Chile: con desconfianza, gobierno y oposición buscan una nueva Convención Constituyente asesorada por un comité de expertos

Portavoces del gobierno se apuraron en anunciar un acuerdo y desde la oposición lo desmintieron. Siguen las conversaciones tras el rechazo a la nueva Carta Magna en el plebiscito

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Chile ha acordado avanzar hacia un nuevo texto constitucional que será redactado por una nueva Convención. REUTERS/Iván Alvarado
Chile ha acordado avanzar hacia un nuevo texto constitucional que será redactado por una nueva Convención. REUTERS/Iván Alvarado

El gobierno de Gabriel Boric trabaja para lograr un nuevo acuerdo constitucional tras el rechazo a la nueva Constitución en el plebiscito de hace 10 días. Intenta un acuerdo con los partidos políticos tradicionales sobre la base de cinco puntos que, si es que todo sale bien en las próximas horas, debería llevar a una nueva Convención Constitucional elegida por la ciudadanía y un comité de expertos que apoyará el camino del órgano redactor.

El 4 de septiembre pasado Chile decidió, mediante un plebiscito obligatorio, rechazar el texto propuesto por la Convención Constitucional. Esto provocó un certero golpe al gobierno que había tomado posición a favor del “Apruebo”, y la urgencia de la clase política nacional de acordar un nuevo proceso de redacción para cumplir así con el mandato del país de tener una eventual nueva Constitución.

Y es así que desde la semana pasada los esfuerzos se han concentrado en el Congreso para buscar un acuerdo lo más transversal posible, y que incluya a todos los partidos políticos, quienes han mostrado disposición para avanzar y cumplir la palabra empeñada de avanzar hacia un nuevo proceso constitucional.

De esta forma avanzaron las conversaciones hasta este lunes pasado el gobierno anunció los primeros acuerdos de estas negociaciones: eventualmente existirá Convención Constitucional elegida por la ciudadanía de característica paritaria, y habrá un plebiscito obligatorio para definir si se aprueba o se rechaza el texto de este órgano redactor.

De manera paralela, debiera existir un comité de expertos quienes acompañarán el proceso. Sin embargo, no se sabe el formato de esto, lo que debiera quedar esclarecido en las próximas horas. Entre los otros acuerdos se definió que debe haber la voluntad para continuar con el proceso constitucional, presionando así a los partidos a cumplir con sus compromisos emitidos antes del plebiscito del 4 de septiembre.

“A partir de este momento se abre una luz de esperanza y se empiezan a fijar certeza de que en Chile Vamos a tener un nuevo proceso constituyente. Hemos ido dejando las diferencias de lado y acercando nuestra posiciones, porque lo que queremos es dar certidumbre de cuál es el país que viene en este nuevo proceso. Es importante recordar que todos los acuerdos requieren los 4/7 de la Cámara como del Senado y que los cinco acuerdos suscritos hoy, tienen con holgura esa base de apoyo parlamentaria”, dijo el presidente de la Cámara Baja, Raúl Soto.

No se sabe muy bien cuando se iniciará esta convención o cuando será la elección de quienes redactarán este texto. Desde el bloque político del Frente Amplio se propuso dar inicio a la Convención Constitucional en mayo y realizar el plebiscito ratificatorio en diciembre del 2023. En el Partido por la Democracia (PPD) se presentó la idea que en noviembre sean elegidos quiénes integrarán este órgano y en enero del 2023 que se instale de lleno para comenzar a armar la Carta Fundamental. Sin embargo, la definición definitiva se debiera formular en las próximas horas.

El comité de expertos

Tras la victoria del Rechazo se hizo sentir la necesidad que el próximo órgano redactor debiera tener la colaboración de un grupo de expertos como asesores. De hecho, el ex presidente, Ricardo Lagos, recordó la experiencia constitucional de 1925 cuando el mandatario de ese entonces, Arturo Alessandri, formó un grupo de expertos al mismo tiempo la ciudadanía elegía a sus representantes. “¿Qué hizo el ‘León de Tarapacá’? Mientras elegían la asamblea constituyente, nombró a un grupo de 20 o 25 expertos, de sabios, y dijo ‘tengan un borrador preparado cuando llegue la asamblea Constituyente’, apuntó Lagos.

Entre los parlamentarios son varias las voces que proponen diversas funciones y papeles que debieran desempeñar estos asesores. Para la presidenta del Partido Socialista, Paula Vodanovic, existen dudas sobre el rol de este grupo colaborativo. “Nosotros vamos a tener una elección, probablemente, en abril del otro año, o en mayo, por lo tanto, en todo este tiempo efectivamente se pueden revisar propuestas, se puede analizar… pero tampoco queremos que bajo esta comisión de expertos y expertas se termine disfrazando en una Convención Mixta”, dijo Vodanovic.

Desde la oposición presentaron la idea que estos expertos tengan atribuciones mayores. “La propuesta que se está trabajando en Renovación Nacional y Chile Vamos, que tendrá que tener por supuesto la validación de sus órganos internos, incluye la consideración de un comité técnico integrado por expertos, para evitar los errores de la Convención Constitucional”, dijo el presidente RN, Francisco Chahuán.

