El Alzheimer podría "contagiarse"

Un estudio reciente afirma que la proteína que lo dispara podría transferirse de una persona a otra en trasplantes y en cirugías con instrumental contaminado

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 Shutterstock 162
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Un estudio del University College londinense publicado la semana pasada en la revista Nature sugiere que el precursor de una proteína anormal que dispara el mal de Alzheimer podría transmitirse de una persona a otra durante las transferencias de tejido en algunos tipos de transplante, por el uso en el pasado de medicamentos contaminados y en ciertos tratamientos quirúrgicos que involucraran instrumental mal esterilizado.

Sí, el Alzheimer podría ser "contagioso".

El entrecomillado tiene sus razones y por supuesto –destacan los investigadores– no hay ninguna razón para alarmarse. Porque la transferencia no se da como si se tratara de un virus, sino bajo circunstancias muy particulares.

Algunas proteínas tienen la propiedad de multiplicarse libremente en el tejido cerebral. Lo que puede suceder es la transferencia de estas proteínas anormales de un cerebro a otro.

Hace más de un siglo que la comunidad científica trata de entender esta afección y su posible cura Shutterstock 162
Hace más de un siglo que la comunidad científica trata de entender esta afección y su posible cura Shutterstock 162

El descubrimiento

El estudio se inició en realidad sobre otra enfermedad, el mal de Creutzfeldt-Jakob, una afección neurodegenerativa que destruye tejido cerebral. Esta enfermedad afectó en el pasado a gente que había recibido en la infancia tratamientos de hormonas de crecimiento manufacturadas con extractos de tejidos de glándulas pituitarias de cadáveres contaminados. Al examinar los cerebros de estos pacientes, se descubrieron depósitos de amyloid beta, la proteína que dispara al Alzheimer.

Los tratamientos con hormonas de origen cadavérico dejaron de utilizarse en 1985, desde entonces fueron reemplazados por hormonas sintéticas. Pero los plazos extendidos de incubación del mal de Creutzfeldt-Jakob hizo que solo pudieran estudiarse años –a veces, décadas– más tarde.

El equipo concluyó que la proteína había llegado hasta ahí junto con las hormonas contaminadas y de allí derivaron la idea de que podía transferirse también por otros medios.

La comunidad científica ha tomado con cautela estos resultados, destacando que la transferencia de proteínas no es una forma de contagio que deba generar pánico entre la gente.