Los líderes de la UE visitan Ucrania en una señal de apoyo tras las críticas recibidas

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Un tranvía dañado en un depósito de tranvías bombardeado, en medio del ataque de Rusia a Ucrania, en Járkov, Ucrania. 15 de junio de 2022. Imagen tomada con un dron. REUTERS/Iván Alvarado
Un tranvía dañado en un depósito de tranvías bombardeado, en medio del ataque de Rusia a Ucrania, en Járkov, Ucrania. 15 de junio de 2022. Imagen tomada con un dron. REUTERS/Iván Alvarado

Por Natalia Zinets

KIEV, 16 jun (Reuters) -Los líderes de Alemania, Francia e Italia —todos ellos criticados en el pasado por Kiev por un apoyo considerado demasiado cauto— realizaron el jueves una visita conjunta para mostrar su solidaridad con Ucrania, donde responsables pidieron más armas occidentales.

"Es un momento importante. Es un mensaje de unidad que enviamos a los ucranianos", dijo el presidente francés, Emmanuel Macron, tras llegar a Kiev en un tren nocturno junto al alemán Olaf Scholz y el italiano Mario Draghi. También se les unió el presidente rumano, Klaus Iohannis.

En el campo de batalla, los responsables ucranianos afirmaron que sus tropas seguían resistiendo los masivos bombardeos rusos en la ciudad oriental de Severodonetsk y describieron nuevos avances en una contraofensiva en el sur.

Pero dijeron que las batallas en ambos frentes principales dependían de recibir más ayuda de Occidente, especialmente artillería para contrarrestar la gran ventaja de Rusia en cuanto a potencia de fuego.

"Cada día, lucho para que Ucrania reciba las armas y el equipo que necesita", dijo el presidente Volodímir Zelenski en su discurso nocturno por vídeo a la nación.

Las sirenas antiaéreas sonaron en Kiev durante la visita de los líderes europeos. Recorrieron Irpín, una ciudad al noreste de la capital devastada a principios de la guerra, donde las fuerzas rusas en retirada dejaron cadáveres esparcidos por las calles.

Al ver un grafiti en un muro en el que se leía "Haz Europa, no la guerra", Macron señaló: "Es muy conmovedor ver eso. Es el mensaje correcto".

La visita había tardado semanas en organizarse, mientras los tres líderes más poderosos de la UE se defendían de las críticas por sus posturas calificadas de demasiado deferentes con el presidente ruso, Vladimir Putin.

No obstante, el viaje conjunto de los tres tuvo un fuerte simbolismo en un momento crucial: un día antes que la Comisión Ejecutiva de la UE recomiende impulsar la candidatura de Ucrania a la Unión, que los líderes de la UE deben respaldar en una cumbre la próxima semana.

Los ministros de Defensa de la OTAN también se reunieron en Bruselas y se espera que anuncien más promesas de armas para Kiev. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, prometió el miércoles nueva ayuda por valor de 1.000 millones de dólares, incluidos sistemas de cohetes antibuque, cohetes de artillería y cartuchos para obuses.

"SALVAR LA CARA DEL SEÑOR PUTIN"

Tanto Scholz como Macron y Draghi se declaran firmes partidarios de Ucrania, que han tomado importantes medidas prácticas para reducir la dependencia europea de la energía rusa y encontrar armas para ayudar a Kiev.

Pero Ucrania lleva mucho tiempo criticando a Scholz por lo que considera la lentitud de Alemania en la entrega de armas y la reticencia a romper los lazos económicos con Moscú y se enfureció este mes con Macron por decir en una entrevista que no hay que "humillar" a Rusia.

Italia también ha propuesto un plan de paz, que los ucranianos temen que les lleve a presionar para que cedan territorio.

"Dirán que tenemos que acabar con la guerra que está causando problemas alimentarios y económicos, (...) que tenemos que salvar la cara del señor Putin", dijo Oleksiy Arestovych, un asesor del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, al periódico alemán Bild antes de la visita.

Ucrania está sufriendo cientos de bajas al día, ya que la guerra ha entrado en una brutal fase de desgaste en el este. Kiev dice que necesita urgentemente más armas, especialmente artillería y cohetes, para contrarrestar la ventaja de fuego de Rusia.

Después que Moscú lanzara su "operación militar especial" afirmando que su objetivo era desarmar y "desnazificar" a su vecino, Ucrania repelió un asalto blindado contra Kiev en marzo.

Desde entonces, sin embargo, Rusia ha cambiado sus objetivos y sus tácticas, tratando ahora de ganar más terreno en el este con avances detrás de bombardeos masivos de artillería y fortificando su control sobre el territorio capturado en el sur.

La principal batalla de las últimas semanas ha sido la de la ciudad oriental de Severodonetsk, donde las fuerzas ucranianas se han refugiado en una fábrica de productos químicos con cientos de civiles. El miércoles ignoraron la orden rusa de rendirse.

"Hubo combates durante la noche. Nuestros chicos están manteniendo la línea de defensa. Cada día es más difícil porque los rusos están introduciendo más y más armas en la ciudad e intentando asaltarla desde varias direcciones", dijo el jueves el alcalde de Severodonetsk, Oleksandr Stryuk.

Todos los puentes que quedaban para unir la ciudad con el territorio controlado por los ucranianos en la orilla opuesta del río Síverski Donets fueron destruidos en los últimos días, pero los responsables ucranianos dicen que la guarnición aún no está completamente aislada.

El jueves, un ataque aéreo alcanzó un edificio que albergaba a civiles en Lisichansk, al otro lado del río, matando al menos a tres personas e hiriendo al menos a siete, según el gobernador local, Serhi Gaidai.

"Estamos desmontando los escombros", dijo Gaidai en Telegram.

En el sur, Ucrania dice que sus fuerzas han estado avanzando en la provincia de Jersón, que Rusia ocupó al principio de su invasión. Ha habido pocos informes independientes que confirmen las posiciones en el campo de batalla en la zona.

El jefe de gabinete de Zelenski, Andriy Yermak, tuiteó que había visitado una zona a sólo 3 ó 4 kilómetros de las posiciones rusas, donde decenas de "pueblos fantasmas" fueron despoblados por el combate.

"(A) nuestra gente en el terreno: el ánimo es de lucha. Incluso con recursos limitados, estamos haciendo retroceder al enemigo. Falta una cosa: las armas de largo alcance. En cualquier caso, los echaremos del sur", escribió.

La guerra ha provocado un trastorno económico mundial y un aumento de los precios de los alimentos y la energía. A pesar de las sanciones, Europa sigue dependiendo de Rusia para obtener gas natural.

Las entregas a través del gasoducto Nord Stream 1 a Alemania han disminuido en los últimos días, aumentando la preocupación por el almacenamiento de suministros para el invierno, con Moscú culpando a las sanciones que han retrasado la entrega de equipos enviados al extranjero para su reparación.

(Información adicional de las redacciones de Reuters; escrito por Peter Graff; editado en español por Benjamín Mejías Valencia)