El grupo criminal "Los Demonios" y sus razones para disputar el territorio de Arizona

De acuerdo con las autoridades, la organización es una facción del Cártel de Sinaloa, y esta semana fue detenido su líder: "El J3"

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“El J3” fue detenido en Culiacán, capital de Sinaloa (Foto: Especial)
“El J3” fue detenido en Culiacán, capital de Sinaloa (Foto: Especial)

Esta semana inició con la noticia de la detención de un líder presuntamente vinculado con el Cártel de Sinaloa: "El J3", quien supuestamente operaba en la frontera entre México y Estados Unidos, particularmente en el sector que abarca los territorios de Sonora y Arizona.

Juan Guadalupe Jacobo Regalado, alias "El J3" o "Chepa", supuestamente era el líder de una facción del Cártel de Sinaloa que opera en aquella zona de la frontera, y que ha sido clasificada por las autoridades estadounidenses como un Área de Alta Intensidad de Tráfico de Drogas (HIDTA, por sus siglas en inglés).

De acuerdo con el gobierno federal, la organización es responsable del trasiego de drogas potentes como cocaína, heroína y metanfetamina; y según algunas versiones extraoficiales, también se les relaciona con el tráfico de armas.

En la casa donde fue detenido el "J3", en Culiacán, Sinaloa, la Policía Federal y el Ejército mexicano encontraron cristal, marihuana, cocaína y armas que únicamente tienen permitido usar las fuerzas armadas, según los reportes.

La organización criminal que encabezaba "El J3" ha sido identificada como "Los Demonios", y supuestamente son los encargados de asegurarse de que la droga enviada desde México llegue a la ciudad de Phoenix, capital de Arizona, la cual es considerada como un punto clave para la distribución masiva de narcóticos en todo el país norteamericano.

Precisamente es este mismo sector el que ha alarmado a las autoridades estadounidenses desde hace varios años. Reportes de inteligencia indican que la ruta más importante para el narcotráfico desde el estado de Sonora pasa por los condados de Santa Cruz, Cochise, Pima, Yuma, La Paz, Greenlee, Maricopa y Gila, dentro de los cuales se ubican Phoenix, Tucson, Douglas y Nogales, cuatro ciudades identificadas como "los puntos calientes de los cárteles mexicanos".

Con una frontera con México de 626 kilómetros de largo, que colinda con los estados de Sonora y Baja California, Arizona es el principal corredor de narcóticos procedentes del sur, y para el trasiego ilegal de armas y lavado de dinero que sale de Estados Unidos y termina en manos del crimen organizado mexicano. La condición desértica de Arizona lo hace un territorio ventajoso para los narcotraficantes.

De acuerdo con el gobierno federal, la organización es reponsable del trasiego de drogas potentes como cocaína, heroína y metanfetamina (Foto: Cuartoscuro)
De acuerdo con el gobierno federal, la organización es reponsable del trasiego de drogas potentes como cocaína, heroína y metanfetamina (Foto: Cuartoscuro)

El alguacil del condado Santa Cruz, Tony Estrada, le dijo a la agencia EFE que la operación más común de cárteles mexicanos en fronteras como Nogales, Sierra Vista, Yuma y Tucson, es por medio de los puertos fronterizos (puntos de control), ocultando las drogas en los autos, así como en los camiones de carga donde mezclan los narcóticos con los productos que transportan.

"La frontera de Arizona (con México) es una vasta y difícil área de patrullar y de vigilar: mide 626.03 kilómetros. No importa a cuántos agentes de la Patrulla Fronteriza pongas a vigilar esa frontera; por su orografía es imposible tener un control absoluto y el Cártel de Sinaloa siempre ha controlado este corredor fronterizo", dijo a la revista Proceso un alto funcionario de la oficina regional de la agencia antidrogas de Estados Unidos, DEA, en Phoenix, Arizona.

"Mucha gente no entiende la importancia que tiene para el narcotráfico Phoenix y en general el estado de Arizona, desconocen lo que realmente pasa aquí. Phoenix es el centro de distribución de drogas del Cártel de Sinaloa en Estados Unidos. Aquí es a donde mandan primero sus productos", agregó.

El "J3" quedó a disposición del Ministerio Público Fiscal (MPF), quien solicitó audiencia inicial ante un Juez de Control que calificó de legal la detención y fijó un plazo de dos meses para concluir la investigación complementaria.