El hombre evolucionó. Del primate al Homo Sapiens hubo un proceso en el cambio postural. Paulatinamente fue transformando su columna vertebral hasta erigir una línea vertical y derecha. Pero el estilo de vida actual conspira definitivamente contra el aspecto erguido del hombre moderno. ´
Es así que la "cuestión postural" en el trabajo y ante el uso de la tecnología por largos períodos de tiempo devuelven a la humanidad a la posición de los primeros eslabones de la cadena evolutiva. Por eso, es de vital importancia combatir (erguido) esta tendencia.
La columna vertebral es el sostén del cuerpo. Un diferencial que permite encuadrar al hombre en la categoría de vertebrados, seres que se articulan mediante una columna vertebral, una silueta medular que permite solventar una posición uniforme. Mantener el eje rígido es vital para cuidar la salud y evitar problemas graves y crónicos. Una postura desalineada puede ocasionar fatiga crónica, hernias discales, intensos dolores de cabeza y una mala alineación corporal.
El quiropráctico Marcelo Barroso Griffiths (Matrícula 9784) otorgó contexto real a las complicaciones que derivan de una columna irregular: "Se empieza a funcionar mal a nivel orgánico. La persona experimenta un sinfín de molestias físicas y emocionales que son producidas por una mala postura: contracturas, dolores, no tiene una buena digestión y carece de vitalidad".
Barroso Griffiths destacó la potente relación que entabla una posición incorrecta repetida con trastornos emocionales y funcionales: "Una mala forma de la espalda hace que los órganos que se encuentran dentro del esqueleto comiencen a disminuir su eficiencia. Como operan comprimidos disminuye su capacidad de respuesta. El pulmón, por ejemplo, reduce su productividad, por lo que brindaría menos oxígeno y la persona se cansaría más".
div class="embed_cont type_freetext" id="embed77_wrap" rel="freetext">