El testimonio de Guillermo Reinwick ante la Justicia complicó más a Amado Boudou en el caso Ciccone. La defensa del vicepresidente pidió la nulidad de esa declaración y además denunció por falso testimonio al yerno de Nicolás Ciccone, uno de los dueños de la fábrica de hacer billetes que declara en estos momentos ante el juez federal Ariel Lijo.
Infobae pudo reconstruir todo el testimonio de Reinwick a partir de diversos actores de la investigación judicial y abogados que intervienen en el caso.
Reinwick aseguró que intentó ayudar a su suegro cuando en julio de 2010 fue decretada la quiebra de Ciccone Calcográfica. Y que le pidió a su amigo Claudio Belocopitt, dueño de Swiss Medical, que lo contactara con Guillermo Moreno. El empresario habló con el entonces secretario de Comercio pero el contacto no rindió ningún fruto.
Por casualidad una tarde estaba en su casa con un vecino: Gabriel Bianco, ex director comercial de Telefé. Le dijo que conocía a "Budín" desde la infancia en Mar del Plata. Budín es Boudou. Ese día Boudou, que era ministro de Economía, visitó a Bianco.
Luego Reinwick le pidió a Bianco que hiciera un contacto con Boudou. Se realizó y en la primera reunión estuvieron Bianco, Reinwick, Nicolás Ciccone y José María Núñez Carmona, quien era presentado como un secretario de Boudou. Esa reunión tuvo lugar en el café que está en la planta baja del Hilton de Puerto Madero. Días después Bianco lo llamó a Reinwick y le explicó que Nicolás Ciccone podía encontrarse con Boudou en los estudios de Telefé. El ministro iba a concurrir al programa AM como invitado. Al estudio llegaron Reinwick y Nicolás Ciccone. Adentro estaban Boudou y Núñez Carmona. Ciccone y Boudou se saludaron. Hablaron unos segundos apenas. Reinwick no supo qué se dijeron. Boudou entró al programa y cuando terminó se fue. Bianco reunió a Núñez Carmona, Ciccone y Reinwick en el salón de directorio de Telefé. El socio y amigo de Boudou explicó en un pizarrón su idea. Decía que había que inyectarle fondos a la calcográfica. Y que él y Boudou tenían que quedarse con un paquete accionario. Le explicó además que los Ciccone debían cederles acciones a ellos. Cuando se le consultó a qué empresa le debían ceder las acciones, Núñez Carmona señaló que lo iban a saber más adelante.
Nicolás Ciccone le dijo a Núñez Carmona que él poseía el 50% de la empresa y que el resto era de su hermano Héctor -luego fallecido- y que tenía la intención de hacer una reunión donde estuvieran los dos. Hubo intercambios de celulares y quedaron en volver a verse.
Reinwick notó que en el viaje de regreso su suegro estaba contento. Durante el viaje llamó a su hermano y le dijo que habían cruzado dos palabras con Boudou y que el por entonces ministro de Economía le había dicho que hablara con Núñez Carmona que era como hablar con él. Reinwick señaló ante Lijo que él no escuchó esa frase de la boca de Boudou sino a través de lo que Nicolás Ciccone le contaba a su hermano. También relató el siguiente encuentro donde estuvieron Boudou, Núñez Carmona, Héctor y Nicolás Ciccone. Fue en el restaurant I Fresh Market de Puerto Madero. Reinwick supo del contenido de ese encuentro por los dichos de suegro. De éste escuchó que Boudou le reiteró que hablar con Núñez Carmona era como hablar con él y que tenía intención de solucionar el problema de la empresa debido a que tenían muchos trabajadores.
Reinwick dejó de interesarse en el asunto luego de esa reunión y se enteraba de las novedades por medio de su esposa. Ciccone cedió el 70% de la compañía. Contó que en algún momento apareció Alejandro Vandenbroele -director de The Old Fund, la empresa que se quedó con Ciccone- a quien describió como un empleado. Habló de la situación por la que pasó su amigo el empresario Federico Ribero. Fueron juntos a hacerse un chequeo (a mediados de 2011) y a Ribero le detectaron cáncer. Desde entonces no se pudo ocupar de casi nada más. Debido a la enfermedad, su amigo Ribero falleció en junio de este año.
