Las autoridades de Rusia han asegurado este lunes que han iniciado negociaciones con la parte ucraniana para la liberación de al menos trece civiles de la región de Kursk que han sido expulsados por la fuerza a la provincia ucraniana de Sumi en el marco de la ofensiva lanzada por Kiev en agosto en esta zona fronteriza.
"Tenemos información fiable sobre trece ciudadanos de la Federación Rusa que fueron desplazados a la región de Sumi en Ucrania, y hoy estamos negociando con la parte ucraniana sobre su posible regreso a Rusia", ha aseverado la Defensora del Pueblo de Rusia, Tatiana Moskalkova.
Moskalkova ha incidido en que la principal misión de las autoridades rusas pasa por garantizar que estos ciudadanos estén a salvo y se les brinde toda la asistencia necesaria antes de regresar a sus hogares "lo antes posible", según declaraciones recogidas por la agencia rusa de noticias TASS.
La Defensora del Pueblo rusa ya había denunciado a finales de septiembre que Moscú tenía evidencias de la expulsión por la fuerza de decenas de civiles residentes en Kursk, pero que no había información alguna sobre dónde estaban ubicados ni sus familiares habían podido contactar con ellos.
Moskalkova denunció ya entonces lo que para Moscú es "una grave violación" de las normas para el trato de civiles en zonas de conflicto armado, y aseguró que se había puesto en contacto con su par ucraniano, Dimitro Lubinets, para abordar este asunto a la mayor brevedad posible.
Las Fuerzas Armadas de Ucrania lanzaron el pasado mes de agosto una incursión terrestre sobre la región rusa de Kursk, ubicada en la frontera. Allí lograron tomar el control de más de un centenar de localidades antes de que el Ejército ruso pudiera estructurar su plan de contraataque, aunque los combates en la zona siguen activos.