La economía uruguaya apenas creció en 2023 afectada por una sequía histórica y el cruce masivo para compras en Argentina

El déficit hídrico, el fin de las obras de la tercera planta de celulosa y los tour de compras en el país vecino afectaron el resultado

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El desvío del consumo hacia Argentina afectó el crecimiento económico de Uruguay (AP Foto/Natacha Pisarenko)
El desvío del consumo hacia Argentina afectó el crecimiento económico de Uruguay (AP Foto/Natacha Pisarenko)

(Desde Montevideo, Uruguay) - La actividad económica en Uruguay apenas creció en 2023 un 0,4% con respecto al 2022. El resultado estuvo afectado por el efecto de la sequía que caracterizó ese año, el fin de las obras de la tercera planta de celulosa de Uruguay, la parada técnica de la refinería de la petrolera estatal Ancap y el desvío del consumo hacia Argentina.

En el último trimestre del año, el Producto Bruto Interno (PBI) del país mostró un crecimiento interanual del 2%, respecto al último trimestre del 2022. En términos desestacionalizados, la actividad económica creció 0,4% respecto al último trimestre inmediato anterior, según los datos oficiales.

El informe del Banco Central del Uruguay (BCU) destaca que el crecimiento se explica por una mejora en sectores vinculados al turismo receptivo durante el verano del 2023, la puesta en marcha de la tercera planta de celulosa –la segunda de la finlandesa UPM– y un mejor rendimiento de los sectores agrícolas en la zafra 2023/2024, en comparación a la anterior, que también estuvo afectada por la sequía.

La sequía en Uruguay afectó la producción agropecuaria y la generación de electricidad (EFE/ Gastón Britos)
La sequía en Uruguay afectó la producción agropecuaria y la generación de electricidad (EFE/ Gastón Britos)

Estos aspectos positivos se vieron contrarrestados por el desempeño negativo en la generación de energía eléctrica –también explicado por el déficit hídrico– y la “incidencia negativa” de la construcción y la finalización de las obras de UPM.

El BCU destaca la incidencia positiva de las actividades agropecuarias, pesca, minería y salud, educación, del sector inmobiliario y de otros servicios. Lo negativo, en tanto, estuvo en las actividades de energía eléctrica, gas y agua y la construcción.

El resultado no generó sorpresas en los economistas, salvo por la evolución desestacionalizada del PIB. Una “parte significativa” ya estaba anticipada en el Indicador Mensual de Actividad Económica (IMAE), destacó el economista Aldo Lema, socio de Vixon Consultores, a El País.

La planta de celulosa de "Paso de los Toros", de la multinacional finlandesa UPM, está recostada en una de las riberas del Río Negro, vista desde Tacuarembo, Uruguay, el martes 6 de junio de 2023, en el día de su inauguración. (AP Foto/Matilde Campodónico)
La planta de celulosa de "Paso de los Toros", de la multinacional finlandesa UPM, está recostada en una de las riberas del Río Negro, vista desde Tacuarembo, Uruguay, el martes 6 de junio de 2023, en el día de su inauguración. (AP Foto/Matilde Campodónico)

Alfonso Capurro, en tanto, destacó que si bien el dato no sorprende, sí hay “algunos aspectos destacados”. “El dato del PIB confirma un crecimiento anual de 0,4%, levemente más alto de lo que indicaba el IMAE (0,1%), pero magro en cualquier caso”, señaló.

El 2023 fue un año malo en términos de crecimiento, en el que la economía recibió tres shocks: caída de precios de commodities, sequía y fuga de consumo hacia Argentina. El primero de los shocks continúa, pero los otros dos se estarán revirtiendo en 2024″, señaló. Es por eso que para este año se espera un “rebote” de la actividad económica uruguaya.

“Ya en el último trimestre de 2023 se observó un rebote fuerte de las actividades primarias por la mayor producción de granos en relación con la zafra anterior que fue afectada por la sequía. En otras palabras, la reversión de la sequía ya se materializó en el cierre del 2023 y continuará afectando las cifras en el primer semestre del 2024″, afirmó.

La refinería de petróleo de ANCAP en Montevideo, Uruguay (REUTERS/Andres Stapff/Archivo)
La refinería de petróleo de ANCAP en Montevideo, Uruguay (REUTERS/Andres Stapff/Archivo)

El economista Braulio Zelko, que integró el equipo económico de los gobiernos del Frente Amplio, definió en la red social X al crecimiento como “muy bajo” y señaló tres shocks: la sequía (que incidió en la producción del agro y de energía hidroeléctrica), el desvío del consumo hacia Argentina y la parada técnica programada de la refinería de petróleo.

Otros aspectos permiten compensar estos factores negativos, señaló. Aunque cayó la construcción, el inicio de las actividades de la segunda planta de celulosa es uno de ellos. También la mejora del consumo privado explicada por la recuperación del salario real.

Zelko, integrante del grupo Etcétera, también estima que habrá una mayor crecimiento de la actividad económica en 2024 por la desaparición de los efectos transitorios como la sequía y el fin de la Argentina barata para los uruguayos.

La consultora CPA estima que el crecimiento en 2024 será de entre 3,5% y 4%. El cálculo no sufrió modificaciones por el dato que publicó el BCU, aunque Capurro marcó un matiz: “Los precios con Argentina se corrigieron antes de lo esperado (lo esperábamos recién para fines de 2024, pero ocurrió antes) y eso frenaría la fuga de consumo y favorecería al comercio interno”, agregó.

La consultora Exante, en tanto, estima que la actividad económica uruguaya en 2024 crecerá 3,8%.