Pablo Rodríguez, mano derecha de Justin Trudeau: “Aunque pasé la mayor parte de mi vida en Canadá mi sangre sigue siendo argentina”

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Pablo Rodríguez, líder del gobernante Partido Liberal en la Cámara Baja del Parlamento de Canadá (Foto: Maximiliano Luna)
Pablo Rodríguez, líder del gobernante Partido Liberal en la Cámara Baja del Parlamento de Canadá (Foto: Maximiliano Luna)

Pablo Rodríguez nació en San Miguel de Tucumán, en el norte argentino, es simpatizante de Boca Juniors y es la mano derecha de Justin Trudeau, el primer ministro de Canadá. Cuando tenía ocho años, en 1974, tuvo que dejar su hogar y sus amigos para exiliarse en Quebec porque su padre, un abogado de presos políticos que fue candidato a gobernador de Tucumán, estaba amenazado de muerte. “Pusieron dos bombas en mi casa y ya era una cuestión de tiempo antes de que nos mataran”, recuerda ahora el ministro canadiense cuando le consultan sobre su infancia.

Cuando llegó a Canadá no hablaba inglés ni francés. “Buscaba una cancha para jugar al fútbol y no había. Entonces me puse a jugar al hockey. Mis padres recomenzaron todo pero mi vieja nunca se adaptó totalmente, ella es pura tucumana, y se volvió a la Argentina a principios del 2000. Ahora vive en el mismo barrio donde nací”, cuenta Rodríguez en un desayuno en Buenos Aires en el último día de su viaje a Uruguay y Argentina enviado por Trudeau para “estrechar lazos” con América Latina.

“Lo gracioso es que al llegar a Canadá mi padre me dijo: ‘Mirá, hijo, llegamos a un país genial. Hacé todo lo que quieras pero no te metas en política’. Y bueno, ya gané cinco elecciones nacionales como diputado y ahora soy lo que se llama Líder del Gobierno, que es ser mano derecha del primer ministro”, celebra. “Llegué adonde estoy porque está en la sangre. Esta voluntad de querer cambiar el mundo y mejorar la sociedad”.

Trudeau eligió a Rodríguez para que asista, en representación de Canadá, a la asunción presidencial de Luis Lacalle Pou en Uruguay el pasado 1 de marzo. “En Montevideo aproveché para tener reuniones bilaterales con México, con Ecuador y, bueno, con autoridades de Uruguay. Y después me vine para Argentina. Estuve con Sergio Massa, que es el presidente de la Cámara de Diputados, después con el presidente Alberto Fernández, con el canciller Felipe Solá y con el Secretario de Derechos Humanos Horacio Pietragalla”.

“De la asunción en Uruguay me vine a Buenos Aires en Buquebus, porque siempre quise hacerlo. Es un viaje muy lindo. Y ni pasé por el hotel. Salí del buque y me fui al Congreso. Estuve ahí almorzando con Massa; comimos un bife. Y después fui a verlo al presidente; pasamos un buen tiempo juntos”, reveló el jefe del bloque del Partido Liberal en la Cámara de los Comunes de Canadá.

Rodríguez viajó a Montevideo el 1 de marzo para asistir al cambio de mando presidencial en Uruguay y luego estuvo seis días en Argentina, su país natal (Foto: Maximiliano Luna)
Rodríguez viajó a Montevideo el 1 de marzo para asistir al cambio de mando presidencial en Uruguay y luego estuvo seis días en Argentina, su país natal (Foto: Maximiliano Luna)

-¿De qué habló con Alberto Fernández?

-Hablamos de una visita posible en Canadá para él. Y de la relación entre los dos países, de estrechar lazos y la cuestión de renegociar la deuda de Argentina. Y también le expliqué un poco sobre por dónde pasé yo y qué carajo estaba haciendo ahí. Como tucumano y como ministro senior de Canadá, uno de los cargos más altos.

-¿Cómo fue su carrera para llegar a ese cargo?

-Yo me involucré en la política siendo muy joven. Trabajé en desarrollo internacional durante muchos años en organizaciones no gubernamentales como Oxfam, donde tuve la oportunidad de trabajar sobre tres continentes -África, Asia y América Latina-, gestionando proyectos en unos 40 países. Después entrar a la política era como una continuación lógica en mi objetivo de querer mejorar la situación de la gente.

Muy jovencito fui presidente de lo que se llama la Juventud Liberal. Pero en Canadá ser liberal es estar realmente en el centro de las libertades individuales. Hay gente que está un poco centro-derecha y otra que está en centro-izquierda, y el partido estuvo en los grandes momentos de la historia de Canadá.

