desde que el Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) inició su ataque en septiembre contra la ciudad kurda de Kobane, ubicada en el norte de Siria.
"Al menos 1.013 personas murieron en los combates en Ain al Arab (nombre árabe de Kobane) desde el comienzo de la ofensiva", el 16 de septiembre, indicó el domingo Rami Abdel Rahman, director del Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).
Kobane, que se ha convertido en símbolo de lucha contra el Estado Islámico, se encuentra defendida por milicias kurdas, apoyadas por peshmergas llegados de Irak y rebeldes sirios, enemigos tanto del régimen del presidente Bashar al Assad como de los yihadistas.
Según informa la OSDH, con sede en Gran Bretaña y con una amplia red de informantes en Siria, en la batalla por Kobane murieron 609 yihadistas, 363 miembros de las Fuerzas Kurdas de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG) y 24 civiles.
Con el reciente anuncio de que tras un ataque el líder de ISIS, Abu Bakr al Baghdadi, había resultado herido o muerto, la coalición internacional espera con ansías cual será la reacción del grupo terrorista si pierde a su líder y principal figura.