De quedar en el centro de una polémica por meter 78 puntos a ser invitado por el Real Madrid: habla la joya marplatense de 14 años

Francisco Zustovich, base de 1m82 que generó un debate nacional por aquel partido U13, estuvo entrenando y jugando la Mini Copa del Rey con el Madrid. En su primera nota cuenta su experiencia y sus sueños

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Francisco Zustovich, durante una prueba en el Real Madrid
Francisco Zustovich, durante una prueba en el Real Madrid

A principios de diciembre, su nombre se vio envuelto, sin querer, en medio de una gran polémica y fue protagonista de un debate en el básquet nacional. Francisco Zustovich, de apenas 13 años, había metido 78 puntos en 20 minutos (lo máximo que puede estar en cancha a su edad) jugando para Peñarol de Mar del Plata en un torneo nacional U13 y dos vertientes salieron a la luz. Una que hablaba del inconmensurable talento de un pibe que se divertía en la cancha y otra que reflejaba un contexto no tan sano en la formación, con un chico de 13 tomando casi todos los tiros de un equipo y anotando el 70% de los puntos. Pero, claro, como suele pasar en redes sociales, la discusión se desvirtuó y aquejó bastante al chico y a su familia… Pero cómo son las vueltas de la vida: aquel partido que hizo visible una situación no tan extraña (que un jugador de inferiores anote muchos puntos) sirvió para que el tema trascendiera las fronteras y llegara a España. Y, sobre todo, favoreció una invitación para que el marplatense estuviera –por intermedio de la empresa You First- entrenando y jugando en el Real Madrid. Ni más ni menos. Y tan bien le fue a Achi, como lo apodan, que lo que eran dos semanas de estadía se transformaron en un mes (19/1 al 19/2) y terminó jugando la Mini Copa del Rey, un torneo con buena parte de los mejores prospectos de España. “Fue un poco loco todo. Dos meses después de la polémica estaba en el Real, hasta jugando un torneo tan importante. No creo que todo aquello me haya servido para que me llamen, porque me venían siguiendo de antes, pero sí fue extraño cómo cambió todo. Me ratificó, yo estaba en el buen camino“, cuenta Francisco, este base de 1m82 que acaba de cumplir 14 años y tuvo un muy maduro mano a mano con Infobae.

-Volviendo tres meses atrás, ¿cómo recordás la polémica? ¿Te afectó, cómo la sobrellevaste con apenas 13 años?

-Me afectó, claro, es normal, soy chico y no fue fácil, sobre todo por las redes sociales. Pero traté de no leer tanto, sólo las cosas buenas. Me apoyé en mi gente e intenté tomarlo con calma. Me ayudaron mucho mis padres y hermanos, sobre todo el mayor, que es jugador profesional, y mis amigos…

-¿Qué te dijeron en tu casa?

-Que estaban orgullosos de lo que estoy logrando y en especial de la persona que están formando.

-Yo, por caso, dije que me parecía excesivo que vos tomaras todos esos tiros y anotaras tantos puntos, no tanto por vos sino por el contexto, pensando en tus compañeros y la formación a tan corta edad. ¿Vos pudiste entender ese pensamiento o lo tomaste como un ataque sin sentido hacia vos? Yo te ofrezco disculpas si pensás que en mi caso fue así.

-No pasa nada, te entiendo, ya pasó. Pero la verdad es que me costó comprender algunos comentarios. Yo fui al partido y jugué como siempre. Capaz que tomé más tiros de lo normal, sobre todo para un chico de 13 años, pero no por ser egoísta y querer ganar yo. Esto es un juego de equipo y yo fui a pasarla bien. Para eso es el deporte, para estar con amigos y divertirse, más que para ganar. Obvio que me quedé golpeado cuando perdí (NdeR: 113-112 contra Bolívar de Carlos Paz), porque era un partido para pasar a una Final 4 nacional, pero sólo unos minutos. Todo en su justa medida.

-¿Cómo fue aquel partido puntualmente, cómo fuiste sintiéndolo y qué te decían tu entrenador y compañeros sobre los tiros que tomabas?

