Von der Leyen comunica a los líderes que la firma del acuerdo con Mercosur se pospone a enero

La mandataria de la Comisión Europea informó durante un encuentro en Bruselas que el esperado tratado comercial con el bloque sudamericano no será oficializado en la fecha prevista por desacuerdos internos sobre agricultura y sostenibilidad ambiental, según fuentes diplomáticas

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Francia e Italia han insistido en varias ocasiones durante las negociaciones con Mercosur en la necesidad de incluir cláusulas estrictas para garantizar la protección de sus sectores agrícolas y exigir mayores compromisos medioambientales a los países sudamericanos. Tal como informó Europa Press, estas reivindicaciones se plantearon nuevamente en la reciente cumbre de líderes europeos en Bruselas, donde la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, comunicó que la firma del acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el bloque sudamericano no se llevará a cabo en la fecha originalmente prevista, reprogramándola para enero.

El medio Europa Press reportó que la presidenta de la Comisión Europea realizó el anuncio durante la cena de líderes celebrada en la capital belga, informando que el pacto comercial con Mercosur quedaba postergado. El acuerdo, que involucra a más de 700 millones de personas y persigue la eliminación de barreras arancelarias y la intensificación de los intercambios comerciales entre ambas regiones, ha enfrentado retrasos sucesivos por desacuerdos internos, especialmente en torno a agricultura y sostenibilidad ambiental, según detalló el medio.

Europa Press consignó que el asunto, aunque no figuraba en la agenda principal del Consejo Europeo, ocupó un lugar destacado en las conversaciones, impulsado por las demandas explícitas de París y Roma. Estas capitales consideran que la apertura de los mercados podría tener un impacto adverso sobre sus productores agrícolas y requieren garantías adicionales antes de refrendar el tratado. La sostenibilidad medioambiental y la protección sectorial aparecen como condiciones imprescindibles para avanzar.

Durante las rondas de trabajo previas, Francia e Italia ya habían adelantado al resto del bloque europeo y a la Comisión su posición de no ratificar el texto definitivo si no se incorporaban mecanismos claros que respondieran a sus inquietudes, informó Europa Press. Esta postura ha sido reiterada, promoviendo nuevas revisiones y negociaciones que han dilatado la maduración del acuerdo.

Europa Press resaltó que otras naciones de la Unión Europea han manifestado reservas relacionadas no solo con cuestiones agrícolas, sino también con aspectos sociales, normativas medioambientales y regulaciones de competencia. Estos factores han alimentado las diferencias internas y han modulado el ritmo de los avances diplomáticos, resultando en alteraciones frecuentes del calendario de firma.

En lo que respecta al contexto general del acuerdo, Europa Press describió que el pacto UE-Mercosur figura entre los mayores proyectos de integración económica a escala mundial, y que la liberalización comercial es vista por algunos Estados miembros como una vía para incrementar la competitividad del bloque europeo frente a otras potencias que buscan establecer alianzas con América del Sur. No obstante, los gobiernos más cautelosos insisten en reforzar los instrumentos de defensa para los sectores vulnerables a una mayor competencia extrarregional.

Según el balance ofrecido por Europa Press, el borrador vigente del acuerdo se encuentra atravesado por años de negociaciones y múltiples ajustes que han respondido a exigencias regulatorias, ambientales y sociales. Pese a que una parte considerable del bloque europeo apoya la conclusión del pacto, persisten dudas sobre la capacidad de los países involucrados para satisfacer las condiciones de sostenibilidad exigidas y proteger los tejidos productivos locales.

El anuncio de Ursula von der Leyen de postergar la firma del acuerdo hasta enero introduce una nueva hoja de ruta en el calendario político comunitario y abre el camino a una fase adicional de conversaciones técnicas y diplomáticas, según enfatizó Europa Press. La Comisión Europea continuará sus gestiones con los países de Mercosur para trabajar sobre los puntos sensibles y buscar consensos que permitan destrabar la ratificación.

Entre los Estados miembros de la UE se observa una brecha en cuanto al ritmo y la conveniencia del acuerdo, reportó Europa Press. Mientras algunos gobiernos presionan para apurar la concreción y no perder oportunidades frente a competidores globales, otros reclaman un refuerzo de los mecanismos de protección, especialmente para las industrias que se consideran expuestas ante el incremento de importaciones.

En este contexto, la Comisión Europea enfrenta el reto de conciliar la estrategia de competitividad global, que se presenta como uno de los principales ejes del debate europeo, con la obligación de atender las exigencias internas relacionadas con estándares ambientales y resguardo de los sectores productivos más frágiles. El futuro inmediato del tratado dependerá, según Europa Press, de la evolución de estos diálogos y de la capacidad de la Unión Europea para construir una postura común que permita avanzar hacia la firma esperada en los primeros meses del próximo año.