Crecen las consultas de peruanos para radicarse en Uruguay

Desde que asumió la presidencia Pedro Castillo, familias enteras comenzaron averiguar como mudarse ante los temores por posibles medidas que dificulten movilizar el capital de empresas y personas

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El nuevo presidente del Perú, Pedro Castillo
El nuevo presidente del Perú, Pedro Castillo

Tras la asunción del candidato de izquierda a la presidencia peruana, Pedro Castillo, la incertidumbre política puso en la mira de los peruanos a Uruguay. Si bien el gobierno de Castillo aún no anunció medidas concretas, distintos organismos uruguayos han recibido consultas para gestionar residencias.

Diego Tognazzolo, socio de asesoramiento tributario, legal y contable de PwC Uruguay, explicó al Semanario Búsqueda que no hay un único motivo para querer irse de Perú, pero que entre los factores principales se encuentra la preocupación con respecto a las posibles restricciones de capital, empresas y personas. Agregó que no es solo la incertidumbre peruana, sino que también es la estabilidad uruguaya.

El manejo de la pandemia, los resultados de la vacunación y esa estabilidad económica y política se han convertido en valores importantes para los extranjeros que buscan residir en Uruguay.

El interés de los peruanos es recibido a través de consultoras uruguayas, ejecutivos y organismos oficiales, informó el semario uruguayo.

Quiénes son

Los empresarios e inversores que están interesados en radicarse en Uruguay orientan sus actividades hacia áreas como el managment de servicios, inversiones financieras en inmuebles, fondos de inversión, software, forestación o trading de bienes para la región.

Algunos de esos proyectos tienen interés en instalarse en las zonas francas y contratar trabajadores, generando puestos de trabajo para los uruguayos. Algunas familias han hecho consultas, según Tognazzolo, junto con ejecutivos que trabajan para multinacionales que buscan alquilar inmuebles para trabajar desde Uruguay.

La rambla de Montevideo, uno de los atractivos de la ciudad (Reuters)
La rambla de Montevideo, uno de los atractivos de la ciudad (Reuters)

Sebastián Risso, director ejecutivo del Instituto Uruguay XXI, comentó que las consultas por parte de los peruanos se encuentran en una etapa inicial y que, en los últimos meses, el interés se estuvo expandiendo.

Las consultas comenzaron de forma incipiente en marzo y abril. Fueron aumentando en cantidad a medida que se acercaban las elecciones peruanas y se aceleraron en junio y julio con los resultados de las elecciones y la reciente presidencia de Castillo.

El caso argentino

A pesar de que la cantidad de interesados peruanos viene en aumento, el fenómeno continúa siendo mucho menor en magnitud comparado con lo que sucedió con los argentinos en 2020. Debido a las medidas fiscales y restricciones impuestas por el gobierno de Alberto Fernández, Uruguay vivió una ola de inmigración de su país vecino.

Solamente del 13 de marzo al 31 de julio de 2020, entraron al país casi 25.000 ciudadanos argentinos. Mientras que en Buenos Aires la cuarentena obligatoria se extendía, en Uruguay se apoyaba la cuarentena voluntaria. El año pasado, incluso, el 65% de los pedidos de inscripción de un colegio en Punta del Este fue de argentinos.

Al cierre del año 2020, los pedidos de residencia de los argentinos cuadruplicaron a los de los venezolanos, siendo 6811 contra 1547, cuando en los últimos tres años Venezuela había estado siempre primero. Tognazzolo dijo a Búsqueda que a través de la oficina de PwC en Lima recibieron unas cincuenta consultas en los últimos meses.

Con una pandemia mundial presente y las puertas migratorias prácticamente cerradas, Uruguay tuvo un saldo migratorio positivo. Los ingresos al país superaron los egresos durante el 2020, pero es una tendencia que no cambió en lo que va del 2021.

Para realizar el trámite de residencia legal, a oficina de migración uruguaya exige documentos como el carné de vacunación vigente, antecedentes penales, carné de salud al día, declaración de medios de vida, partida de nacimiento, ánimo de permanencia (evaluado por la propia oficina) y, en caso de existente, partida de matrimonio.

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