Perú establece zona de exclusión aérea contra el narco en Bolivia

La medida alcanza a una región de alta productividad de coca, como parte de un plan oficial para interceptar avionetas que llevan cocaína al país vecino

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Los vuelos civiles no podrán acceder a la zona sin previa autorización de la Fuerza Aérea local y comprende una franja en la región denominada el VRAEM, ubicada en los Andes centrales y la selva sur peruana donde han sido detectadas avionetas de carga de drogas con matrículas bolivianas.

La mayor parte de estas naves entran y salen de Perú a través de la frontera con Bolivia, que se ha convertido en un país de tránsito de estupefacientes que van dirigidos a los mercados de Europa, según las autoridades.

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"Aquel vuelo que no se reporte a la jefatura aeronáutica será considerado vuelo hostil y vuelo ilegal. Ésta es una decisión que ha tomado el gobierno peruano que está en plena implementación", dijo el presidente de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (DEVIDA), Alberto Otárola, en una conferencia de prensa.

Desde el VRAEM sale al menos la mitad de las 300 toneladas de cocaína que Naciones Unidas calcula son producidas anualmente en Perú, que desplazó en 2012 a la vecina Colombia como la nación con mayor área cultivada con hoja de coca en el planeta.

 EFE 163
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Soberanía aérea

La región se ha convertido en un gran dolor de cabeza para el presidente Ollanta Humala, quien baraja autorizar otra vez la intercepción de "narcoavionetas", suspendida hace casi 15 años tras el derribo por error de una nave civil que causó la muerte de una ciudadana estadounidense y su hijo menor de edad.

La zona de exclusión sería entre las ciudades selváticas de Mazamari, Atalaya, Pichari y Malvinas hasta los 10.000 metros de altura que puede volar una avioneta ligera, dijo Otárola.

"Perú tiene que ejercer la soberanía plena y la jurisdicción de su espacio aéreo, porque nosotros vemos cómo de manera impune avionetas, que en un 85% de éstas tienen matrícula boliviana, surcan los cielos de Perú procedentes principalmente de Santa Cruz, Bolivia", agregó el titular de DEVIDA.

El funcionario afirmó que espera que el Congreso realice en marzo el debate y aprobación de un proyecto de ley que permita la interceptación de avionetas que transportan droga, cumpliendo con todos los protocolos internacionales para estas actividades.

Según Otárola, el plan es interceptar las avionetas y disponer de todas las maniobras que establecen los protocolos para que aterricen y luego intervenirlas en tierra. "La interceptación en pleno vuelo es el último recurso al que esperamos no apelar si es que se produce este marco normativo y la intervención del Estado en este tema", añadió.

El experto antidrogas aseguró que el proyecto de ley tiene el visto bueno del Gobierno y de todas las bancadas partidarias en el Congreso.

El tráfico de estupefacientes con avionetas se ha intensificado en los últimos años por la construcción de decenas de pistas clandestinas en la tupida vegetación de la zona del VRAEM, por parte de narcotraficantes que consiguen el apoyo de muchos campesinos pobres que cultivan hoja de coca.

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Metas de erradicación

Otárola señaló que para poner en práctica la zona de exclusión aérea el Gobierno comenzará este año a instalar radares. El primero será colocado en la ciudad de Puerto Maldonado, en la región de Madre de Dios que es fronteriza con Bolivia y Brasil.

"Ese radar nos va ayudar hacer una georreferenciación de los vuelos que vienen de Bolivia. Es más, ya tenemos plenamente identificados la ruta de estos vuelos, por dónde van, dónde ingresan y dónde salen", detalló el funcionario.

El gobierno peruano ha emprendido una ofensiva contra el narcotráfico y planea erradicar este año unas 35.000 hectáreas de cultivo ilegal de hoja de coca, informó Otárola, quien no precisó si la destrucción de la planta alcanzaría al VRAEM. La meta supera las 31.200 hectáreas erradicadas en 2014, y que evitaron la producción de 240 toneladas de cocaína, agregó.

Mientras la Policía destruye áreas de cultivo ilegal, los narcos que actúan en alianza con los remanentes del grupo rebelde Sendero Luminoso logran sembrar en nuevas zonas.

De acuerdo a las últimas cifras de la ONU difundidas a mediados del año pasado, Perú registró hasta fines de 2013 unas 49.800 hectáreas de cultivo de hoja de coca. Y nueve de cada 10 hectáreas son utilizadas para elaborar cocaína.


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