Los trastornos de ansiedad -como las fobias o el trastorno obsesivo-compulsivo- y los trastornos del estado del ánimo -como la depresión o la bipolaridad- constituyen dos grupos de problemas psicológicos y psiquiátricos que suelen presentarse en forma conjunta.
Cuando la ansiedad y la depresión están presentes la situación de quien los padece y su tratamiento puede dificultarse.
Se estima que entre el 9.9 % y el 12.4 % de los pacientes con trastorno bipolar presentarán un trastorno obsesivo-compulsivo asociado (TOC). Si se toma en cuenta que en la población general la prevalencia del TOC puede llegar hasta el 2.5 %, puede observarse que su presencia en pacientes con trastorno bipolar es mucho más elevada todavía.
"Quienes sufren de un trastorno bipolar y de una patología obsesivo-compulsiva empiezan a padecer la enfermedad bipolar a edades más tempranas, necesitan y buscan tratamiento de manera precoz", explicó Rafael Kichic, jefe de la Clínica de Ansiedad y Estrés de INECO.
El especialista sostuvo que estas personas pueden llegar a sufrir una mayor cantidad de depresiones cuando se los compara con aquellos diagnosticados con trastorno bipolar sin TOC.
El TOC es frecuente en personas con bipolaridad y su coexistencia parece complicar el cuadro clínico. Y si de un caso paradigmático de bipolaridad hay que hablar por estos días, es el de la actriz Catherine Zeta Jones, quien por estos días acaba de ser dada de alta por un desorden bipolar que tiene diagnosticado desde hace 20 años.
Esta es la segunda vez que se tiene noticias de que la intérprete es tratada de este problema. Fue en 2011 cuando se informó que la esposa de Michael Douglas se encontraba en un hospital de Los Ángeles tras sufrir una crisis de trastorno bipolar II, una forma más leve de la enfermedad que se caracteriza por cambios de humor afilados y comportamiento errático.
Zeta Jones, de 43 años, se sometió a tratamiento la primera vez, por el estrés que le supuso lidiar con el tratamiento del cáncer de garganta de su esposo, según había informado su vocero.
Pero en esta segunda ocasión, no se dio ninguna razón específica para justificar su hospitalización.
La primera alarma de que algo sucedía con la actriz saltó a principios de abril, cuando no acompañó a su esposo a la cena de corresponsales de la Casa Blanca presidida por Barack Obama.
Y las malas lenguas aseguran que el trastorno de bipolaridad sería una de las razones que argumentó Douglas para querer divorciarse de la actriz.