Agender: el auge de la moda sin género

El concepto que borra el límite entre lo femenino y lo masculino pisa cada vez más fuerte. En Argentina, ya hay firmas que lo llevan en su ADN

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 Scott Schuman 162
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Como una verdadera precursora, en 1930 la actriz alemana Marlene Dietrich desafió el tradicional estilo femenino al aparecer de traje en una de sus películas. Diane Keaton, en el célebre film Annie Hall también fue una adelantada. Sin embargo, estos ejemplos constituyen solo un atisbo de lo que sucede hoy. ¿Mujeres vestidas con ropa de hombre? No, moda sin género.


Dentro de los diseñadores de moda, Coco Chanel fue una de las grandes pioneras por haber cambiado la forma de ver y usar la ropa. Pero esta revolución necesitó de varios años para consolidarse y recién ahora estaría pisando fuerte y con ganas. La moda agender va en busca de la "no forma", y sus prendas características son los sacos amplios, camisetas, trajes, bermudas, jeans y pantalones tipo sastre en tonos más bien neutros.


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En Inglaterra, Selfridges – destacada cadena de locales- lanzó Agender, una marca que vende ropa "neutra" en forma online. Si bien esa apuesta fue la más arriesgada hasta el momento, varias marcas internacionales ya vienen conquistando a sus clientes desde hace rato con ropa unisex. Calvin Klein es uno de los exponentes más claros de esta tendencia.


Gucci, Prada, Givenchy y Saint Laurent son otras firmas que incursionan en ella, ya sea presentando prendas andróginas o bien incorporando modelos hombres en desfiles de mujeres. Lo mismo, en sus campañas fotográficas. En Argentina, este fenómeno también toca la puerta. Blackmamba es una de las casas de ropa que lo prueban: desde sus comienzos, propone ropa neutra y, dentro del minimalismo que los define, diseñan para quienes prefieren alejarse de las etiquetas.


El desafío de la moda unisex consiste en demostrar que se trata de un negocio rentable. Por ahora, su única plataforma estable son las marcas high (o de lujo) ya que sus consumidores suelen atreverse a jugar más y pueden permitirse gastar en prendas que evaluarán en el uso si les resultan cómodas o no. Sin embargo, en lo cotidiano ¿quién no le robó la camisa a un novio porque le quedaba mejor o se enamoró de Cara Delevingne cada vez que usa un traje? El tiempo dirá si se trata de una moda pasajera o si se convertirá en un estilo con fundamentos.