Por ahora, la forma y cómo actuarán estos expertos está en veremos. Por ejemplo, desde el bloque de Socialismo Democrático se ha planteado que 35 miembros integren este grupo, mientras que la Democracia Cristiana ha propuesto que los especialistas comiencen a trabajar en cuanto antes “tomando como base la Constitución de 1925, la propuesta de la ex Presidenta Bachelet y elementos positivos que se pueden rescatar de la propuesta de la Convención”, dijo el senador Matías Walker.

¿Hoja en blanco?

La ministra Ana Lya Uriarte, hablando ante los medios de comunicación, mostró su inclinación por la "página en blanco".
La ministra Ana Lya Uriarte, hablando ante los medios de comunicación, mostró su inclinación por la "página en blanco".

Para Chahuán, un buen inicio para este eventual nuevo proceso constitucional es tomar como base la propuesta de Constitución de Bachelet, desechando así la idea de la página en blanco. “Yo no soy partidario de una hoja en blanco. (...) A mí me gusta la Constitución de Michelle Bachelet, que es un buen punto de inicio”, dijo el líder de oposición.

La propuesta de Bachelet de 2018 consagraba el Estado social, ampliaba el mandato presidencial a seis años y se resguardaba el derecho preferente de los padres de educar a sus hijos. Además, se señalaba que “la libertad de enseñanza es inherente al derecho a la educación” y se sellaba “el derecho al trabajo y a la protección”, entre otros artículos más.

Sin embargo, en La Moneda mantienen otra preferencia. La recién asumida ministra de la Secretaría General de la Presidencia, Ana Lya Uriarte, se inclinó por la página en blanco, es decir, empezar a escribir el texto desde cero. “Nosotros como Gobierno ya hemos emitido opinión varias veces, hemos sido claros y categóricos respecto de cómo visualizamos este proceso. Nosotros entendemos que estamos hablando de una página en blanco, empezamos a escribir una nueva Constitución”, dijo Uriarte, quien agregó que “hay otros puntos que creo que está instalado, que es el tema de la paridad”.

Además, Uriarte expresó que debe haber espacio para los independientes y Pueblos Originarios en un eventual proceso constitucional. “También es importante recalcarlo, que tiene que haber un espacio de escaños reservados para los Pueblos Originarios, cuya proporción va a ser parte del debate que deben llevar adelante en esta instancia de encuentro político, pero tiene que haber una presencia de Pueblos Originarios. Y también por cierto mirar la fórmula como se incorpora la voz de tantos independientes que existen en nuestro país”, dijo la autoridad.

Molestia en la oposición

Los primeros en comunicar estos primeros avances en las conversaciones fueron personeros ligados al oficialismo. Por ejemplo, la Vocera de Gobierno, Camila Vallejo, expresó que “la suma de voluntades de los distintos partidos ha logrado encausar democráticamente este nuevo proceso constituyente, que tendrá un órgano electo, con independientes, PP.OO (Pueblos Originarios), paritario y con apoyo de expertas y expertos”.

Por su parte, el diputado de gobierno, Diego Ibáñez, publicó un mensaje en redes sociales con consensos políticos que detallaban una “Convención 100% electa”. La expresión de todos estos dichos han molestado a la oposición chilena porque para ellos estos acuerdos “no están suscritos”, desmintiendo un acuerdo definitivo.

Anunciar acuerdos que todavía no están suscritos amenaza las confianzas y el espíritu colaborativo, al punto de evaluar la pertinencia de los caminos ofrecidos”, dijeron personeros de la oposición. Expresar el término “Convención Constitucional” también es una molestia para la este bloque. “Hablar de una nueva Convención puede hacer revivir los fantasmas de un proceso que fracasó, por eso hablar de un órgano ciudadano, democráticamente electo, con paridad, es un concepto que de momento nos parece mejor”, dijo el presidente de la Unión Demócrata Independiente (UDI), Javier Macaya.

La presidenta del partido político Evópoli, Luz Poblete, cuestionó directamente los dichos de Vallejo. “La que más molestó de todas maneras fue la de la ministra (Vallejo), porque además ella habla de otros detalles del acuerdo como si estuvieran zanjados. Habla de pueblos originarios, habla de paridad, de independientes, hay que tener mucho cuidado, porque ese es el tipo de detalles que no hemos zanjado, ni el nombre, si es que se va a llamar Convención o no, porque sabemos que para la ciudadanía es un reciente mal recuerdo”, dijo Poblete.

En tanto, desde el oficialismo hicieron un llamado a la oposición a que “no retrocedan” en lo expuesto en las negociaciones políticas de estos días. “De modo que yo lamento mucho si es que eso se ha puesto en duda, porque eso se acordó ayer y le puedo asegurar que eso fue así en la reunión de ayer en el Senado”, dijo Natalia Piergentilli, presidente del PPD.

Desde el gobierno la ministra Ana Lya Uriarte sostuvo que “yo entiendo y quiero ser muy categórica en ello que, por una parte, he venido personalmente planteando reiteradamente que estamos acompañando este diálogo. Hicimos ver aquello que hemos sostenido como Gobierno desde hace mucho tiempo, pero no en el ánimo, ni de pautear, ni de presionar ni mucho menos de imponer visiones respecto de contenido de este acuerdo”.

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