
El Porfiriato fue un periodo en el que las acciones del gobierno estaban orientadas a mantener el orden y el progreso en todos los ámbitos, incluido el de la salud pública. Es por eso que, durante el mandato del dictador Porfirio Díaz se impulsó una política para evitar la propagación de enfermedades de transmisión sexual (ETS).
En esa época las ETS eran una amenaza, especialmente la sífilis. El evitar que el contagio creciera se convirtió en una prioridad, sin embargo las acciones llevadas a cabo en vez de educar para prevenir, consistieron en vigilar a los grupos poblacionales que eran considerados como portadores de este tipo de enfermedades: personas en situación de calle, carteristas, inválidos por la guerra, enfermos, gente de la tercera edad pero sobre todo prostitutas y homosexuales.
En un intento por evitar el aumento en el número de contagios, las autoridades prohibieron actos considerados ilícitos por ser contrarios a los valores de la época. Pero a pesar de las prohibiciones, en el país se organizaban grandes eventos considerados entonces como “inmorales”, uno de ellos fue El Baile de los 41, en el que participaron hombres de clase alta, muchos de ellos vestidos de mujer.

En parte el escándalo adquirió gran dimensión porque en la fiesta participó Ignacio de la Torre y Mier, esposo de Amada Díaz Quiñones y yerno del presidente del país. Como consecuencia del enorme revuelo, el gobierno creó un cuerpo policial dedicado específicamente a vigilar el orden, la prostitución y la homosexualidad.
Las prostitutas también eran consideradas como causantes de la enfermedades venéreas porque eran indias o mestizas de clase social baja. Una de las más conocidas fue María Villa, mejor conocida como La Chiquita, a quien le fueron atribuidos adjetivos como galante, libertina, depravada, amante, perdida, alegre o desdichada.

Cabe mencionar que según las ideas religiosas de la época, el sexo era “maligno” y convertía a los hombres en animales. Sin embargo, no eran ellos a quienes se señalaba como los culpables del pecado, sino a las mujeres, que eran culpadas por “tentar” y provocar al género masculino con sus atributos físicos. En ese sentido, la sexualidad femenina fue reprimida durante esta etapa histórica.

La situación empezaba a cambiar en los últimos años del Porfiriato, a finales del siglo XIX y principios del XX, cuando la revolución sexual comenzaba su expansión a nivel mundial y México decidió participar en la conversaciones internacionales acerca de sexualidad e higiene. De hecho en 1910, poco antes del estallido del conflicto armado en el país, científicos mexicanos viajaron a París para asistir al Congreso Internacional de Higienistas, donde se recomendó implementar la educación sexual.
Pese a las recomendaciones, el gobierno mexicano decidió no interferir directamente en el cuidado de la salud sexual. La decisión fue tomada luego de llegar a la conclusión de que sería una intromisión en los derechos de las familias, la cual traería desestabilidad política debido a que podría ser considerada como autoritaria y contraria a la ideología liberal.
El avance hacia el surgimiento formal de la educación sexual no se detuvo al finalizar el Porfiriato en 1910. Durante la Revolución, en territorio mexicano comenzó a tomar relevancia el educar a las niñas en materia de salud sexual, debido a que eran consideradas como clave en el proyecto de mejoramiento racial que estaba en auge.
Sin embargo, el levantamiento armado significó la culminación de un periodo de grandes avances impulsados por Porfirio Díaz, quien dejó grandes legados que más de un siglo después aun son disfrutados por la sociedad mexicana.
SEGUIR LEYENDO:
Más Noticias
700 años de Tenochtitlan: cómo un pueblo errante y repudiado se convirtió en el poderoso imperio de América
La fascinante la historia de cómo un puñado de personas con un sueño buscaron su identidad, fueron obligados a vivir en un islote marginal y lograron alianzas poderosas en el continente

La mujer que dobló al sistema y llevó el feminicidio a la SCJN para hacer justicia por su hija, que no se suicidó
La incansable lucha de Irinea Buendía hizo que las autoridades judiciales reconocieran la negligencia del caso de su hija Mariana Lima, pero además la gravedad del problema y las omisiones de las autoridades

David Alfaro Siqueiros en la prisión de Lecumberri: vida y obra del muralista en el “Palacio Negro”
El artista fue detenido acusado de disolución social y del intento de asesinato de Trotski. Esta es la historia poco conocida de su etapa como interno en una de las prisiones más duras en la historia

Qué es la meningitis, cuáles son sus síntomas y cómo tratarla
En algunos casos, esta enfermedad mejora sin tratamiento en algunas semanas, pero en otros pueden poner en riesgo la vida y requerir tratamiento con antibióticos de emergencia

Hermila Galindo: sufragista mexicana, activista feminista y primera candidata a diputada federal
La histórica activista feminista fue clave en la reforma al artículo 34 de la Constitución que permitió a las mujeres votar y ser votadas



