La diplomacia poco ortodoxa de Kushner logra victorias de último minuto para Israel

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Emiratos Árabes Unidos adquiere aviones de combate de primera línea, Marruecos gana reconocimiento por reclamos territoriales que datan de décadas atrás y Sudán sale de la lista negra de países "terroristas" de Estados Unidos.

Las naciones árabes están logrando repentinamente objetivos largamente buscados tras haber normalizado relaciones con Israel, un triunfo de último minuto para la diplomacia poco ortodoxa de Jared Kushner, el yerno del presidente estadounidense, Donald Trump.

Considerado durante más de tres años como un "peso pluma" de la diplomacia y conocido sobre todo por estar casado con la hija de Trump y por sus problemáticos negocios inmobiliarios, Kushner está logrando cambios históricos desde que cuatro naciones árabes comenzaron a negociar con Israel.

Veteranos de la diplomacia de Oriente Medio coinciden en que Kushner actuó con agilidad luego de que Emiratos Árabes Unidos manifestara por primera vez su voluntad de reconocer a Israel.

"Creo que claramente merece algo de crédito por aprovechar lo que el panorama mostró que era posible", dijo Dennis Ross, quien fue enviado del expresidente Bill Clinton para Oriente Medio.

Kushner, amigo de la familia del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, rompió normas que la diplomacia estadounidense había respetado durante décadas y nunca fingió imparcialidad ante los palestinos.

Trump reconoció a Jerusalén como la capital de Israel y, en un plan de paz divulgado en enero de 2020, dio el visto bueno a las pretensiones de Netanyahu de anexar gran parte de Cisjordania.

En declaraciones a CNN en ese momento, Kushner advirtió entonces a los palestinos, a quienes ofreció un Estado limitado, que no "arruinen otra oportunidad, como lo hicieron con todas las demás oportunidades que tuvieron en su existencia".

- Vínculos personales -

Kushner contrasta en estilo, aunque no en objetivos, con su suegro.

"En Oriente Medio, lo que necesitan los negociadores o mediadores es una autoridad firme", dijo Ross.

Kushner, que cumplirá 40 años días antes de que Trump deje el cargo en enero, trabajó en silencio y en gran medida pasó por encima del Departamento de Estado.

Fue él quien viajó a Marruecos para una cena de ayuno de Ramadán con el rey e intercambió mensajes por WhatsApp con el poderoso príncipe heredero de Arabia Saudita.

En Baréin, otra de las cuatro naciones árabes que se movilizaron para reconocer a Israel, Kushner reunió el año pasado a ejecutivos del Golfo para cenas y cócteles en un hotel de lujo mientras hablaban sobre las oportunidades económicas para los palestinos, cuyos líderes boicotearon el evento.

- Nueva dinámica -

A mediados de 2020, el hombre fuerte de los Emiratos Árabes Unidos, el jeque Mohamed bin Zayed Al-Nahyan, descrito en sus memorias por el expresidente Barack Obama como el líder más inteligente del Golfo, ofreció reconocer a Israel a cambio de la renuncia del Estado hebreo a anexar Cisjordania.

Emiratos Árabes Unidos sería la primera nación árabe en más de 25 años en reconocer a Israel y ganaría el derecho a adquirir aviones F-35 estadounidenses de última generación.

El mérito de Kushner fue darle el visto bueno a la iniciativa emiratí "y utilizar ese modelo en los últimos meses", dijo David Makovsky, especialista en las relaciones árabe-israelíes en el Washington Institute for Near East Policy.

La nueva estrategia estadounidense consiste en "plantear asuntos bilaterales que tradicionalmente han tenido importancia para Washington y colocarlos como parte de los acuerdos".

Líderes demócratas manifestaron su oposición a la venta de los F-35, y algunos referentes republicanos han mostrado su incomodidad por el reconocimiento al reclamo de Marruecos sobre el Sahara Occidental.

Pero Israel, el único país de la región que disponía de F-35, no se opuso a la operación con los Emiratos, al percibir que se estaba ante una nueva era en las relaciones en Oriente Medio.

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