El reconocimiento de Israel a Somalilandia, nuevo factor en el tablero geoestratégico en el Cuerno de África

La decisión del gobierno israelí de reconocer a Somalilandia marca un giro inesperado en la región y desata reacciones inmediatas de actores internacionales, mientras emergen temores sobre su impacto en la estabilidad y la geopolítica del Cuerno de África

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La posibilidad de que Israel busque establecer acuerdos militares y de seguridad con Somalilandia ha intensificado las preocupaciones entre actores regionales, considerando la posición estratégica de este territorio en el Golfo de Adén, frente a las costas de Yemen. De acuerdo con lo publicado por Europa Press, la reciente decisión del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de reconocer oficialmente a Somalilandia como estado, ha generado un amplio espectro de reacciones internacionales y ha colocado de nuevo el foco sobre el historial de este territorio, cuya aspiración independentista se remonta a la década de 1990.

Según informó Europa Press, Netanyahu comunicó el reconocimiento a Abdirahman Mohamed Abdulahi, apodado 'Irro', presidente de Somalilandia, el 26 de diciembre, enmarcando la medida bajo el “espíritu de los Acuerdos de Abraham”, firmados en 2020. Este acuerdo, impulsado en su momento por el presidente estadounidense Donald Trump, facilitó la normalización de relaciones entre Israel y varios países árabes, entre los que figuran Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Marruecos y Sudán, aunque Jartum aún no ha ratificado completamente ese paso. En el contexto del Cuerno de África, la decisión israelí fue recibida con inmediata oposición por parte del gobierno central de Somalia y la mayor parte de la comunidad internacional, excepto por las autoridades de Taiwán, quienes celebraron públicamente la posición de Israel.

Tan pronto como se hizo pública la postura de Netanyahu, el parlamento de Somalia se reunió de manera extraordinaria para declarar “nulo” el reconocimiento otorgado, sosteniendo que contraviene el derecho internacional. Los legisladores somalíes recordaron que Somalilandia constituye una “parte inalienable del territorio de la República Federal de Somalia”, alineándose de esta forma con opiniones de los principales organismos internacionales, según detalló Europa Press. El presidente somalí, Hasán Sheij Mohamud, ha calificado la decisión como un “ataque” a la soberanía nacional y advirtió sobre el “riesgo de desestabilización” que podría generar en la región, advirtiendo sobre el potencial resurgimiento de “elementos extremistas”, aludiendo a Al Shabaab, el grupo ligado a Al Qaeda, que también ha emitido reproches hacia Netanyahu y el gobierno israelí.

A este contexto se suma la posición de Mogadiscio, que mantiene un compromiso “inamovible” con la protección de su soberanía y su integridad territorial. El liderazgo somalí ha catalogado a Somalilandia como un componente esencial e indivisible de la nación, manteniendo su postura pese a los recientes desacuerdos diplomáticos con Etiopía. Este distanciamiento se profundizó tras la firma de un memorando de entendimiento en 2024 entre Addis Abeba y las autoridades de Somalilandia, en un proceso que surgió de los esfuerzos etíopes por recuperar acceso al mar, una condición perdida en 1993 con la independencia de Eritrea. Según detalló Europa Press, Etiopía pretendía obtener este acceso a través de un acuerdo con Somalilandia, ofreciendo a cambio participación en la aerolínea estatal Ethiopian Airlines y el compromiso de un posible futuro reconocimiento de independencia, aunque este último aún no se ha concretado.

Somalilandia opera con autonomía desde hace más de treinta años y declaró formalmente su independencia en 1991, tras una conferencia realizada en el territorio en la que se revocó la unión con Somalia, adoptando las fronteras del antiguo Protectorado Británico. Pese a las reiteradas negativas internacionales a reconocer legalmente el nuevo estado, la región ha establecido acuerdos de inversión con países como Etiopía y Emiratos Árabes Unidos, aunque continúa afrontando restricciones por parte del gobierno central somalí, que han limitado sus relaciones exteriores y su capacidad de acceder al mercado internacional. No obstante, dentro de Somalia, Somalilandia ha sido percibida como un área con estabilidad institucional y mayores niveles de gobernabilidad comparados con otras regiones, señaló Europa Press.

El territorio, limítrofe con Yibuti y Etiopía y colindante con la región semiautónoma de Puntlandia, abarca más de cien kilómetros de litoral sobre el Golfo de Adén, frente a Yemen. La disputa por territorios fronterizos y el acceso a recursos ha contribuido a la tensión interna y con sus vecinos. Los antecedentes de estas aspiraciones independentistas parten del siglo XIX, cuando el territorio se estableció como protectorado británico antes de su unificación con Somalia en 1960. Décadas después, la consolidación del Movimiento Nacional Somalí (SNM) tras la caída de Siad Barré en 1991 fue determinante para la declaración de independencia y la instauración gradual de instituciones propias mediante elecciones, informó Europa Press.

No obstante, Mogadiscio continúa desestimando las declaraciones de independencia y en diciembre de 2023 manifestó disposición para reanudar el diálogo bajo la mediación de Yibuti. Sin embargo, estas conversaciones se vieron obstaculizadas por el posterior acuerdo entre Somalilandia y Etiopía, que deterioró el clima diplomático.

El reconocimiento oficial por parte de Israel ha añadido un nuevo componente a la disputa regional. Países como Irán y Turquía, así como el gobierno palestino, el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) y los hutíes de Yemen, han repudiado la medida, argumentando que se inscribe en la estrategia geopolítica de Israel para aumentar su influencia en el área. Entre sus principales preocupaciones figura la eventual presencia militar israelí en Somalilandia, lo que podría incluir el establecimiento de instalaciones estratégicas cerca del estrecho de Bab el Mandeb, una vía marítima clave para el comercio internacional y el movimiento militar en la región.

Tanto las autoridades palestinas como Hamás han hecho públicas sus sospechas sobre la posibilidad de que Israel pretenda trasladar población de la Franja de Gaza a Somalilandia. Las autoridades del territorio rechazaron categóricamente esta opción y aseguraron que dicho escenario no se está valorando. Turquía, que sostiene intereses económicos considerables en Somalia y mantiene su principal base militar en África en ese país, ha reaccionado con desconfianza ante la maniobra israelí debido a la competencia geoestratégica existente y la colaboración militar turca con el gobierno somalí en la lucha contra Al Shabaab.

En ese contexto, Somalilandia ha buscado capitalizar su ubicación geográfica como recurso para forjar nuevas alianzas, inspirándose en políticas similares a las de Yibuti, país que alberga bases militares de varias potencias internacionales, incluidas Estados Unidos, China, Francia, Italia y Japón. No obstante, los esfuerzos somalilandeses enfrentan obstáculos asociados a la falta de reconocimiento internacional, que condiciona su margen de maniobra en asuntos globales, según reportó Europa Press.

El acto de Israel ha sido rechazado por organismos multilaterales como la Unión Africana, la Autoridad Intergubernamental sobre el Desarrollo (IGAD) y la Liga Árabe. Pese a la relevancia del gesto, se mantiene la incertidumbre acerca de si otros países replicarán la postura israelí y concederán reconocimiento diplomático a Somalilandia, lo que supondría un respaldo decisivo para sus aspiraciones soberanas. Mientras tanto, la región sigue afrontando tensiones e incertidumbre por las implicaciones que este acto podría desencadenar tanto a nivel interno como en el entorno del Cuerno de África, de acuerdo con la información presentada por Europa Press.