El grupo estaba compuesto por unas 3.000 personas que irrumpieron en el edificio tras romper los cristales de puertas y ventanas.
Unos veinte jóvenes con barras de hierro rompieron una ventana para ingresar en el edificio, que no estaba vigilado por la policía, mientras la multitud esperaba afuera para entrar.
Los locales de los servicios de seguridad de esta ciudad de 465.000 habitantes, capital de la región del mismo nombre, ya estaban ocupados desde principios de abril.
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