Jerusalén, 1 feb. Los ataques y agresiones de represalia por parte de colonos israelíes en Cisjordania ocupada han aumentado en gran medida desde el estallido el pasado jueves de la reciente escalada de violencia en la región, aseguran hoy un organismo de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y la ONG israelí Betselem.
"Documentamos más de 35 ataques de colonos" desde el 26 de enero, "una cifra muy alta en pocos días", concretó a EFE una portavoz de Betselem, en referencia al día del estallido del repunte de tensión.
Este se inició con una redada militar israelí en la ciudad de Yenín -bastión de la resistencia armada palestina en el norte de Cisjordania ocupada- que causó 10 palestinos muertos. El día después, el ciclo de violencia siguió con un ataque palestino en una colonia israelí de Jerusalén Este ocupado que acabó con la vida de siete personas.
Según prensa local, desde entonces aumentaron mucho las agresiones por parte de colonos en territorio ocupado. De acuerdo con Betselem, esto incluyó "ataques físicos, casos de disparos con fuego real, arrojo de piedras a automóviles en carreteras o contra coches aparcados", así como destrozos en casas y "daños a la propiedad".
La ONG remarca que probablemente la cifra de ataques sea más alta de los números que pudo registrar, y ello muestra también cómo la escalada alimentó aún más la violencia desde inicios de 2023.
"Las autoridades de ocupación israelíes y los colonos llevaron a cabo más de 700 ataques durante el mes de enero", denunció hoy en un informe mensual la Comisión de Resistencia al Muro y Asentamientos, órgano afiliado a la ANP que supervisa la situación sobre terreno.
Según este organismo, entre estas acciones hubo la demolición de 94 viviendas y establecimientos comerciales palestinos, así como "agresiones directas a ciudadanos, vandalismo, allanamiento de terrenos, arranque de árboles" o "apoderamiento de viviendas".
También se causaron daños o arrancaron casi 800 árboles, la mayor parte olivos, medio de subsistencia de muchos agricultores palestinos.
La mayoría de incidentes fueron en el norte cisjordano, escenario de operativos de arresto israelíes casi diarios desde hace casi un año que a menudo derivan en choques armados con grupos palestinos. En lo que va de año murieron 35 palestinos por fuego israelí en la región, la cifra más letal en un mes desde 2015.
El mismo enero, las autoridades israelíes "emitieron 55 avisos de demolición y de paro en la construcción de instalaciones palestinas" con la alegación de no tener permisos para alzar las estructuras.
Los palestinos denuncian que Israel casi no les da autorizaciones de esta índole en Jerusalén Este o en las zonas bajo su control directo en Cisjordania, mientras el Estado judío sigue promoviendo la construcción y expansión de colonias en territorio ocupado.
La ampliación de los asentamientos o aumentar la contundencia de las medidas represivas en el marco del conflicto con los palestinos forma también parte de la agenda política de los partidos de extrema derecha que integran la coalición de Gobierno de Benjamín Netanyahu, que asumió el poder a finales de diciembre.
Israel se hizo con el control de Jerusalén Este y Cisjordania en 1967. Desde entonces mantiene una ocupación sobre estos territorios que es de las más largas en la historia reciente. EFE
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