Gwyneth Paltrow-Chris Martin: odiosamente perfectos, desde la unión hasta el divorcio

Durante sus diez años de matrimonio desafiaron los valores tradicionales de Hollywood y despertaron las críticas más duras. Su escape a lo convencional fue consagrado con su "separación consensuada". El retrato de una pareja que dejó a todos con la boca abierta

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Hay parejas en la vida que parecen vivir en un mundo aparte. Mantienen sus propios códigos, poseen unos valores particulares e ignoran de un modo fidedigno el famoso "qué dirán". Ese tipo de perfil responde a personas de bajo perfil, con ciertas dificultades para entablar relaciones y con un halo de rareza de cara al exterior.

Por eso, cuando esa suerte de "marcianos" terrestres resulta estar formada por dos conocidos en cualquier parte del planeta, el escenario cambia por completo y deja un margen de difícil maniobra para el resto.

Durante diez años, la actriz Gwyneth Paltrow y el músico Chris Martin, líder de Coldplay, enseñaron el modo de vida menos convencional posible. Durante esa década de matrimonio se animaron a transgredir barreras culturales, a decir lo que nadie se animaba y a adoptar costumbres extravagantes.

Así, se generó una contraposición tan esperada como nutritiva para el "show business": a mayor actitud o acción fuera de lo esperado de los protagonistas, más duras fueron las críticas y las quejas de la mayoría de la prensa y la opinión pública.

Para gran parte del mundo, se trató de dos adultos sin pelos en la lengua, que condujeron una familia dentro de un marco de "locuras" y caprichos de clase alta. Sin embargo, ellos se empecinaron en mantener sus prioridades siempre por delante de las palabras ajenas y, aún cuando el vínculo se desvaneció, terminaron por dar una lección de cómo armar una familia con el amor real, el verdadero, como idioma.

Con su ya famosa "separación consensuada", Paltrow y Martin terminaron por reflejar la evolución de los asuntos conyugales.

Ella contra el mundo

Gwyneth Paltrow acumuló a lo largo de su carrera todas las características como para consagrarse la reina de la envidia ajena: poseedora de una belleza natural impactante, ganó un Oscar recién a sus 26 años por su participación en Shakespeare in Love, estuvo en pareja con Brad Pitt y dijo lo que se le antojó.

Si encima se le suma una serie de hábitos peculiares, tanto en la alimentación como en el cuidado de su cuerpo y sus hijos, no era difícil que se convirtiera en un blanco perfecto para los dardos.

"No quiero ser rica y no quiero ser famosa", es una de sus frases de cabecera, y casi de presentación.

Paltrow se caracterizó por opinar y decir lo que nadie quería escuchar y por soltar frases que representarían un pico de estrés para cualquier representante.

No dudó en criticar con dureza a los borrachos: "Creo que ellos son los idiotas y yo soy la persona normal. No tengo amigos que se emborrachen, creo que es algo absolutamente vergonzante para el resto".O de justificar su vida rodeada de lujos: "Yo soy quien soy, no tengo por qué estar aparentando ser una persona que gana 25.000 dólares al año".

Paltrow se destacó por decir lo que nadie quería escuchar. Sus críticas a EE.UU. la condenaron en Hollywood

Sin embargo, lo que terminó de romper el lazo con el exterior, especialmente con el inmenso mundo de Hollywood, fue su postura radical contra el modo de vida estadounidense.

"Amo el estilo de vida inglés. No es tan capitalista como el americano. En Inglaterra no sale a la luz el peor lado de la psicología estadounidense, que se rige bajo el lema 'si no conseguiste lo suficiente, sos un fracasado'", lanzó en su momento.

Hasta se animó a atacar el inconsciente colectivo de EE.UU. en la época post ataque a las Torres Gemelas: "En Inglaterra se trató el tema del atentado del 7/7 con mucho más criterio. No se hicieron tantos homenajes como en Estados Unidos. En ese país se vive asustando a la gente y al mismo tiempo nadie quiere saber nada con visitar a un psicólogo".

Una vez plantada esta bandera, la ola de críticas desde la prensa fue desaforada. Se destruyó el contenido de un libro suyo sobre los placeres de cocinar para la familia, se menospreció su afán por la buena alimentación y hasta el día de hoy se ataca cada contenido de su blog personal sobre estilo de vida, llamado Goop.

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Él, con la transgresión como idioma

Chris Martin tampoco fue una persona de complacer fácilmente a las grandes masas. Una vez que Coldplay alcanzó la fama mundial, a inicios de los 2000, el cantante se consolidó como un hombre tan seguro de sí mismo como polémico a la hora de hablar.

Durante una entrevista con la Rolling Stone y ante la pregunta sobre cómo se conoció con Paltrow, respondió: "Inventá lo más interesante que se te ocurra y yo después digo que dije eso".

Luego, se animó a pegarle a toda banda británica con éxito (incluidos nada menos que los Beatles) o a famoso con el que se lo compare: "Haber sido votado el vegetariano más sexy fue algo muy bueno. No tan bueno como ser Brad Pitt, eso es cierto. Mis dos metas en la vida tienen que ser esas, seguir los pasos de Radiohead y seguir los pasos de Brad Pitt", dijo con ironía.

