Sufrir racismo puede afectar el desarrollo cerebral de un chico

En el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, un estudio reveló que la xenofobia puede ocasionar problemas de desarrollo cerebral en niños menores de cinco años

Compartir
Compartir articulo
 Shutterstock 162
Shutterstock 162

"Sos pobre", "Sos gay", "Sos negro", "Sos gordo", "Sos feo", "Sos bruto". Lo que para uno puede parecer un simple juego de chicos, está en realidad marcando de por vida el desarrollo psíquico, cerebral y emocional de otro. Hoy, se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial y la xenofobia, un problema que continúa empañando la vida de muchos niños y adolescentes que por raza, etnia, ideología, composición familiar u orientación sexual son humillados, hostigados y ridiculizados. Los casos de bullying en etapa escolar preocupan a nivel global. La Unesco reveló que en Argentina cuatro de cada diez estudiantes secundarios fueron alguna vez maltratados (verbal o físicamente) por algún compañero de colegio.

De acuerdo a un informe mundial de 2014 realizado por investigadores de World Values Survey, Hong Kong, Bangladesh, Jordania e India son los lugares más racistas mientras que el continente americano es el más tolerante. El porcentaje más alto (71.8%) de personas que se negaron a vivir junto a otras de diferente etnia se encontró en Hong Kong; prácticamente en el mismo escalón se ubicó Bangladesh con un 71.7%. Las cifras de racismo en Jordania alcanzaron el 51.4%, mientras que en la India se posicionaron en un 43.5%. En EEUU, el 80% de la riqueza está en manos de blancos y los casos de bullying en las escuelas terminan muchas veces con jóvenes asesinados.

Este año se conoció el caso del español Diego González, el joven de 11 años que se despidió de sus padres con una carta y se suicidó porque no aguantaba ir al colegio, supuestamente por sufrir acoso y bullying. "No aguanto ir al colegio y no hay otra manera para no ir. Por favor espero que algún día podáis odiarme un poquito menos. Os pido que no os separéis papá y mamá, sólo viéndoos juntos y felices yo seré feliz. Os echaré de menos y espero que un día podamos volver a vernos en el cielo. Bueno, me despido para siempre", concluye el escrito.

  162
162

Especialistas en el tema, alertaron que la discriminación en menores afecta el desarrollo cerebral de la víctima directa y también el de sus familias. "Las experiencias traumáticas experimentadas antes de los cinco años, la edad en que el cerebro está casi completamente desarrollado, pueden alterar el desarrollo de las vías nerviosas", advirtió un informe del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de España. "Los niños víctimas de delitos de odio padecen secuelas emocionales que permanecen en el tiempo e incluso a lo largo de toda su vida", informó.

Entre las razones que explican la gravedad de las secuelas de los incidentes de odio en los niños y jóvenes, destaca que al producirse en relación con la identidad de la víctima, afectan su autoestima. Además, señala que las experiencias traumáticas pueden provocar que el niño aprenda mecanismos de hipervigilancia o de agresión para autoprotegerse y que no se trata de una agresión aislada sino conectada con otra serie de incidentes experimentados por la víctima directa o indirectamente.

Las secuelas son mayores en estos casos porque la agresión se produce en entornos cotidianos, de manera que el menor "revive" las situaciones en las que se produjeron los ataques y conoce a sus agresores y a los testigos pasivos de la agresión. También advierte de que el abandono del centro escolar supone una "revictimización" del agredido y de que es frecuente que los niños y jóvenes agredidos tengan dificultades para encontrar el apoyo entre iguales y familiares.

  162
162

De acuerdo a los autores del estudio, cada niño experimenta el impacto de los delitos de odio de forma distinta: pueden reaccionar de inmediato o tardar meses en manifestar el problema. También alertan de que un sólo episodio racista o de odio es suficiente para que la víctima sufra secuelas, incluso siendo sólo testigo.

Los efectos psicológicos que experimentan las víctimas de odio son: aislamiento, soledad, tristeza, miedo o culpabilidad, entre otros. "Pueden agravarse y desarrollar alteraciones y enfermedades psicológicas, tales como fobia, ansiedad, estrés agudo, depresión y estrés postraumático", apuntan los expertos quienes además advirtieron que otros efectos pueden ser conductas violentas, dolores de cabeza, problemas gastrointestinales o insomnio.

Un problema que empieza por los adultos, en los hogares y en escuelas

Para paliar y evitar situaciones de racismo, expertos en derechos humanos apuntaron que se "requiere educar en valores desde un enfoque afectivo-social basado en el desarrollo de la autonomía moral, la empatía, los derechos humanos y la coherencia, tanto en la interacción educativa como en el desempeño del profesorado con tales principios".

También sostuvieron que hay que prestar atención a la presencia de las diversas culturas escolares y los procesos de aprendizaje. Entre los aspectos más importantes, destacaron la necesidad de que los alumnos aprendan sobre convivencia.

Al respecto, enfatizaron que los profesores de todas las instituciones educativas de todos los niveles escolares deben hacer foco en la "competencia intercultural" con el objetivo de capacitar al docente para intervenir en otros entornos educativos caracterizados por su diversidad cultural, en los que "con cierta probabilidad puedan producirse manifestaciones de intolerancia".

Hechos históricos desencadenantes

El 21 de 1960 la policía abrió fuego y mató a 69 personas en una manifestación pacífica contra las leyes de pases del apartheid que se realizaba en Sharpeville, Sudáfrica. Al proclamar el Día en 1966, la Asamblea General instó a la comunidad internacional a redoblar sus esfuerzos para eliminar todas las formas de discriminación racial (resolución 2142 (XXI) ).

En 1979, la Asamblea General aprobó un programa de actividades que se realizarían durante la segunda mitad del Decenio de la Lucha contra el Racismo y la Discriminación Racial (A/RES/34/24 ). En esa ocasión, la Asamblea General decidió que deberá organizarse todos los años en todos los Estados, a partir del 21 de marzo, una semana de solidaridad con los pueblos que luchan contra el racismo y la discriminación racial.