Una explicación sobre las prisiones kurdas para miembros del Estado Islámico

Por Charlie Savage

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Refugiados sirios en un campamento a las afueras de Kahramanmaras, en el sureste de Turquía, el 31 de agosto de 2019 (Mauricio Lima / The New York Times)
Refugiados sirios en un campamento a las afueras de Kahramanmaras, en el sureste de Turquía, el 31 de agosto de 2019 (Mauricio Lima / The New York Times)

WASHINGTON — El caos creciente en el norte de Siria debido a los avances de los ataques de Turquía a los antiguos aliados kurdos de Estados Unidos está generando preocupaciones sobre el destino de los miles de detenidos de la organización del Estado Islámico (EI) que permanecen en prisiones de guerra improvisadas por los kurdos.

Cuando el presidente Donald Trump anunció que había dejado el camino libre para la operación militar turca en el norte de Siria, también insistió en que Turquía debía asumir la responsabilidad por los combatientes capturados del Estado Islámico y sus familias. Luego, afirmó que Estados Unidos iba a poner bajo su custodia a los miembros más peligrosos. Pero mientras el Pentágono se alista para retirar a las tropas del norte de Siria, no queda en absoluto claro si alguno de los dos escenarios sucederá.

¿QUÉ ESTÁ SUCEDIENDO EN EL NORTE DE SIRIA?

La situación es profundamente complicada. Turquía ha iniciado una invasión contra las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), lideradas por los kurdos, quienes controlan el norte de Siria y fueron los aliados principales de Estados Unidos contra el Estado Islámico en ese país. Dentro de sus fronteras, Turquía ha estado en guerra contra los separatistas kurdos y considera terroristas a los kurdos sirios.

La presencia de las tropas estadounidenses junto a los kurdos había ayudado a mantener una paz frágil. Pero desde que Trump autorizó a Turquía a iniciar una operación en Siria y dijo que Estados Unidos replegaría a las fuerzas estadounidenses de una zona fronteriza, Turquía y una milicia siria árabe han asesinado a muchos kurdos, y quizás incluso han abierto fuego deliberadamente cerca de las fuerzas estadounidenses. El domingo, el Pentágono anunció que Trump había ordenado un retiro total de los soldados estadounidenses del norte de Siria.

Mientras tanto, el presidente sirio, Bashar al Asad, apoyado por Rusia, controla el sur del país y quiere recuperar todo el territorio. Este domingo, los kurdos aparentemente llegaron a un acuerdo con el gobierno sirio, pero los detalles —y lo que podría significar para los detenidos— aún no están claros.

Los combatientes kurdos con los soldados de las Fuerzas Democráticas Sirias respaldadas por Estados Unidos monitorean las posiciones de los combatientes del Estado Islámico en la aldea de Baghuz, Siria, el 8 de febrero de 2019 (Ivor Prickett / The New York Times)
Los combatientes kurdos con los soldados de las Fuerzas Democráticas Sirias respaldadas por Estados Unidos monitorean las posiciones de los combatientes del Estado Islámico en la aldea de Baghuz, Siria, el 8 de febrero de 2019 (Ivor Prickett / The New York Times)

¿QUIÉNES SON LOS DETENIDOS DEL EI?

Las Fuerzas Democráticas Sirias han gestionado una media docena de centros de detención de guerra temporales para combatientes capturados del Estado Islámico, en lugares que van desde antiguas escuelas en pueblos como Ain Issa y Kobane hasta viejas prisiones del gobierno sirio en Hasaka.

Las prisiones albergan a cerca de 11.000 hombres, de los cuales 9000 son de la región —sirios o iraquíes— y los 2000 restantes son de otras 50 naciones cuyos gobiernos se han mostrado renuentes a repatriarlos. Algunos de esos hombres son europeos, de países como Bélgica, el Reino Unido, Francia y Alemania, pero muchos más vienen de naciones que son parte del mundo musulmán, como Egipto, Túnez y Yemen.

Los kurdos también gestionan más de una docena de campamentos para las familias desplazadas por el conflicto, donde se encuentran decenas de miles de personas, muchas de ellas esposas no sirias o hijos de combatientes del Estado Islámico. Entre esos lugares se encuentran un campamento en Ain Issa y el enorme campamento de Al Hol, unos 40 kilómetros al sureste de Hasaka, donde unas 70.000 personas han estado viviendo en condiciones cada vez más precarias.

Hombres sospechosos de tener lazos con el Estado Islámico son arrestados en el sureste de Siria por combatientes respaldados por los estadounidenses, el 30 de enero de 2019 (Ivor Prickett / The New York Times)
Hombres sospechosos de tener lazos con el Estado Islámico son arrestados en el sureste de Siria por combatientes respaldados por los estadounidenses, el 30 de enero de 2019 (Ivor Prickett / The New York Times)

¿QUEDARÁN LIBRES LOS MIEMBROS DEL EI EN MEDIO DEL CAOS?

Una de las preocupaciones es que los kurdos están redistribuyendo a los guardias fuera de las prisiones y los campamentos para que ayuden a combatir a los turcos, lo que podría facilitar el escape a los miembros del Estado Islámico. El domingo, aparentemente se les permitió a cientos de mujeres y niños del Estado Islámico abandonar un sector del campamento de Ain Issa en el que estaban detenidos, ya que los ataques aéreos turcos amenazaban su seguridad. Todavía no se sabe con certeza si han escapado de las prisiones hombres combatientes.