Unidos por el enemigo

El inicio de la relación fue tan oportuno como inimaginado para ambos. Aunque parezca inventado, la pareja se formó gracias a los rumores de la prensa, esa misma que trató de hurgar sin éxito durante años en las impenetrables vidas privadas de los dos protagonistas.

"Nos conocimos gracias a inventos de la prensa. Es increíble pero fue así", relató Paltrow. "A fines de 2002, empezó a surgir una ola de noticias sobre una supuesta relación con Chris, cuando ni siquiera nos conocíamos. Se inventaba de todo, pero ni siquiera habíamos hablado, ni una vez".

El contacto se dio en medio de un recital: "A las pocas semanas, fui a ver a Coldplay en Londres. Y entre medio de dos temas, Chris dijo, en referencia a una chica que lo debía ir a ver, 'La chica con la que me iba a ver no está, así que me voy a ir con Gwyneth Paltrow, que estaba por ahí'. Yo me moría de vergüenza. Luego, nos conocimos en el camarín y ya no nos separamos".

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Las prioridades, en tamaño pequeño

El casamiento de ambos, como no podía ser de otro modo, fue en un ámbito completamente privado. El escenario fue una playa en California y no hubo invitados. La cena de bodas fue apenas un desayuno.

Durante su matrimonio, resultó difícil que se mostraran juntos en público. Cada uno continuó con su vida profesional individualmente y nunca evidenciaron un afán por sacar rédito económico al rótulo de "pareja de estrellas".

De hecho, la información sobre la vida íntima de ambos fue tan escasa y mundana, que también se la transformó en un objetivo de las críticas: "Yo no sé qué quieren que invente. Mi vida es normal y aburrida. Llevo a mis hijos al colegio, hago la comida en casa, hablo con mi marido por las noches y salgo a trabajar. Trato de llevar la vida de cualquier persona. No hay que buscar nada raro en esto", explicó Paltrow.

Lo único que dejaron en claro los dos protagonistas era que la aparición de sus hijos marcaría un cambio de prioridades en su vida. Desde la llegada al mundo de Apple y Moses, todo adquirió cierto sentido de normalidad.

La pareja decidió que, durante los períodos escolares, la familia no viajaría a ningún sitio para que los chicos asistan con regularidad a sus escuelas. Ante cada mudanza, sea Nueva York, Londres o California, se debía tener el aval de los cuatro integrantes de la familia. Es decir, se estableció una estructura horizontal en las grandes decisiones familiares.

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La revolución del dulce adiós

Tras rumores sobre engaños contrapuestos con el mito de que el vínculo se trataba de una relación abierta, se produjo el fin. En marzo de 2014 y tras poco más de diez años de matrimonio, Paltrow y Martin pusieron fin a su relación.

Sin embargo, los protagonistas de la historia todavía tenían una carta más para revolucionar el medio y salirse de lo común. El idilio que condimentó el inicio y el transcurso del matrimonio también estuvo presente en fin del mismo.

"Separación consensuada", fue el término que eligió Paltrow para explicar en su blog Goop el modo, los motivos y la esencia de la manera en que terminaron su vínculo. La actriz y el cantante fueron más allá y buscaron que su separación no respondiera exclusivamente a lo palpable, sino que se convirtiera en algo espiritual.

"Para cambiar el concepto del divorcio, tenemos que dejar ir ciertas estructuras rígidas que tenemos alrededor del matrimonio. Lo único que hacen es crear más rigidez a este momento tan duro (...) La idea de estar casado con una persona para toda la vida, sin ningún tipo de conocimiento de nuestras necesidades emocionales, es demasiada presión para cualquiera", rezaba uno de los fragmentos del escrito.

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La pareja realizó literalmente un ritual de separación bajo la tutela de un gurú llamado Habib Sadeghi. La pareja acudió a solas a una playa de Bahamas. Allí, entre otros ritos, lanzaron una piedra al mar, simbolizando la liberación y la firmeza de un vínculo que todavía seguía presente.

El método generó un boom mediático y una corriente masiva de admiración entre el público. De hecho, otros varios gurús oportunistas vieron el negocio en alza y empezaron a ofrecer el mismo servicio para otras parejas en crisis, a cambio de algunos cientos de dólares.

Se separaron en el 2014 y realizaron un ritual espiritual para "consagrar" el adiós

Un fuego todavía latente

El final de la historia los encuentra hoy, poco más de un año después, en caminos separados pero con esa llama entre ambos todavía encendida. A Chris Martin se lo vio recientemente junto a la actriz Jennifer Lawrence, mientras que Paltrow hizo público su romance con Brad Falchuk dos semanas atrás.

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Aún así, siempre hay lugar para qe la pareja vuelva a mostrar que su relación escapa a lo convencional. En junio, más de un año después de su separación, Paltrow aprovechó el día del padre para subir una foto de Martin junto a su hija Apple en su cuenta de Instagram y llenó de elogios a su ex marido: "No hay nada como el amor entre un padre y una hija. Feliz día, CAJM. Esto es para todos los padres comprometidos y presentes. Ustedes crean un pilar para la sociedad", escribió.