Dos aviones de combate F-15 de Estados Unidos habían sido enviados a escoltar la avioneta que volaba desde Rochester, Nueva York, hacia Naples, Florida. Pero cuando llegaron al espacio aéreo cubano, se retiraron y dejaron ir al vehículo, que finalmente se estrelló en el océano al norte de Jamaica.
El mayor Basil Jarrett, del Ejército jamaiquino, dijo que cayó a unos 25 kilómetros al noreste de Puerto Antonio y comunicó el envío de aeronaves a investigar la zona. Y la FAA (Administración Federal de Aviación de EEUU) confirmó que era modelo Socata TBM-700, un avión monomotor de fabricación francesa que puede transportar como máximo siete ocupantes.
El accidente dejó por lo menos dos víctimas fatales. Un empresario del sector inmobiliario, Larry Glazer, y su esposa se encontraban a bordo de la avioneta, informó el vocero del legislador de Nueva York Joseph Morelle, citando a miembros de la familia.
Según esa fuente, Glazer era piloto, pero por el momento no se ha confirmado si estaba a cargo de los controles de la aeronave. En una nota oficial, los tres hijos adultos de Glazer afirmaron sentirse "devastados por la trágica y súbita pérdida de nuestros padres, Jane y Larry Glazer", de acuerdo con una red local de televisión.
Según la cadena CNN, cuando se estaban retirando, los militares estadounidenses pudieron ver cómo el piloto del vehículo "se desplomaba sobre el panel de control". Luego informaron que el vehículo estaba volando a 7.600 metros de altura y tenía las ventanas congeladas.
Expertos creen que los tripulantes sufrieron hipoxia (también conocida como "mal de la montaña") y eso generó la pérdida de contacto con las autoridades aéreas.
Ted Soliday, director ejecutivo del aeropuerto de Naples, contó a CNN que desconocía cuánta gente había a bordo y afirmó que se debe haberse quedado sin combustible. "Cinco horas es el máximo que puede aguantar ese modelo de avión", explicó.