Pitt en HBO Max y Severance en Apple TV).
Menciones honoríficas: Alien: Planeta Tierra (FX); The American Revolution (PBS); La Silla (HBO); Death by Lightning (Netflix); Hacks (HBO Max); Hal & Harper (Mubi); Los reyes de la colina (Hulu); Matabot (Apple TV); Al norte del norte (Netflix); Platónico (Apple TV); South Park (Comedy Central); The Studio (Apple TV).
Imperfectas, pero fascinantes: El Oso (FX); Fundación (Apple TV); Paradise (Hulu).
Los mejores programas internacionales
Ver series de televisión internacionales este año que termina fue un poco como los viejos tiempos del cine de arte. Hubo programas nuevos de algunos de los cineastas más distinguidos del mundo, como Marco Bellocchio (Exterior noche), Hirokazu Kore-eda (Asura), Thomas Vinterberg (Families Like Ours) y Joe Wright (Mussolini: Hijo del siglo).
Esas series están en mi lista de los 10 programas hechos fuera de Estados Unidos que más me gustaron, presentada aquí por orden alfabético. (Una vez más, mi hoja de cálculo personal de series internacionales nuevas y que regresan ha alcanzado un nuevo y asombroso récord: 1022 títulos en los últimos 12 meses).
Asura (Netflix)
En los últimos tres años, el director japonés Hirokazu Kore-eda ha estrenado dos obras maestras idiosincrásicas, Broker: Intercambiando vidas y Monster . También encontró tiempo para escribir y dirigir esta miniserie, muy diferente, para Netflix, un exuberante melodrama familiar a la antigua (filmado en película por Mikiya Takimoto) sobre cuatro hermanas en el Tokio de 1979 que descubren que su anciano padre ha estado ocultando una segunda familia. Su hábil descripción de tiempos y roles cambiantes trae a la mente a las sagas domésticas de The Makioka Sisters de Yasujiro Ozu y Kon Ichikawa, pero deja más espacio para un sentido del humor irónico.
(Puedes ver Asura en Netflix).
Dan Da Dan (Crunchyroll/Hulu/Netflix)
Momo y Ken, son dos mejores amigos de la escuela que tienen poderes sobrenaturales (y que comparten una casta tensión sexual). También son una pareja perfecta para el anime: tiernos, burlones, vulnerables y muy, muy buenos para destruir cosas. Eso también describe a Dan Da Dan, cuyo nivel de disfrute cinético por fotograma es excepcionalmente alto. Momo, Ken y sus amigos y enemigos --que en la segunda temporada incluían un gusano de la muerte volcánico y un kaiju espacial del tamaño de Godzilla-- se sienten fantásticos y reales a la vez, un tributo al guion de la serie y al trabajo desbordado pero bellamente detallado del estudio de animación Science Saru.
(Puedes ver Dan Da Dan en Crunchyroll, Hulu y Netflix).
Diario de una chica experta en desastres de amor (Netflix)
Amanda (Carla Sehn), una sueca de 30 años, lleva 10 años sin novio. Esta serie de textura particular --estridente, pero agridulce-- muestra cómo hace todo lo posible por romper ese período de sequía. La rodean los rostros habituales: hombres encantadores pero inútiles; un exuberante grupo de amigas; padres boomers egocéntricos; una hermana de la que depende y con la que está resentida. Pero los elementos habituales de la comedia romántica, la historia de madurez y la farsa sexual se manejan con una agudeza y delicadeza inusuales, y Sehn interpreta con notable simpatía a un personaje que no siempre resulta fácil de querer.
(Puedes ver Diario de una chica experta en desastres de amor en Netflix).
Exterior noche (MHz Choice) y Mussolini: Hijo del siglo (Mubi)
Dos dramas históricos italianos dirigidos por cineastas destacados examinaron la adopción de la violencia en extremos opuestos del espectro político. Exterior Night, de Marco Bellocchio, primero estrenada como un largometraje de 344 minutos, utilizó un enfoque semidocumental, casi académico, para mostrar el secuestro y asesinato en 1978 del político Aldo Moro a manos de los terroristas marxistas conocidos como las Brigadas Rojas. Los episodios presentaban el destino de Moro (Fabrizio Gifuni), y la atmósfera de terror en la que ocurrió, desde las perspectivas de sus colegas del gobierno, su familia, el papado, los terroristas y finalmente, de forma desgarradora, el propio Moro.
Mussolini: Hijo del siglo, de Joe Wright, tomó una dirección estilística diferente al representar los primeros años del ascenso de Benito Mussolini como una fantasmagoría de humor negro, incorporando una teatralidad circense, montajes cinematográficos futuristas y un Mussolini (Luca Marinelli) que se luce ante la cámara como el verdadero Il Duce se lucía ante el pueblo italiano. Al culminar con la aceptación por parte de Mussolini de la violencia sin tapujos como precio del poder --completando su metamorfosis de narcisista oportunista a dictador fascista--, Hijo del siglo es una advertencia contundente presentada en forma de vívido entretenimiento.
