Qué le gustaba comer a Emiliano Zapata

El héroe revolucionario Emiliano Zapata fue un gran amante de la comida, el campo, los caballos, la historia y los puros

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Se dice que el morelense también tenía un gusto particular por la comida francesa. (Foto AHUNAM)
Se dice que el morelense también tenía un gusto particular por la comida francesa. (Foto AHUNAM)

Emiliano Zapata, uno de los iconos más sobresalientes de la Revolución Mexicana, no sólo disfrutaba pasar sus ratos libres en el campo y apoyando a sus compañeros campesinos, de igual manera era un gran amante de la comida mexicana. Es muy común que se hable de sus batallas, los conflictos políticos a los que se tuvo que enfrentar o de su gran compañerismo con Pancho Villa, no obstante, poco se dice acerca de su gusto por la gastronomía.

Las bebidas favoritas del también llamado Caudillo del Sur eran el café y el atole, principalmente el de elote y ciruela, este último, según declaraciones de personas allegadas a Zapata, era uno de los que más acostumbraba prepararle su esposa todas las mañanas. Igualmente disfrutaba que sus brebajes fueran endulzados con piloncillo y hechos en olla de cobre.

Regularmente acompañaba sus desayunos con pan o en ocasiones, prefería degustar gorditas con jocoque o crema. La autora Martha Sánchez destaca que, en cuanto a la comida, uno de sus platillos favoritos era el mole de olla con bolitas de masa, aunque también disfrutaba de comidas como la salsa de tomate con jumiles, la cecina, tacos de longaniza, hongos, carne seca, frijoles y como todo buen mexicano, le gustaba acompañar sus alimentos con tortillas.

La sandía era una de las frutas favoritas del revolucionario. (Foto: Karl-Josef Hildenbrand)
La sandía era una de las frutas favoritas del revolucionario. (Foto: Karl-Josef Hildenbrand)

Asimismo, le agradaba poner a sus alimentos queso y el chile. Para los postres prefería el dulce de calabaza o el camote. También se comenta que acostumbraba comer sandías debido a que él mismo las sembraba en sus tierras de Anenecuilco, Morelos.

La misma autora explica que desde pequeño estuvo habituado a comer de todo debido a su labor como campesino, la cual comenzó desde muy temprana edad. Con el tiempo, fue conociendo mejor sus gustos y cuando se casó con Inés Alfaro Agilar, su primera esposa, fue ella quien le cocinaba y “lo consentía” haciendo sus guisos favoritos.

Aunque no se le conoce su lado “viciosos”, el morelense disfrutaba fumar puros y prefería tomar coñac, incluso se dice que tenía un gusto peculiar por la cocina francesa. De acuerdo con un documento de la Cámara de Diputados, otra de las pasiones de Emiliano Zapata Salazar, a parte de la comida y el campo, fueron los caballos.

Desde muy joven Zapata aprendió a montar caballos
Desde muy joven Zapata aprendió a montar caballos

De hecho, se dio cuenta de que era uno de sus animales favoritos, pues desde muy chico mostró un gran interés por saber todo acerca de ellos y aprender a montarlos. Una de sus primeras hazañas fue cuando logró controlar sin ningún problema a su yegua de nombre Papaya, la cual había sido un regalo —con mucho esfuerzo— de su padre. En ese entonces, Emiliano era tan sólo un niño de primaria.

Con el tiempo se convirtió en un gran jinete y se volvió un experto en las artes de la charrería. Tanto era su gusto que, en una ocasión, “cuando obtuvo una buena ganancia por una cosecha de sandías, el dinero ganado lo empleó en una botonadura de plata para su traje de charro”.

Imagen de Zapata tomada en 1911 en el Hotel Moctezuma. (Twitter: Fototeca Nacional)
Imagen de Zapata tomada en 1911 en el Hotel Moctezuma. (Twitter: Fototeca Nacional)

Cabe destacar que sus virtudes no solamente se quedaron ahí, ya que cuando cursó la educación básica en la escuela de Anenecuilco, sobresalió por sus conocimientos en español, aritmética y sobre todo en historia.

Este último talento comenzó a desarrollarse gracias a que uno de sus profesores, Emilio Vara, le contaba sus anécdotas de cuando se enfrentó, al igual que sus tíos, a los conservadores y al ejército del Segundo Imperio mexicano.

Sin duda, la vida del Caudillo del Sur destacó en más de una actividad y su cotidianidad siempre estuvo llena de particularidades que lo llevaron a ser una gran figura en la historia de México.

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