El partido del presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el principal grupo parlamentario de centro-derecha han abierto este viernes la puerta a contar con representación en el gabinete que ultima el nuevo primer ministro, Michel Barnier, del que ya se han desmarcado todos los partidos de izquierda, incluidos los socialistas. Juntos por la República, que aglutina a los denominados 'macronistas', no tiene "ni voluntad de bloqueo ni de apoyo incondicional" al nuevo Ejecutivo, como ha expuesto el primer ministro saliente, Gabriel Attal, en un mensaje dirigido al resto de legisladores de su grupo. Attal, que se ha reunido este mismo viernes con Barnier para tender puentes, ha explicado que buscarán ser "útiles" al país, lo que implica una "posible participación" en el futuro Gobierno, según la nota recogida por Franceinfo. Otro de los potenciales apoyos es La Derecha Republicana, el grupo que engloba a los miembros de Los Republicanos que rompieron con la línea de su líder, Eric Ciotti, y optaron por no aliarse con la ultraderecha en la campaña previa a las elecciones de mayo y junio. Laurent Wauquiez, líder de este grupo conservador, ha defendido tras verse con Barnier el papel de los conservadores para que la situación se haya "desbloqueado" tras semanas de parálisis. Ahora, "lo que cuenta, es el programa" que pueda presentar el nuevo primer ministro y, según Wauquiez, "nada está decidido". "En función del programa tomaremos las decisiones", ha señalado ante los medios, en un tono más conciliador al utilizado por Ciotti, que ya el jueves acusó a Macron de querer conservar el poder recurriendo a Barnier para la jefatura del Gobierno. Agrupación Nacional, el partido de ultraderecha de Marine Le Pen, ha evitado por ahora inclinarse por el 'sí' o por el 'no' a Barnier y le ha reclamado en cambio que emprenda un cambio político y anuncie medidas relativas a mejorar la seguridad o combatir la inmigración como requisito previ al apoyo. RECHAZO SOCIALISTA Por su parte, el rechazo en el flanco de la izquierda a los últimos movimientos de Macron alcanza a todos los grupos, también al Partido Socialista, que por boca de su líder, Olivier Faure, ha dejado claro que "nadie" del partido será ministro en una entrevista a France Inter. Faure ha negado contactos con Barnier, pero ha vuelto a acusar a Macron de utilizar las instituciones y de no respetar la voluntad expresada por los ciudadanos en las urnas. El presidente se negó a nombrar a un primer ministro de izquierdas pese a la victoria del Nuevo Frente Popular porque asumía que no contaría con apoyo suficiente en la Asamblea Nacional.