El avión carreteaba con absoluta normalidad. El pasajero, sentado en la parte media, miraba el despegue por la ventanilla, a la altura del ala. Filmaba con su celular, casi por reflejo.
Así registró el momento: cuando la aeronave comenzaba a elevarse, parte de la cubierta del motor izquierdo se desprendió. Con llamativa calma, el camarógrafo se limitó a decirle a su acompañante: "Uh, mira".
Algunos minutos más tarde, el piloto se puso al tanto de lo ocurrido y decidió regresar al aeropuerto de Santiago, para no correr riesgos.
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"Esta eventualidad aislada no implicó riesgo alguno para la seguridad de los 137 pasajeros que iban a bordo, quienes fueron reasignados para el vuelo programado a las 10:30 horas de hoy", agregó.
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