La variación química es una de las estrategias a las que recurren los narcos que comercializan drogas de diseño para lograr nuevos productos que por su novedad no estén aún contempladas por la ley como sustancia prohibida.
Tal es el caso de la 25I-NBOMe, conocida como "Pandora" o "Bomba", que no fue registrada aún como prohibida en la Ley Antidrogas argentina. Sus efectos son similares a los del ácido lisérgico (LSD) y se comercializa en pequeñas piezas de papel recubiertas con la sustancia para ser consumidas de forma sublingual.
Pandora provoca alteración y aumento en las percepciones visuales, euforia, empatía, paranoia, ansiedad, miedo, taquicardia, entre otras. De acuerdo con algunos análisis internacionales, es diez veces más potente que el LSD.
Unas 25.000 dosis del estupefaciente fueron secuestradas en los allanamientos realizados en el país al desbaratarse la banda denominada "los narcouniversitarios" en junio pasado. También fueron secuestrados vehículos, dinero en efectivo, 25.000 dosis de ácido lisérgico y más de 20.000 pastillas de éxtasis. Integrado por una mayoría de individuos de nacionalidad colombiana, el grupo traía la droga al país desde España, según consignó hoy el diario Clarín.
Pandora fue sintetizada por primera vez en 2003 y en 2010 comenzó a utilizarse por sus efectos psicodélicos. El Programa Mundial de Vigilancia de Drogas Sintéticas de Naciones Unidas alertó por su presencia en los Estados Unidos en 2013.
Las autoridades de Chile, tras notar su expansión en el mercado, hicieron lo propio e instaron a que el estupefaciente sea incluido en la nómina de sustancias prohibidas en mayo del año pasado. Allí, se identificaron unas 33 variantes de 25I-NBOMe
En el país trasandino se registraron tres decesos vinculados al consumo de Pandora, mientras que una de las bandas desbaratadas tenía características similares a la que se detuvo en junio en la Argentina, ya que estaba integrada por individuos de nacionalidad colombiana que importaban la droga desde España.
A nivel local, antes de que cayera la banda de "narcouniversitarios", se habían secuestrado 12 dosis en Mar del Plata, en enero de este año. Por su novedad, aún no fue incluida entre la lista de sustancias prohibidas, cuya última adición fue la ketamina, en 2010.
Quienes venden este tipo de drogas llevan a cabo modificaciones químicas a las fórmulas de los estupefacientes de modo que no estén comprendidos dentro de esa nómina. Además de Pandora, la metilona es otro de estos casos: en un operativo realizado hace un año, se secuestraron grandes cantidades de esta droga, pero los apresados en la causa fueron puestos en libertad porque la sustancia no estaba incorporada en la ley.
En este sentido, el jefe del servicio de Toxicología del hospital Fernández señaló que ha crecido el consumo de este tipo de sustancias en los últimos años. "Las pequeñas variaciones químicas, que buscan eludir la ley, son tantas que a veces atendemos a jóvenes que presentan los mismos síntomas pero aseguran que consumieron cosas diferentes. Incluso muchos no tienen muy claro lo que tomaron", añadió.