Reinwick estaba en Punta del Este en febrero de 2012 y su amigo Belocopitt lo llamó para contarle sobre las declaraciones de Laura Muñoz, quien había dicho que Vandenbroele, su ex marido, era testaferro de Boudou. Dos días después del estallido del escándalo, lo llamó Núñez Carmona quien le dijo que tenía que ir a Buenos Aires porque se tenía que reunir la familia Ciccone y él debía estar. Le sugirió Núñez Carmona que hablara con su suegro y el socio de Boudou le dijo que si no aparecía lo iban a ir a buscar. Su suegro le pidió que fuera y así lo hizo.
Relató una reunión del clan Ciccone en su casa junto a Núñez Carmona. Siempre según Reinwick, el socio de Boudou dijo que era un emisario del gobierno y que debía ser el yerno de Nicolás Ciccone quien debía hacerse cargo de la situación.
Ante la negativa de Ciccone, Núñez Carmona subió el tono de voz e incluso se puso de pie. Fue entonces cuando el socio del vicepresidente habló de los cinco hijos que tiene Reinwick, y explicó que debía hacerse cargo de la situación porque si no uno de ellos corría el riesgo de ser quemado. Reinwick admitió que esa frase lo asustó pero no lo hizo sentirse amenazado.
Una vez que regresó a Punta del Este, a los dos o tres días, lo volvió a llamar Núñez Carmona. Le pidió hablar con tranquilidad. Reinwick se negó y el amigo de Boudou le dijo que estaba cerca de su casa en Punta del Este. Lo citó en un bar y se reunieron. En ese encuentro Núñez Carmona le preguntó si había entendido cómo era la situación. Debía decir que la empresa Ciccone era suya. Ante la negativa de Reinwick, Núñez Carmona insistió. Habló de órdenes de arriba de que no debía quitarle el culo a la jeringa (evitar responsabilidades) y que si no lo hacía iba a ir preso. Lo amenazó a los gritos con enviarle a la AFIP, con un estilo poco amable. En buen romance le pidió que guardara el secreto de esa charla amigable: le ordenó cerrar el orto. Dejó pasar unos días y volvió a Buenos Aires. Le dijo a su suegro que no se iba a hacer cargo de la empresa.
Un par de días después lo llamaron de un programa de radio para preguntarle por la solicitada que había firmado. En calzoncillos fue a comprar los diarios. No sabía nada de tal solicitada.
Negó haber firmado la solicitada publicada en algunos diarios donde aparecía como el dueño de The Old Fund y que había contratado a Vandenbroele. Luego de la solicitada fue insultado por su cuñada Olga Ciccone y después habló con Lorena, su mujer, quien le dijo que su padre lo acusaba de ser un hijo de puta y, además, de robarse la empresa familiar. Su suegro también lo acusaba de robarse la empresa y prometió meterlo preso. Luego hubo otra reunión familiar en el country Mayling donde entendieron la situación.
