Lo que los líderes pueden aprender del Papa Francisco

A poco de llegar a la silla de Pedro, el pontífice argentino llamó la atención por la rapidez con la cual se convirtió en un actor mundial. Un libro enumera algunas de las lecciones a extraer de su liderazgo

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Desde el primer momento, a los analistas del mundo les llamó la atención el estilo de conducción del Papa Francisco. A pocos días de su elección, el diario británico Financial Times titulaba, casi como una advertencia: "El Papa villero es un fino operador político" (Slum Pope is a Sharp political operator).

Semanas después, el diario Le Monde describía a Francisco como un "verdadero animal político" que se está "imponiendo en la escena mediática mundial", y el escritor italiano Umberto Eco lo llamaba "Papa del mundo de la globalización".

Y el clásico libro del ex jesuita y ex ejecutivo del JP Morgan, Chris Lowney, El liderazgo al estilo de los jesuitas, -anterior a la era Bergoglio- conocía un auténtico reverdecer.

Ahora, quien se vuelca al análisis del liderazgo papal es Jeffrey A. Krames, director editorial del sello Portfolio, la colección de textos de Negocios del Grupo Penguin, y el resultado es un libro titulado Lead with Humility: 12 Leadership Lessons from Pope Francis (en castellano: Liderar con el ejemplo: Doce lecciones de liderazgo del Papa Francisco), que la editorial V&R Editoras lanzará en español, en noviembre próximo.

El diario económico estadounidense The Wall Street Journal adelanta cuatro de estas doce lecciones que Krames extrae del liderazgo del papa Francisco, a quien, pese a no ser hombre de negocios, ve como modelo para el mundo empresarial.


1. Humildad

Es el primer rasgo que destaca el autor. "No hay que creérsela", diría Francisco, siempre afecto al lenguaje coloquial.

Lo que Krames rescata del Papa es que se ha colocado al mismo nivel de sus seguidores y que, además de subrayar que la humildad es una de las cualidades más importantes de un líder, Francisco es el primero en practicarla.

Para ejemplificar cómo puede esto trasladarse al mundo empresarial, Krames cita los casos de la ex presidenta ejecutiva de eBay Inc. Meg Whitman, ahora presidenta ejecutiva de Hewlett-Packard Co., y la ex presidenta ejecutiva de Travelocity Michelle Peluso, la actual directora de moda en línea del minorista Gilt Groupe Inc., que han abandonado sus oficinas para sentarse en cubículos comunes y corrientes, cerca de sus colaboradores.

2. Mente abierta

Krames rescata el hecho de que, manteniéndose fiel a sus verdades cristianas esenciales, el Papa Francisco es de una gran amplitud en su práctica caritativa. El servicio a la gente es lo primero. Para ilustrar este concepto señala que si bien pontífices anteriores han practicado la ceremonia de lavado de pies, Francisco es el primero que ha incluido en este rito a mujeres y a personas de otros credos.

Obviamente cita también el ya célebre "Si una persona es gay y quiere acercarse a la Iglesia, ¿quién soy yo para juzgarla?".

Para Krames, los buenos líderes tampoco deben prejuzgar ni hablar con altanería a sus seguidores, sino entablar con ellos un diálogo abierto. "Es importante, dice Francisco, no transmitir un monólogo al hablar con su gente y tomar en cuenta la naturaleza cambiante de nuestra cultura", escribe.

3. Evitar el inmovilismo y la burocracia

El papa Francisco ha dicho muchas veces que la Iglesia debe ser como un hospital de campaña, de puertas abiertas, con sus pastores ente la gente, atendiendo sus necesidades. Traducción: los líderes no pueden permanecer inactivos y sólo dictar órdenes desde el altar/escritorio.

"No quiere burócratas", escribe Krames. Los grandes empresarios dedican tiempo a conocer el mundo real, ése en el cual viven sus clientes. Además, descentralizan el proceso de toma de decisiones, evitan estar ellos mismos en todo y confían en que sus empleados harán bien su trabajo.

4. Aceptar los errores

A Krames –y a muchos como a él- le llamó la atención que el papa Francisco hiciera él mismo su propia confesión a la vista de todos, antes de escuchar las de los demás. Cree que con este gesto quiso mostrar que él también comete errores. Para Krames, la actitud que ha asumido respecto de los escándalos de abuso sexual de menores que enfrenta la Iglesia es indicio de que Francisco ha aprendido "que esquivar la adversidad raramente funciona".

"Obsesionarse con heridas del pasado no le ayudará en el futuro. Para ser líder de la magnitud del papa Francisco, uno debe reconocer que algunas veces flaqueará, y que los errores son aceptables siempre y cuando puedan aportar a futuros triunfos", escribe Krames.

Lo que dice el propio Francisco

Habrá que esperar la salida del libro de Krames para conocer los otros ocho principios, pero el propio Francisco ha dado consejos de liderazgo en público, si no a empresarios, sí a políticos y diplomáticos.

Por ejemplo, en una reunión con alcaldes italianos, les dijo: "A Cristo, dice el Evangelio, la multitud lo apretujaba tanto que casi no podía respirar. Así debe ser un intendente, con su gente, porque esto significa que el pueblo, como a Jesús, lo busca, porque él sabe responder. Les auguro esto. Cansancio, en medio de vuestro pueblo, y que la gente los busque porque sabe que ustedes responden bien".

En otra ocasión, hablando a los sacerdotes que asumirán funciones diplomáticas para la Santa Sede en sus más de 170 nunciaturas en el mundo, Francisco les recomendó tres cosas: conocer el pasado, analizar cuidadosamente el presente y actuar con prudencia.

Finalmente, en su primera Encíclica, Evangelii Gaudium, que es considerada su "programa de gobierno", el pontífice argentino "propone y desarrolla cuatro principios como ejes articuladores de todo el pensamiento y la acción en la tarea de construir poder", en palabras del padre Fabián Báez que los resumió así para Infobae, en una columna de opinión, de la que aquí extractamos lo esencial:

"El tiempo es superior al espacio": trabajar a largo plazo sin obsesionarse por resultados inmediatos, con convicciones claras y tenacidad pero sin ansiedad.

"La unidad prevalece sobre el conflicto": el dirigente político está llamado a la grandeza de animarse a ir más allá de la superficie conflictiva para buscar y desarrollar la comunión en las diferencias. La política debe encontrar los lazos que nos unen y hacer que sean más fuertes que las divisiones y diferencias.

"La realidad es más importante que la idea": el reino de la sola palabra, de la sola imagen, del solo discurso, acarrea el riesgo de cualquier tipo de totalitarismo. Es necesario estar en contacto real con "lo que está ahí", la gente, sus necesidades.

"El todo es superior a la parte": ampliar la mirada para no obsesionarse por cuestiones limitadas y particulares, encuadrarse en el bien mayor que beneficiará al conjunto.