Fui el primer presidente inmigrante de la Juventud Liberal y en 2004 fui elegido diputado, reelecto en 2006 y 2008. Perdí en 2011. En esa época el actual primer ministro Justin Trudeau decidió presentarse para ser jefe del partido y yo, que era amigo, dirigí su campaña. Ganó y se convirtió en jefe de partido, y después yo también dirigí la campaña nacional y ganamos. No pensábamos ganar en 2015 porque eramos como el tercer partido. Pero ganamos y formamos gobierno, y ahí fui nombrado secretario parlamentario del ministerio de infraestructura de Canadá, algo así como el número dos de la infraestructura. Y en 2016 vine a la Argentina para el Bicentenario Nacional y aproveché para ver a mi familia. Por esa época fui nombrado jefe de la bancada liberal en el Gobierno. Después fui nombrado ministro de Cultura de Canadá y ahora soy lo que se llama Líder del Gobierno, que es ser mano derecha del primer ministro. Estoy siempre sentado a su lado en el Parlamento.

-¿Cómo nace su relación con Justin Trudeau? ¿Dónde se conocen?

-Lo conocí mucho antes de que él entrara en política... (se corrige) de que los dos entráramos en política, por un amigo en común: un viejo senador que se llamaba Jacques Hébert, que era un gran amigo de su padre. Así nos conocimos. Por eso cuando él decidió entrar en política era lógico que yo lo apoyara, y desde esa época tiene mucha confianza en mí. Y es un privilegio, un honor. Ahora estoy sobre los principales comités del gabinete, con un grupo muy pequeño de ministros.

-¿Cómo es el día a día con Trudeau?

-Es un tipo simple y simpático con quien podés hablar así nomás. Él vino conmigo a la Argentina, le presenté a mi prima y a todos. Es como un chango que se ve en la calle y te vas a tomar una cerveza. Es súper simpático. Muy deportista. Cuando estuvo acá se fue a correr por Buenos Aires. Boxeador... Le gusta la vida pero le gusta también estar ahí para hacer una diferencia y mejorar la sociedad.

Pablo Rodríguez junto al primer ministro Justin Trudeau tras prestar juramento como Jefe de Gobierno en la Cámara de los Comunes durante la presentación del nuevo gabinete en Ottawa el 20 de noviembre de 2019 (REUTERS / Blair Gable)
Pablo Rodríguez junto al primer ministro Justin Trudeau tras prestar juramento como Jefe de Gobierno en la Cámara de los Comunes durante la presentación del nuevo gabinete en Ottawa el 20 de noviembre de 2019 (REUTERS / Blair Gable)

-¿Por qué su padre eligió establecerse en Canadá? ¿Fue la primera opción?

-Sí, porque él había aprendido francés en Tucumán; le interesaba mucho el teatro francés, Moliere y todo eso. Entonces fuimos allá y mi vida se transformó. Porque Canadá es un país fundamentalmente multicultural... Trudeau dice siempre: “La fuerza de nuestro país es a causa de nuestra diversidad”.

En Canadá hay gente como yo, por ejemplo, que puedo venir a la Argentina para estrechar y desarrollar relaciones personales que cualquier otro no podría hacer. Yo vengo acá, como un asado, tomo un vinito con uno o con otro, hablamos de esto y de lo otro, tenemos referencias culturales. Aunque pasé la mayor parte de mi vida en Canadá mi sangre sigue siendo argentina. O sea, en el gabinete tenemos gente que viene de India, de Irán, de distintos países. Canadá aprendió a discutir con otros a través de su propio origen.

-En los seis días que estuvo en Argentina aprovechó para ir a Tucumán y se reunió con el gobernador Juan Luis Manzur. ¿De qué hablaron?

-Aproveché para estar con el gobernador y hablamos de… dado que nuestras estaciones del año están opuestas, cuando allá es invierno acá es verano… y porque en Canadá en invierno no crece nada, hay un mercado enorme que se abre a otros países. Yo pienso, por ejemplo, en toda la cuestión del limón de Tucumán pero también muchas otras cosas que se pueden exportar hacia Canadá. Entonces estuvimos viendo cómo se podía desarrollar eso. Ya está exportando limón y arándanos. Con Manzur y con otros también hemos discutido otras cuestiones del sector minero. De la importancia de esa inversión para la creación y mantenimiento de empleo. Pero también es importante para nosotros que las empresas canadienses se porten bien, de manera responsable, como buen ciudadano corporativo.

-¿Por qué Trudeau lo eligió específicamente a usted para representar a su gobierno en la asunción de Lacalle Pou?

-Por mi amor hacia América Latina y por el hecho de que hablo castellano y que conozco el contexto social y político. Pero ya de antemano había pensado que si iba a Montevideo me venía también a la Argentina para tener encuentros bilaterales.