Corría marzo de 2012 y Núñez Carmona volvió a llamarlo por teléfono. Se citaron en I Fresh Market. Le volvió a pedir que se callara la boca ya que se estaba corriendo el rumor de que Reinwick no era el dueño de lo que ellos estaban armando. El socio de Boudou le advirtió que si no entendía se lo iban a hacer entender. En esa ocasión lo amenazaron con enviarle a la AFIP y meterse con sus hijos. En la Semana Santa del 2012 Reinwick fue a San Nicolás y cuando estaba allí nuevamente lo llamó Núñez Carmona y lo invitó a que un rato más tarde encendiera la radio o la televisión. Le quería demostrar el poder que tenían "ellos". Ese día Boudou hizo un soliloquio en el Senado donde describió una conspiración judicial mediática empresarial en su contra. Luego de eso, recordó Reinwick, Núñez Carmona lo llamó en reiteradas ocasiones para decirle que tenía que firmar los papeles. Rememoró otro llamado. Núñez Carmona le dijo que estaba en la puerta del Patio Bullrich, y le pidió que saliera a la puerta del shopping. Reinwick subió a la lujosa camioneta de Núñez Carmona y le reprendió que estaba hablando mucho y que debía firmar unos papeles para darle marco legal a lo que se había publicado en la solicitada. El socio de Boudou le recordó que producto de las influencias de su sector de poder habían desplazado al juez y al fiscal de la causa, Daniel Rafecas y Carlos Rívolo; y también al Procurador General de la Nación, Esteban Righi. Le advirtió que lo iban a acusar de administración fraudulenta. Un poeta, Núñez Carmona, siempre hacía referencias a jeringas y culos. Su mujer y su amigo Belocopitt le sugirieron que no firmara nada. Pero Reinwick quería hacerlo para terminar con el asunto. A la primera reunión no fue.
Luego de una nueva amenaza telefónica de Núñez Carmona fue a un estudio de abogados. Allí estaban Vandenbroele y un escribano. Ante la ausencia de Núñez Carmona, Vandenbroele lo comunicó con el amigo de Boudou. Lo conminó a que firmara porque en caso contrario no podría salir del lugar donde estaba. Asegura Reinwick no haber visto lo que firmó y que no le permitieron quedarse con copias de lo firmado. Dijo que luego de eso no tuvo más novedades. Cuando su nombre comenzó a aparecer en los medios se comunicó con Carlos Vela, quien se presentó como abogado en el expediente judicial. Luego de esa presentación del abogado Núñez Carmona lo volvió a llamar. Estaba enojado, recuerda Reinwick. Nuevamente a Puerto Madero, pero como había mucha gente en el bar donde habían acordado que se iban a encontrar, subió al departamento de Núñez Carmona en el edificio River View. Allí estaba Núñez Carmona quien vestía short y estaba descalzo. Tomaba –se acuerda Reinwick- una gaseosa Fanta naranja del pico. Le ofreció un café. Y le dijo que el haber presentado un abogado en la causa era una muestra de que seguía sin entender la situación. Que debía pedir permiso para hacer algo así. Y le volvió a decir que lo iban a meter preso. Y que en la celda lo iba a acompañar su abogado. Contó que una noche lo persiguieron cuatro motos que lo asustaron mucho. Núñez Carmona lo volvió a llamar cuando su abogado había sacado fotocopias de la presentación que había hecho Vandenbroele en el juzgado de Lijo.
Núñez Carmona le exigió que las devolviera porque su abogado no podía tener copias de la causa.
Reinwick tuvo otro encuentro con Núñez Carmona. Fue en un barco amarrado en San Isidro. El socio de Boudou le expresó que había una sensación flotando en el aire: que él quería voltear al vicepresidente. Núñez Carmona explicó entonces que ni Boudou ni él tenían hijos, no tenían nada (que perder) y que le daba dos días para que le devolviera las copias del expediente que se había llevado el abogado Vela.
Fue entonces que Núñez Carmona le dijo que iba a ir a su casa de Pacheco y le iba a meter un tiro a uno de sus hijos. Le advirtió que si tocaba al vicepresidente le iba a matar un hijo.
Reinwick fue contundente al mencionar que el 70% de Ciccone Calcográfica es de Núñez Carmona, y que el socio de Boudou manejaba todo en nombre del vicepresidente. Declara que en las negociaciones nunca apareció un inversor privado. Y describió a Vandenbroele como un muñeco, un empleado. Aseguró que a su suegro le hicieron creer que detrás de los marplatenses había capital de una empresa internacional, tal vez de Suiza o Alemania. Estas empresas, señaló Reinwick, jamás aparecieron y fueron ellos mismos, Boudou y Núñez Carmona, los inversionistas y los que se robaron Ciccone.
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