De centro de rehabilitación a casa de torturas y adoctrinamiento: así funcionaba una irregular fundación cristiana en Cundinamarca

Casi como una historia de terror, la mayoría de pacientes eran maltratados en medio de su proceso de lucha contra adicciones o enfermedades mentales.

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La Fundación Jesús es una entidad cristiana de carácter privado que ha venido funciona desde hace unos 15 años en distintas sedes por toda Cundinamarca. Recientemente una de estas instalaciones, donde reciben menores de edad y adultos mayores, fue cerrada luego de una denuncia de una de las personas que estuvo internada.

Una persona que fue internada en la Fundación de Jesús de la sede de Villeta denunció ante la Defensoría del Pueblo, quien solicitó que se cerrara ese lugar por vulnerar los derechos humanos de las personas que estaban conviviendo en ese lugar.

La Defensoría aseguró que en el lugar había por lo menos 36 personas entre los 13 y 60 años de edad y las instalaciones no contaban ni con licencia de funcionamiento, no existían los protocolos de bioseguridad -dado que estos lugares puede ser foco de coronavirus- y ninguno de los trabajadores era psicólogos o profesionales en este tipo de atención y en procesos de rehabilitación.

Aunque muchos de los que estaban allí habían entrado por sus propios medios para tratar problemas de consumo de sustancias adictivas, comportamiento o problemas psiquiátricos o psicológicos.

Pero, según recoge Caracol Radio, algunos de los internos llegaban luego de ser sacados violentamente de sus casas o llevados de manera forzosa por los pastores de la congregación religiosa.

La emisora reveló que los “pacientes” que estaban internado recibirán un fuerte adoctrinamiento religioso donde, con biblia en mano, los ponía a realizar planas y oraciones, algo que estaba ejerciendo presiones psicológicas sobre ellos.

El relato de la periodista que investigó el caso asegura que los internos eran separados entre hombres y mujeres sin importar la edad y que mucho de los elementos que estaban en el lugar se encontraban en mal estado, pues había catres metálicos en mal estado, colchones viejos, rotos y mal olientes. Se habla de la presencia de roedores y muchos elementos eléctricos que ponían en riesgo la salud de los pacientes. Además, no había adecuados servicios sanitarios como baños o elementos de aseo.

Los internos estaban divididos en secciones: en la parte superior de la fundación los hombres y en el sector posterior las mujeres, sin clasificación diferencial de adultos y menores de edad. Muchos de los que eran encerrados con candado para evitar las fugas en las noches.

Muchos de los castigos que denunciaron las víctimas consistían en correr descalzos, restricción de alimentos, tomar agua de la piscina e incluso dicen que muchas niñas menores de edad eran bañadas desnudas en río frente a todos.

Incluso cuando alguno de ellos quería fugarse, sus mismos compañeros los perseguían y golpeaban hasta el cansancio. Por el momento los 7 niños quedaron en custodia del ICBF.

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