Pablo Rodriguez en la Cámara de los Comunes en Ottawa el 6 de diciembre de 2019 (REUTERS/Blair Gable)
Pablo Rodriguez en la Cámara de los Comunes en Ottawa el 6 de diciembre de 2019 (REUTERS/Blair Gable)

-¿Cómo ve la situación en Uruguay con el cambio de gobierno después de quince años del Frente Amplio?

-Allí tuve conversaciones muy interesantes. Además, en el contexto de un nuevo gobierno, ¿no? Donde hay mucha esperanza, donde la gente espera que esto de un impulso a la nación. Y yo aprendí muchísimo. Ahora queremos diversificar mucho más nuestras exportaciones y lazos económicos, así que yo siempre empujo por América Latina. Y el hecho de que yo esté sentado al lado del primer ministro hace que a veces le pueda pasar una idea que... bueno… además Canadá es un país que compra mucho, importa muchísimo. Entonces ahí están las relaciones bilaterales, que benefician a los dos, con países que no son Estados Unidos y yo estoy para estrechar lazos con América Latina, y con Argentina.

-¿Cuál sería el lazo con Argentina?

-Está todo lo que es agropecuario por las diferencias de estaciones del año. También cuestiones científicas a través de colaboraciones. Porque una de las cosas que tenemos en común es que los dos estamos pegados a los polos. Polo norte y polo sur. Y los dos estamos sintiendo el impacto de los cambios climáticos de una manera importante. Los polos se están derritiendo gravemente y podemos quizás colaborar a nivel científico en la lucha contra los gases de efecto invernadero. Pienso que en eso hay una enorme capacidad de colaboración porque nuestra propia realidad geográfica nos lleva a eso.

-Le cambio el tema. Canadá tiene más de treinta años de aborto legal. Quería saber qué piensa de la reciente propuesta del presidente Alberto Fernández de legalizarlo en Argentina y cómo ve la situación en el país.

-No conozco los detalles pero lo que nosotros decimos siempre es que la mujer es quien decide por su cuerpo. Y eso en Canadá siempre estuvo muy claro. Y en Europa también. Nosotros siempre hemos actuado en función de eso. La prioridad siempre debe ser la vida, ¿verdad? Estamos en esta tierra para dar vida. Pero si una mujer decide que no puede seguir adelante por tal o tal razón es algo que le pertenece a ella. Y nosotros pensamos que no debe ser juzgada por eso.

-Si se aprobara en Argentina, ¿cómo podría colaborar Canadá?

-Canadá siempre está dispuesta a compartir sus experiencias en cualquier asunto. Y es un país que está realmente abierto desde siempre. Te doy un ejemplo. Canadá es el único país del G7 que tiene un acuerdo de libre cambio con todos los otros países del G7. Porque nosotros tenemos el acuerdo con Estados Unidos y México, otro con Europa y tenemos otro con Asia que incluye a Japón. Lo que quiero decir con esto es que siempre estamos con la mano abierta en actitud de colaboración, de diálogo, de conocerse el uno al otro, de apoyar, de ayudar, de aprender. Eso es Canadá.

Durante su estadía en Buenos Aires, Rodríguez se hospedó en un hotel del barrio de la Recoleta (Foto: Maximiliano Luna)
Durante su estadía en Buenos Aires, Rodríguez se hospedó en un hotel del barrio de la Recoleta (Foto: Maximiliano Luna)

-En octubre de 2019 Trudeau fue reelegido para un segundo mandato. ¿Hasta cuándo piensa que seguirá siendo reelecto?

-Puede ser reelecto pero no sé cuál será su decisión. Veremos qué quiere hacer. Hemos ganado pero con un gobierno minoritario. O sea que el gobierno puede caer antes de los cuatro años. Nosotros tenemos el sistema británico. Entonces un gobierno se mantiene durante el momento que guarda la confianza del Parlamento. Pero por ahora las cosas van bien. Mi trabajo es, entre otras cosas, negociar con los diferentes partidos para que nos apoyen.

-¿Usted podría ser candidato a primer ministro?

-No hay nada que me lo impida. Porque en Canadá podés nacer en cualquier parte del mundo y ser primer ministro.

-¿Quiere ser candidato?

-Eso es otra cosa (risas). Honestamente yo estoy realmente muy bien de sólo estar ahí. Cuando pensás que era un chico que nació en el norte de Argentina, que llegó a Canadá después de haber perdido todo con la familia, que no hablaba el idioma… Al llegar fuimos ayudados por varios programas sociales porque no teníamos nada porque salimos disparando. Y que los padres rehicieran los estudios y todo. Y llegar a estar en el gabinete, como diputado nacional elegido por quinta vez, como ministro nacional, y estar al lado del primer ministro cada día ya es no tan malo. Por ahora estoy muy bien así.

(Foto: Maximiliano Luna)
(Foto: Maximiliano Luna)