Patinar en rollers es una de las disciplinas que más adeptos sumó en los últimos años. En Buenos Aires es casi parte del paisaje de la ciudad ver personas sobre las ruedas "en línea" desplazándose los fines de semana o tardes de verano por el Paseo de la Costa en Vicente López, el Rosedal en Palermo, Malecones de Puerto Madero y el Boulevard Dardo Rocha en San Isidro.
La actividad ganó popularidad mundial en la década del '90 en Europa, y más tarde en América Latina. En el año 2003 el roller se consolidó como una actividad recreativa debido al surgimiento de comunidades urbanas y de las primeras escuelas de rollers en Buenos Aires.
El roller fitness no es una actividad oficial y no está regulado por ninguna federación. Su vínculo más cercano con los deportes oficiales se da con el patín carrera que cuenta con un sistema de competencias en pista o circuitos cerrados.
La Federación Internacional de Roller Sport (FIRP) es el ente que regula los deportes federados sobre ruedas (patín carrera, patín artístico freeskate, Hockey Inline, etc.). No obstante no tiene influencia sobre actividades de fitness desreguladas.
A nivel mundial, un 60% de las personas que realizan roller fitness son mujeres y un 40% hombres, mientras que en la Argentina la proporción aumenta a 80% mujeres frente a 20% hombres.
Argentina es el mercado de rollers más grande de Latinoamérica, seguido por Brasil y Perú.
Entre los beneficios que la práctica de rollers aporta, el director de Funcional Gym y entrenador de celebrities Esteban Dietz resaltó que "se ejercitan principalmente las piernas, los glúteos y aductores hacen un trabajo muy intenso". "Es muy importante un buen braceo para que la cintura y el tren superior se muevan de manera ágil, equilibrando los movimientos de las piernas", agregó.
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