El inesperado resultado electoral sacudió los cimientos del sciolismo, que comenzó a repensar cuál es la mejor manera para recuperar el dominio de la escena que ostentaba hasta el domingo.
En el piso 19 del edificio del Banco Provincia hubo ayer varias reuniones en las que no faltaron reproches y se buscó repensar cómo reconfigurar la campaña con miras al ballotage del 22 de noviembre.
El dato saliente de la catarsis interna es que Daniel Scioli mantendrá hoy un encuentro con Cristina Kirchner en la Quinta de Olivos, en medio de insistentes rumores sobre su posible distanciamiento de la figura de la jefa de Estado, con el objetivo de seducir al votante anti-K.
Los trascendidos –impulsados en buena medida por sectores que parecen decididos a hacer realidad los deseos del establishment– chocan de frente con lo que repiten una y otra vez los principales referentes del sciolismo: "Habrá cambios graduales en el discurso, pero Daniel no va a pelearse con la Presidente".
El propio Scioli señaló ayer que con Cristina Kirchner hablan seguido, "mucho más de lo que todos se imaginan". Y todo indica que la reunión de hoy fortalecerá ese vínculo y servirá para delinear una estrategia para afrontar el ballotage.
Luego del encuentro con la jefa de Estado, la tropa naranja volverá a reunirse para pasar en limpio el análisis y establecer de una vez cuáles son los pasos a seguir. El problema es que por afuera se siguen escuchando voces incondicionales al kirchnerismo que no suman para la pelea electoral.
La tropa naranja se encuentra en estado de alerta por una inquietante información que circula de manera insistente: son muchas las voces que alertan al sciolismo de que el ala dura del oficialismo –La Cámpora, algunos intendentes y actuales ministros no harían todo el esfuerzo necesario para ayudar a que el candidato del FpV se imponga en la segunda vuelta contra Mauricio Macri.
El propio Aníbal Fernández tuvo que salir hoy a aclarar que él apoya al candidato presidencial de su espacio político: "Yo quiero que gane Scioli, nunca jugué contra un peronista y voy a colaborar de la manera que ellos entiendan que puedo hacerlo".
Está claro que la derrota del jefe de Gabinete en la pelea por la gobernación de la provincia de Buenos Aires terminó por romper una relación que se dañó de manera irreparable durante la interna bonaerense del FpV en la que también compitió Julián Domínguez.
Todos los rumores de división interna provocaron que este encuentro entre Scioli y Cristina Kirchner cobrara una enorme relevancia, porque el oficialismo necesita reagrupar a la tropa para llegar con fortaleza al ballotage.