-Mi entrenador me dijo que yo hiciera mi partido, que me divirtiera y jugara como lo sentía. Y mis compañeros se portaron de diez, me bancaron siempre, como todo el año. Me pasó en ese partido o en otros de errar tiros o tomar algunos malos lanzamientos, pero nunca me dijeron nada. Todo lo que logré el año pasado fue en gran parte gracias a ellos, que trabajaron para que yo anote los puntos. El básquet es un deporte de equipo y cada uno tiene su función. Por ahí me toca a mí hacer más puntos y en ese partido sentí la necesidad de cargar con la anotación, pero mis compañeros hacen también cosas importantes y me apoyan siempre.

Francisco Zustovich junto a los argentinos Nicolás Laprovittola, Gabriel Deck y Facundo Campazzo
Francisco Zustovich junto a los argentinos Nicolás Laprovittola, Gabriel Deck y Facundo Campazzo

-¿Es habitual cuando vos jugás que sea inevitable que casi todas las pelotas terminen en vos? ¿Y cómo es jugar siendo tanto mejor que muchos?

-Y (piensa). Yo me acostumbré a tomar 14 tiros en 15 posesiones, por ejemplo. Aunque el deporte sea una diversión, cuando competís, la presión juega mucho, se siente… Y por ahí no todos están preparados para soportarla. Yo no la siento tanto. Tengo una personalidad tranquila, me lo tomo con calma. Mi mamá siempre dice que en el colegio soy igual, que tengo un examen importante, pero nunca me desespero, ni siquiera si estudié menos de lo que debería (se ríe). Soy así. Generalmente noto que no me superan las situaciones, que no me abruman.

-¿Y cómo hacés para tratar de hacer lo mejor para el equipo, para los compañeros, sabiendo que si vos te la jugás seguramente tenés muchas más chances de anotar que si le pasás la pelota a otro?

-También depende de mis compañeros y el entrenador, de qué piensen ellos. Hay técnicos con distintos estilos y formas. No es lo mismo en Peñarol que en la Selección de Buenos Aires, por ejemplo. Lo noté y me costó adaptarme, hasta que lo hice. Acá (por Peñarol) me conocen más, saben lo que puedo hacer y yo sé cuál es mi función. Pero siempre va cambiando. A todos nos pasa. Yo miro mucho a Facundo Campazzo. No es lo mismo cuando jugaba en Peñarol, que dominaba la Liga, ahora que está en el Real, rodeado de estrellas. Se convirtió en otro base, más armador, más completo. Eso es lo que pretendo yo. Si bien soy un base más anotador, el tema del pase siempre está presente y sé que es lo que deberé sumar a mi juego.

-Quizás ahora que terminaste jugando con los mejores U14 de España y hasta Europa terminamos todos de dimensionar tu talento, que tal vez lo que te pasa acá es normal de acuerdo a tus capacidades…

-No sé, yo igual me quedé muy sorprendido cuando me llamaron. Que un club tan grande en Europa y el mundo se fije en un chico argentino de 13 años. Fue un poco shockeante. Pero también un orgullo enorme.

-¿Y cómo fue la experiencia?

-Increíble. En todo sentido. Me traje muy lindas vivencias. Conocí ciudades nuevas, instalaciones increíbles, fui a un entrenamiento del equipo principal del Real, lo vi jugar en vivo en la Copa del Rey de Málaga y hasta pude estar con los tres argentinos. Charlamos un rato y me dieron su apoyo. A Facu (Campazzo) lo conocía un poco más de Peñarol, pero los tres realmente se portaron muy bien. Son chicos increíbles.

Francisco Zustovich en acción en el Real Madrid
Francisco Zustovich en acción en el Real Madrid

-¿De qué hablaron, qué te dijeron? ¿Te aconsejaron algo, te hablaron de la polémica y de cómo seguir con el tema y tu protagonismo?

