Un cambio cultural a la hora de donar sangre

La condición sexual ya no es un impedimento para el donante. Además, tampoco se exige a las familias con pacientes internados reponer este insumo. Cuáles son los aspectos clave de las nuevas normativas

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El pasado mes de septiembre, el Ministerio de Salud de la Nación puso fin a la discriminación institucional: la condición sexual ya no es un impedimento para donar sangre. Tampoco se exigirá la reposición a un paciente que necesite o no transfusiones.

Esta última resolución incluye un nuevo material de información para el donante, un nuevo cuestionario y la posibilidad de autoexclusión confidencial post-donación.

Con estas nuevas normas, desde el Plan Nacional de Sangre, se modifican los marcos de referencia para que los donantes tengan información pre-donación con conceptos sobre situaciones que aumentan el riesgo de contraer infecciones transmisibles por transfusión de sangre y la explicación del período de "ventana" de una infección. A través de estas medidas se busca que la donación de sangre sea basada en la "participación responsable del acto de donar".

Básicamente, lo que propone la resolución es retirar del cuestionario pre-donación una pregunta que tenía que ver con la orientación sexual del donante. Hasta este momento, aquellas personas que tenían relaciones sexuales 'hombre con hombre' eran excluidas y no podían donar. "Este impedimento se basaba en una la prevalencia que existe en este grupo que tiene una mayor incidencia de enfermedades de transmisión sexual que, a su vez, se pueden transmitir por las transfusiones", indicó el doctor Omar Trabadelo, médico especialista en hemoterapia e inmunohematología, Secretario de Asuntos Profesionales de la AAHITC.

Sin embargo, dentro de esta población existen subgrupos que, "si mantienen prácticas de sexo seguro, no habría ningún inconveniente ni impedimento para que puedan donar ya te tienen el mismo riesgo que el grupo de heterosexuales que mantiene relaciones sexuales seguras", agregó.

Estas prácticas no se restringen únicamente al uso de preservativos o al tipo de pareja con el que el donante desarrolle su intimidad. De hecho, en la resolución ministerial, se destaca que se entiende como prácticas no seguras a aquellas que se desarrollan entre más de dos personas, con múltiples parejas, con parejas desconocidas o sin el uso de preservativo. Ante esta situación, sin importar su condición sexual, "estaríamos en la disyuntiva de ver, durante la entrevista pre-donación que es particular y confidencial, de cuáles son las prácticas sexuales de un donante por las que podría o no donar", indicó Trabadelo. Dicho de otro modo, el riesgo de la tranmisión de infecciones por vía transfusional lo determina el tipo de conducta y no la orientación sexual.

Con el levantamiento de esta restricción, Argentina se suma a países de la región como México, Cuba, Perú, Nicaragua y Chile, que eliminaron en los últimos años las prohibiciones expresas para que homosexuales o bisexuales puedan donar este insumo vital. Colaborador si, repositor no.

El otro tema destacado es la eliminación de la figura del "donante de reposición". Esta figura corresponde ante el pedido compulsivo de una institución médica para reponer las unidades transfundidas o a transfundir a un familiar internado.

De acuerdo al especialista "todavía no es nuestra realidad de acuerdo a la forma de cómo nos proveemos de donantes". Sin embargo, reconoció las posibilidades y condiciones de transformar los mecanismos de abastecimiento de sangre a través de la colaboración de la familia. "Hasta ahora fue el mecanismo habitual para garantizar este insumo vital era poner un número determinado de donantes que debían participar para el tratamiento de un paciente. Hoy buscamos pasar a un nuevo escenario en el cual los familiares colaboren con el banco en la obtención de voluntarios", detalló.

"Esto, si es bien explicado y bien entendido, la familia colabora porque es la que está más cercana para poder ayudarnos a proveer la sangre hoy, hasta que logremos aquel cambio cultural", puntualizó el doctor Trabadelo.

Existen dos actores principales para conseguir el cambio esperado en el perfil de los donantes de sangre. Uno de ellos, según el especialista, debe ser el Estado. "Así como ha determinado la forma en cómo debemos solicitarlo, también debe colaborar mucho aportando los medios. Esto significa poder contar con campañas de difusión cada vez de mayor alcance para que la gente comprenda cuál es el verdadero sentido de donar sangre, la necesidad que hay de disponer de este insumo para poder cuidar a otros ciudadanos que están enfermos que lo necesitan", detalló.

Según Trabadelo, el otro actor clave es el hemoterapeuta que también "debe colaborar en una educación permanente, hoy a través de la familia, en este tipo de pedidos".