Los últimos líderes sociales asesinados en el gobierno Duque

Pasado menos de una semana del último reporte de un líder social asesinado en territorio, el Instituto de Estudios para el Desarrollo de la Paz -Indepaz- dio a conocer la muerte de dos líderes sociales. Una de ellas se presentó el pasado 5 de agosto en Putumayo, donde fue asesinado Kedinyon Jeiden García, miembro de la Junta de Acción Comunal. La otra, el 6 de agosto cuando fue asesinado Javier Usechi, reconocido líder ambiental y animalista en el Valle del Cauca.

La muerte de García, que era líder comunal, se dio en la vereda La Ceiba en las horas de la mañana. Aún no se saben detalles de como o quién ejecutó los crímenes, pero las autoridades se encuentran investigando los hechos.

Por su parte, la Defensoría del Pueblo recordó el peligro que corre esta zona y sus habitantes gracias a la presencia de grupos armados, la intromisión de estos en asuntos comunitarios y las presiones para que las comunidades cumplan sus órdenes y códigos de conducta.

Del homicidio de Usechi, se sabe según información preliminar que, ocurrió en la vereda El Salado, a diez kilómetros del casco urbano. La víctima habría muerto de forma inmediata tras recibir varios impactos por arma de fuego.

De acuerdo con el Instituto, el líder, que tenía 42 años, creo el Colectivo Social y Cultural Tatayamba que también funcionaba como una posada rural en el municipio de Águila, en el Valle del Cauca. Además, trabajaba con las comunidades indígenas Emberá en Risaralda y tenía un refugio de animales.

“Él era conocido Tatayamba y lideraba proyectos ambientales. Estamos analizando sobre qué hacer con los más de 40 animalitos, entre los perros, gatos y gallinas que tenía, estamos al frente de ello. Él fue hallado sin vida en una zona ubicada a unos 25 minutos”, señaló Cristian Agudelo, secretario de gobierno de El Águila a Caracol Radio.

Con las muertes de Garcia y Usechi, ya son 112 líderes asesinados en el 2022 y desde la firma del acuerdo de paz entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y las extintas Farc serían, 1339. De acuerdo con la Defensoría y la alerta AT 004-22 de riesgo electoral, este tipo de violencias se desatan en los territorios contra comunidades minoritarias debido a que representan una amenaza significativa para los grupos armados y sus intereses económicos.

Antes del asesinato del líder ambiental, el 3 de agosto dio a conocer el asesinato de José Luis Quiñones en el departamento del Cesar, municipio de Tamalameque. De acuerdo con Indepaz, Quiñones era integrante de La Comisión de interlocución del Sur de Bolívar, Norte y Sur del Cesar, afiliado a la Asociación Nacional Campesina, CNA, además, se encontraba en un proceso de recuperación de tierras en la finca Mata Redonda.

El asesinato se habría dado aproximadamente a las 3:30 p.m. del 2 de agosto en casco urbano de Tamalameque mientras se encontraba almorzando al interior de su casa, es ese momento, hombre armados entraron y aprovechando que en el sector no había electricidad, procedieron a dispararle a a la víctima en reiteradas ocasiones.

De acuerdo con la Asociación Nacional Campesina Coordinador Nacional Agrario de Colombia, el líder se encontraba en la finca donde estaba haciendo un proceso de recuperación de tierras desde hace dos años.

En este sentido, el colectivo hizo un llamado a las autoridades para que se lleve a cabo un proceso de protección de los Derechos Humanos a líderes y lideresas en territorios donde ha crecido la estigmatización y la violencia. Además, de proceder a la debida investigación de los hechos violentos perpetrados en contra de José Luis Quiñones.

“Hacemos un llamado a los organismos nacionales e internacionales de Derechos Humanos para que se pronuncien y le exijan al Estado colombiano y al gobierno de turno que garantice la protección de las comunidades y nuestros líderes, los cuales han denunciado -sin que se adelanten los procesos de investigación y judicialización correspondientes- a los responsables de estos brutales hechos”, señaló en un comunicado.

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