El vicepresidente de Bolivia se declara en oposición y acusa al presidente de "juntarse con corruptos"

En un nuevo episodio de tensiones en el poder boliviano, Edman Lara expresó públicamente su desacuerdo con Rodrigo Paz, criticando su política económica y el supuesto favoritismo hacia sectores privilegiados, además de denunciar prácticas cuestionables en la administración actual

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“Si nos quedamos los cinco años, los cinco años va a tener que soportarme Rodrigo Paz, pues hecho de corrupción que detecte será denunciado, no voy a callar”. Con esas palabras, recogidas por el medio de referencia, Edman Lara anunció de forma pública e inequívoca su intención de fiscalizar la administración de Rodrigo Paz durante el mandato presidencial en Bolivia. Según lo publicado, Lara realizó estas declaraciones a través de TikTok, la plataforma que suele utilizar para comunicarse con la ciudadanía, en medio del que se considera el episodio más contundente del distanciamiento político entre las máximas autoridades ejecutivas del país.

Tal como consignó el medio, Lara formalizó su posición este miércoles, describiéndose como “oposición, pero oposición constructiva”. De acuerdo con la información difundida, el vicepresidente acusó al presidente Paz de “gobernar para los ricos” y de “juntarse con corruptos”, términos que reflejan una ruptura que habría comenzado poco después de la toma de posesión de ambos mandatarios. Lara subrayó que su principal objetivo es luchar contra la corrupción y advirtió que no dejará pasar ninguna irregularidad que detecte en el gobierno.

La tensión abierta en la cúpula gobernante tiene antecedentes desde los primeros días del mandato. Según detalló la fuente, Lara ha protagonizado varios desencuentros con Paz, especialmente tras el rechazo presidencial a la designación de Freddy Vidovic como ministro de Justicia, una propuesta impulsada por el propio Lara y posteriormente descartada por el jefe de Estado. Estos roces iniciales se mantuvieron en el tiempo y fueron escalando a medida que avanzó la legislatura.

En los últimos días, el vicepresidente también anunció su intención de impulsar acciones en el Parlamento contra un paquete de medidas económicas presentado por el gobierno, donde se incluye la eliminación del subsidio al diésel. De acuerdo con sus declaraciones públicas, Lara advirtió que este tipo de políticas “lo único que van a causar es más pobreza, más desempleo y la subida de los precios de la canasta familiar”.

El medio precisó que Lara, en su intervención por redes, defendió su postura alegando que no puede mantenerse en silencio ante lo que considera injusticias o manejos cuestionables en la administración nacional. Su promesa de denunciar cada evento de corrupción representa una postura de vigilancia activa frente a la gestión de Paz, y su declaración de constituirse como un actor opositor abre un nuevo episodio de gobernabilidad dividida en Bolivia.

La confrontación entre ambas autoridades, reportó la fuente, marca un hecho inusual en la historia reciente de la política boliviana, ya que el distanciamiento entre presidente y vicepresidente suele permanecer en el ámbito interno o derivar en crisis institucionales. En este caso, las acusaciones públicas de Lara, sumadas a su estrategia de comunicación directa a través de plataformas sociales, han amplificado la atención pública y mediática respecto a las diferencias estructurales dentro del Ejecutivo.

Además de sus críticas hacia la política económica y su denuncia de un presunto acercamiento de Paz a sectores privilegiados, el vicepresidente ha insistido en que su actuación corresponde a un deseo de transparencia y a la promoción de una fiscalización efectiva del poder. Según recogió el medio, Lara reiteró que su oposición no busca la destrucción del gobierno, sino una transformación que impida prácticas asociadas a la corrupción y a la concentración de beneficios en grupos reducidos.

El debate ha repercutido tanto en el ámbito institucional como en la opinión pública, motivando respuestas y posicionamientos dentro y fuera del oficialismo. La continuidad de este enfrentamiento podría impactar en la efectividad de las políticas impulsadas por el gobierno y en la agenda económica y social que impulsa el Ejecutivo.

De acuerdo con lo relatado en el texto original, todas estas manifestaciones representan la confirmación más clara de una fractura que, según fuentes del medio, se había gestado desde los primeros momentos de la cohabitación de Lara y Paz en el poder. La evolución de este conflicto interno, sus efectos sobre la gobernanza y el destino de las iniciativas legislativas y económicas anunciadas por el Ejecutivo se mantienen bajo la observación de los distintos sectores políticos y sociales bolivianos.