El norte de Queensland es Australia en miniatura

Aaron Port busca los huecos entre las ramas donde las hormigas verdes fijaron su residencia. Apenas los encuentra los insectos comienzan a arrastrarse por sus manos y brazos.

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La selva tropical Daintree, en el norte de Queensland, es considerada la más antigua del planeta. Foto: Verena Wolff/dpa
La selva tropical Daintree, en el norte de Queensland, es considerada la más antigua del planeta. Foto: Verena Wolff/dpa

Aaron Port busca los huecos entre las ramas donde las hormigas verdes fijaron su residencia. Apenas los encuentra los insectos comienzan a arrastrarse por sus manos y brazos.

"Métela en la boca y trágatela. Saben a limón", insiste Aaron sosteniendo entre sus dedos una de las majestuosas hormigas.

Mucho más importante que su sabor es el efecto que producen, ya que se supone que las hormigas verdes ahuyentan los dolores de garganta y los síntomas del resfriado.

Durante el recorrido, el hombre transmite los conocimientos que heredó de sus antepasados. Pertenece a los kuku yalanji, los aborígenes que viven en el norte tropical del estado australiano de Queensland, donde la selva milenaria se choca con el mar.

Hoja de palmera contra el dolor de cabeza

Aaron asegura que la selva tropical está llena de plantas que sirven para muchas dolencias y enfermedades.

Como ejemplo, cuenta que si se ata con un cordel una hoja estrecha y alargada de una palmera tornillo alrededor de la cabeza, desaparecen los dolores. "La textura rugosa de la hoja actúa como un masaje y al rato ya no se siente dolor de cabeza", resalta.

Las caminatas, dirigidas por indígenas de la zona de Port Douglas, ofrecen una buena visión del poder curativo de los árboles y arbustos que crecen frondosamente en ese clima tropical.

En góndola por la selva tropical más antigua del mundo

Los visitantes pueden apreciar lo exuberante de la naturaleza cuando viajan desde Cairns en el Skyrail Cableway, un teleférico que se desplaza por encima de las copas de los árboles.

La selva tropical se formó presumiblemente hace 135 millones de años y es considerada la más antigua del planeta. Por ese motivo, la Unesco la declaró Patrimonio de la Humanidad en la década de 1980.

En Red Peak, una estación del teleférico, un sendero atraviesa el denso bosque, que parece crecer en todas las direcciones. En la lucha por la luz del sol, las plantas buscan su camino. "Todas quieren crecer por encima de las otras", dice Marni Cadd, de Skyrail.

Túneles de lava milenarios en Undara

En el interior, a 250 kilómetros al suroeste de Cairns, se nota el contraste con la selva tropical. Aquí se encuentra el Parque Nacional Volcánico de Undara, o la también llamada "Experiencia Undara".

Recorrer el trayecto de muchos kilómetros desde Mareeba hasta las cuevas de lava que se formaron aquí hace miles de años es una verdadera experiencia. El bosque desaparece, y en su lugar solo se ven eucaliptos aislados, hierbas, algunos arbustos y enormes termiteros. La tierra se vuelve más arenosa y rojiza.

Sonya Fardell acompaña a los visitantes, ya que los senderos de arena que atraviesan la sabana no están abiertos al público. Es importante conocer el camino de las cuevas. Se formaron cuando los últimos volcanes entraron en erupción, hace 190.000 años. La lava fluyó a través de los lechos de los ríos, creando un sistema de túneles subterráneos, de 160 kilómetros de largo.

Solo en Undara el acceso a algunas partes está abierto, lo que permite caminar unos cientos de metros dentro de los diferentes sectores de la cueva.

Marsupiales en el camino

De camino al lugar del desayuno, se ve uno que otro canguro, ualabí o filandro que a nuestro paso asoman la cabeza con curiosidad. Muchas madres llevan un "joey", un bebé, en la bolsa.

"Las mamás marsupiales tienen un cachorro cada año", cuenta Margit Cianelli, que dirige el Lumholtz Lodge en Upper Barron, situado en el camino que lleva de Undara hacia la costa.

La alemana emigró a Australia hace 50 años. En su albergue acoge a los amantes de la naturaleza y de los animales. La selva tropical comienza directamente frente a su terraza.

Además, en su cocina, la entrenadora de animales tiene regularmente visitas curiosas. Por ejemplo, en este momento, en un rincón de la cocina hay tres bolsas con puntos blancos, en las que duermen varios marsupiales.

En la puerta cuelga otra bolsa de tela con un agujero, en la que crecen animales, algunos de ellos de tan solo unos meses de edad. Todos son huérfanos y Margit se hizo cargo de ellos.

Los animales se pasean por su casa y exploran los alrededores desde la terraza. "A medida que se hacen más fuertes y más independientes se destetarán y acabarán quedándose en la naturaleza", señala.

La Gran Barrera de Coral atraviesa tiempos difíciles

Regresamos al mar y a una de las mayores maravillas de la naturaleza. La Gran Barrera de Coral se extiende 2.300 kilómetros desde Papúa Nueva Guinea hasta Queensland. Consta de unos 2.900 arrecifes individuales y 900 islas y es considerado uno de los ecosistemas más complejos del planeta.

Sin embargo, el arrecife está pasando por una mala racha. "Partes del coral están muriendo o se están blanqueando", explica la bióloga marina Tess Concannon, que a bordo de un barco habla de la vida en el arrecife.

A pesar de la grave amenaza, hay mucho para ver en las aguas con temperaturas de 27 grados cerca de Green Island, frente a la costa de Cairns. En el arrecife se puede practicar snorkel o buceo en algunos puntos seleccionados.

"Alrededor del diez por ciento de todos los peces conocidos en el mundo viven aquí, en la Gran Barrera de Coral", destaca la bióloga, que trabaja para el único proveedor de excursiones por los arrecifes dirigido por aborígenes: "Dreamtime Dive and Snorkel".

El arrecife forma parte de la historia milenaria de los pueblos indígenas que viven en el Pacífico Sur.

dpa