Según Christopher P. Costa, antiguo director general antiterrorismo del Consejo de Seguridad Nacional de Trump y director actual del Museo Internacional del Espionaje, el “peor escenario posible” es que los kurdos estén tan frustrados y enojados con las acciones de Estados Unidos que “decidan liberar detenidos masivamente”.

¿SE HARÁN CARGO TURQUÍA O EL GOBIERNO DE AL ASAD DE LA CUSTODIA DE LOS PRISIONEROS DEL EI?

La Casa Blanca afirmó que Turquía desde ahora sería “responsable de todos los combatientes del Estado Islámico en el área capturados durante los últimos dos años”. Sin embargo, Turquía no ha dado señal pública alguna de haber aceptado asumir ese dolor de cabeza.

“Es difícil imaginar que Turquía tenga la capacidad para manejar de manera adecuada y segura a los detenidos que por tanto tiempo han sido retenidos por los kurdos sirios, y eso asumiendo que Turquía de verdad quiera intentarlo”, afirmó Joshua A. Geltzer, ex director general antiterrorismo del Consejo de Seguridad Nacional en el gobierno de Obama.

También es posible que el gobierno sirio termine haciéndose cargo de algunas de las prisiones, como resultado de un acuerdo entre los kurdos y el régimen de Al Asad. Pero en medio de la rapidez de los acontecimientos, no quedó claro si hubo algún plan para una transferencia controlada de autoridad y responsabilidad.

¿Acaso no afirmó Trump que Estados Unidos ya había sacado de Siria a los detenidos más peligrosos del EI?

Los planes de Turquía de crear una zona segura en el norte de Siria aumentarán la posición de sus aliados sirios, que todavía sueñan con la revolución (Tomás Munita / The New York Times)
Los planes de Turquía de crear una zona segura en el norte de Siria aumentarán la posición de sus aliados sirios, que todavía sueñan con la revolución (Tomás Munita / The New York Times)

Sí, pero eso en gran medida fue una mentira.

El miércoles, mientras el caos se intensificaba en el norte de Siria, Trump les aseguró a algunos reporteros que Estados Unidos estaba asumiendo la custodia de los detenidos de mayor riesgo del Estado Islámico para asegurarse de que no escaparan.

“Estamos sacando a algunos de los combatientes más peligrosos del EI”, afirmó Trump. “Los hemos sacado y los llevaremos a diferentes lugares que sean seguros. Además, los kurdos están de vigías. Y si los kurdos no lo hacen, pues Turquía tendrá que vigilar porque ellos tampoco quieren que esas personas estén libres”.

Agregó: “Pero nos hemos llevado un cierto número de combatientes del EI que son particularmente malos. Y hemos querido asegurarnos de que nada pase con ellos, que no se escapen. Y creo que estamos haciendo un gran trabajo”.

Pero, aunque Trump habló en tiempo pasado, como si la operación ya se hubiese realizado, fue en realidad más una aspiración que luce cada vez más improbable.

¿QUÉ PASÓ REALMENTE?

Estados Unidos solo se llevó a dos detenidos de alto valor, una cifra muy por debajo de su objetivo.

Según un funcionario, las fuerzas militares habían realizado planes de contingencia desde diciembre —cuando Trump anunció por primera vez su plan de retirar a las tropas del país— para extraer a alrededor de 60 detenidos de máxima prioridad de ese grupo del norte de Siria, hasta que el gobierno frenó el plan.

Tras la luz verde repentina que Trump dio a Turquía, las fuerzas militares intentaron ejecutar ese plan. El miércoles, las fuerzas de operaciones especiales lograron hacerse cargo de la custodia de dos hombres británicos que se presume son la mitad de una célula del Estado Islámico que torturó y asesinó a rehenes occidentales. Los dos hombres están actualmente detenidos en una base militar estadounidense en Irak.

Luego de aceptar esos dos traslados, los kurdos dejaron de cooperar con Estados Unidos, indignados por lo que según ellos fue una traición de Trump, de acuerdo con algunos funcionarios estadounidenses. La decisión que el Pentágono tomó el domingo de retirar a las tropas del norte de Siria significa que la oportunidad de tomar en custodia a otros prisioneros del Estado Islámico —incluso si los kurdos decidieran volver a cooperar— se está evaporando rápidamente, afirmaron los funcionarios.

El presidente Donald Trump hace comentarios durante una sesión informativa con altos líderes militares en la Sala del Gabinete de la Casa Blanca en Washington, el 7 de octubre de 2019 (Doug Mills / The New York Times)
El presidente Donald Trump hace comentarios durante una sesión informativa con altos líderes militares en la Sala del Gabinete de la Casa Blanca en Washington, el 7 de octubre de 2019 (Doug Mills / The New York Times)

¿QUIÉNES SON LOS DOS BRITÁNICOS QUE ESTADOS UNIDOS LOGRÓ LLEVARSE?

Sus nombres son El Shafee Elsheikh y Alexanda Kotey, dos de los llamados “Beatles”, una célula de cuatro miembros británicos del Estado Islámico que violentó a rehenes occidentales como James Foley, el periodista estadounidense decapitado en agosto de 2014 para un video de propaganda del EI. Se presume que otro miembro de la célula que murió tiempo después en un bombardeo con drones fue quien asesinó a Foley.

El Departamento de Justicia quiere someter a juicio a los dos británicos en el Tribunal del Distrito Este de Virginia, pero una lucha judicial en el Reino Unido ha retrasado el traslado. El caso gira en torno a si el gobierno británico puede compartir evidencia con Estados Unidos sin la garantía de que los fiscales estadounidenses no busquen aplicar la pena de muerte.

c.2019 The New York Times Company