(Puedes ver Mussolini: Hijo del siglo en Mubi; puedes ver Exterior Night en MHz Choice).
Families Like Ours (Netflix)
El director danés Thomas Vinterberg (Festen: La celebración) imagina la catástrofe climática tanto en los términos más amplios como en los más íntimos: el gobierno de Dinamarca ha decidido que el ascenso del nivel del agua hará inhabitable la nación, y esta elegante miniserie sigue el destino de un puñado de los seis millones de daneses a los que se les ordena marcharse. A medida que una sociedad engreída y cómoda se separa y se dispersa entre sus poco acogedores vecinos, el desastre medioambiental se convierte en el telón de fondo de un tenso y melancólico drama familiar.
(Puedes ver Families Like Ours en Netflix).
Just for Today (ChaiFlicks)
Nir Bergman, creador del programa israelí que inspiró In Treatment de HBO, escribió y dirigió esta sobria y potente serie sobre una casa de reinserción para exconvictos en libertad condicional en Tel Aviv. (Emitida originalmente en Israel en 2019, este año se estrenó en Estados Unidos en streaming por suscripción). La talentosa consejera Anat (Tal Lifshitz), vista en un principio como una pasante idealista que se acerca demasiado a un cliente, se convierte en una administradora estricta que supervisa el cierre de la casa. A medida que los residentes se ven obligados a volver al mundo antes de tiempo, sus historias se desarrollan de maneras sorprendentes y dolorosas.
(Puedes ver Just for Today en ChaiFlicks).
Kiff (Disney Channel)
En el saturado campo de las series infantiles hechas pensando también en los padres, Kiff destaca junto a Hora de aventura y Bluey. Kiff, una ardilla muy demandante, y Barry, un conejo muy relajado (con las voces en inglés de Kimiko Glenn y H. Michael Croner), son dos mejores amigos de la escuela cuya confianza en su propia sofisticación y despreocupación llena de ritmo es alta, pero no total. Es en ese vacío donde la serie encuentra un humor que cae bien; urbano pero bufonesco, encantador pero nunca empalagoso. Los creadores de la serie, Lucy Heavens y Nic Smal, viven en Sudáfrica, y su escenario, Table Town, es una versión caricaturizada de Ciudad del Cabo.
(Puedes ver Kiff en Disney Now o Disney+).
Mafia (Viaplay)
Ambientada en la Suecia de la década de 1990, donde el contrabando de cigarros por parte de inmigrantes yugoslavos (y diplomáticos) marca el inicio de la expansión del crimen organizado, esta inteligente y discreta miniserie sigue el arco clásico de una saga de gángsters. Sin embargo, pocos clichés románticos se aplican a sus protagonistas: la policía (Katia Winter) y el delincuente (Peshang Rad) cuyos destinos se entrecruzan son personajes testarudos, poco entrañables, y sus esfuerzos a menudo se ven socavados por su cautela y cobardía. La violenta desintegración de Yugoslavia, que se desarrolla en las pantallas de televisión de las casas, funciona como la banda sonora de la serie; la sensación de haberse quedado sin hogar ayuda a convertir a unos criminales de poca monta en mafiosos despiadados.
Unforgotten (PBS)
A lo largo de seis temporadas, Chris Lang y Andy Wilson han escrito y dirigido, respectivamente, todos los episodios de este drama policial británico, lo que probablemente explica en gran medida la seguridad con la que está ejecutado y la sensación de cálido confort que transmite. Sin embargo, el verdadero secreto de la serie es la interpretación de Sanjeev Bhaskar como Sunny, el epítome del policía de casos sin resolver empático e intuitivo: azote de los delincuentes escurridizos, consuelo para los familiares que han perdido a alguien, y sustituto irritable pero divertido para el público de Masterpiece de PBS. Tras algunos tropiezos narrativos, la serie volvió a encontrar su rumbo en la sexta temporada, pero Bhaskar nunca ha flaqueado.
(Puedes ver Unforgotten en PBS).
Menciones Honoríficas: Adolescencia (Netflix); El mejor infarto de mi vida (Hulu); Blue Lights, tercera temporada (BritBox); Las muertas (Netflix); El eternauta (Netflix); Su Majestad (Amazon Prime Video); El camino estrecho al norte profundo (Amazon Prime Video); Pati (HBO Max); Caballos lentos, quinta temporada (Apple TV); Soldiers (MHz Choice).
James Poniewozik es el crítico jefe de televisión del Times. Escribe reseñas y ensayos enfocados en la televisión como un reflejo de la cultura y la política cambiantes.
Mike Hale es crítico de televisión para el Times. También escribe sobre video en línea, películas y medios.
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