formó parte ayer de lo que pareció una puesta en escena de
en momentos previos a la salida del equipo a la cancha de Racing: conscientes todos de que la cámara mostraría la tradicional arenga previa, se mostraron unidos y allí, en primer plano, la imagen del "Virrey" abrazado a
, el arquero a quien Pablo Ledesma acusó de señalar al DT por el mal momento del equipo.
Bianchi nunca está con los jugadores en la manga pero ayer, en medio de la escandalosa interna, estuvo. Y abrazado nada menos que a quien apuntaron como su principal crítico. Nada parece adrede y todo lo parece a la vez. Tal vez como ese curioso gesto de Bianchi tras dos de los tres victorias de Boca en el torneo: cuando enfrentó a la prensa, mantuvo por varios segundos su dedo anular sosteniendo sus anteojos, a diferencia del modo de acomodarse en otras oportunidades.
El gesto se dio luego de semanas de mucha presión para el grupo de futbolistas y el cuerpo técnicos por los malos resultados y el clima interno. ¿Casualidad o descarga ante los medios, a los que considera como el mal principal del fútbol argentino?