El evento que se suponía serviría para terminar de consagrar al príncipe heredero de Arabia Saudita Mohámed bin Salmán como el hombre que abriría las puertas del mundo a la nación petrolera está perdiendo relevancia a pasos agigantados, luego de que una gira de relaciones públicas alrededor del mundo fuera llevada adelante para cambiar la imagen de una de las familias reales más poderosas e influyentes del mundo.
Todo cambió abruptamente cuando se dio a conocer la noticia de la desaparición y presunto asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi, quien no ha sido visto desde que entró al consulado de Arabia Saudita en Turquía el pasado 2 de octubre.
El día lunes, los organizadores de la cumbre de negocios denominada "Iniciativa de Futuras Inversiones en Riad" anunciaron con bombos y platillos un vasto programa de actividades parte de un encuentro que se espera reúna a 150 oradores de todo el mundo, supuestamente no afectados por el escándalo diplomático que tuvo lugar en Estambul.
Pero ya son varios los ejecutivos de alto nivel que han confirmado que no asistirán a la conferencia. Entre ellos, se encuentra Jamie Dimon, CEO de JPMorgan Chase y uno de los hombres más influyentes de la industria bancaria a nivel mundial.
Ahora se han sumado al listado los directores ejecutivos del Grupo Blackstone y BlackRock, todos titanes de Wall Street que quieren evitar que sus colosos financieros sean asociados con los gobernantes de una nación que habría llevado adelante un presunto asesinato de características potencialmente macabras.
Pero Stephen A. Schwarzman de Blackstone y Laurence D. Fink de BlackRock no serán los únicos ausentes que están generando titulares en torno a un evento que ha tomado connotaciones políticas todavía más importantes que las que ya ostentaba.
A ellos se les suman otros líderes corporativos como Dara Khosrowshahi, CEO del gigante Uber, Bill Ford, presidente de Ford Motor y Diane Greene, directora del negocio de la nube de Google. Ninguno quiere quedar asociado con un gobierno sospechado de asesinar y desmembrar a un prestigioso periodista, a pesar de que este niegue cualquier tipo de vínculo.
El gobierno saudí cuenta con enormes cantidades de dinero en efectivo proveniente de las ganancias petroleras y ha anunciado sus intenciones de invertir parte de sus ahorros en distintas partes del mundo.
Pero la presión mundial que está recibiendo desde el momento de la desaparición de Khashoggi podría obligarlos a reconsiderar sus planes de negocios fuera de sus límites territoriales.
Ejecutivos de Goldman Sachs Group Inc, Bank of America Corp, Citigroup Inc y HSBC Holdings PLC todavía no han reconsiderado sus planes de asistir al evento que comenzará el 23 de octubre.
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