-Tortu (Deck) me preguntó cómo me estaba yendo, cómo me resultaba la experiencia en España. Yo traté de hablar poco y robarles consejos (se ríe). De lo que pasó el año pasado no hablamos mucho. Facu me dijo que trate de estar tranqui, que escuche lo menos posible y no me ponga presión, que intente ser yo que voy a estar bien.

-¿Tuviste nervios al jugar o fue como si estuvieras en Peñarol? ¿Estuviste siempre tranquilo como cuando vas a rendir un examen?

-(se ríe) No, no pude sobrellevarlo como un examen. Tuve nervios. Pero es normal. Siempre me acuerdo que una vez escuché a Luis Scola decir que si no tenía nervios antes de un partido era porque algo malo estaba pasando… También, es verdad, sentí un poco de presión, más que nada por estar a la altura de la invitación que me habían hecho. Pero por suerte pude jugar como siempre, como aquel partido de los 78 puntos y en otros.

-¿Y en el juego qué notaste? Porque enfrentaste seguramente rivales con más talento, más fuerte y altos que en nuestro país.

-Sí, exactamente. Así fue. Y me di cuenta que me falta mucho. Me costó adaptarme, porque el estilo de juego es otro y la diferencia física es notoria. Yo acá siempre soy uno de los más altos de mi edad y allá era uno de los tres más bajos del equipo. Me pasó de entrar a bandeja y encontrarme con alguien de 2m09. Y eso es una diferencia abismal. Tuve que acostumbrarme rápido a otras formas de dejar las bandejas, usar más la flotadora, romper y descargar… Por eso el primer partido de la Mini Copa del Rey no jugué bien y en el segundo me fue mucho mejor. No anoté tanto, eso sí, por estas diferencias de fuerza y velocidad que comentaba al principio.

-¿Y en esos días trabajaste en cosas a mejorar, te trajiste deberes para el hogar?

-Sí, claro. Bastante. Me hicieron correcciones en el tiro de tres, en cómo pararme mejor, cómo poner los pies, en el tiempo para tirar… También en el juego de media distancia, en cómo lanzar en movimiento y en las bandejas de zurda. Trabajé de todo un poco y sé qué cosas seguir puliendo.

-¿Pero sentís que podés jugar allá? ¿Con qué sensaciones te volviste?

-Sí, más allá de lo que debo mejorar, me volví con la certeza de que puedo jugar allá. Sinceramente este viaje me cambió muchísimo, me hizo madurar y hasta más fuerte de cabeza. Sé en lo que debo trabajar y regresé con esa confianza que te da saber que tu nivel puede trasladarse allá.

Francisco Zustovich sonriente, junto a Facundo Campazzo
Francisco Zustovich sonriente, junto a Facundo Campazzo

-¿Y quedaron en algo con el Real? ¿Te dijeron algo, sabés si piensan ficharte, aunque sea en el futuro?

-Sinceramente no quedamos en nada. Hay que esperar y ver qué quieren. Allá estuve con Alberto Angulo, que es un ex jugador que hoy se desempeña como el director de las inferiores del Real. Me preguntó cómo la estaba pasando, si me sentía cómodo. Y fue quien me dijo, luego de la evaluación, si quería quedarme a jugar la Mini Copa del Rey. Pero bueno, todavía falta. Sé que es complicado irme a vivir allá con 14 años. No es una decisión que pueda tomar solo, debería ser más un plan familiar. Y eso no es fácil, porque somos mis viejos Erardo y Verónica, cuatro hermanos y una sobrina.

-¿Y ahora cómo seguís en el día a día?

-Le seguiré metiendo en el club como hasta ahora y buscaré otras metas, la primera es estar en la preselección argentina U14 que jugará un Sudamericano.

-Y a futuro, ¿qué metas y sueños tenés?

-Mi gran sueño es jugar en Europa. Y, antes, debutar en la Liga Nacional con Peñarol y algún día poder jugar en nuestra Selección.

Achi se despide. Ya lejos de las polémicas y más cerca de sus metas: jugar, divertirse, progresar como jugador y, algún día, concretar sus ilusiones.

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