A través de un comunicado, la institución académica informó que la autora de esta tesis, la forense María Ibáñez del Instituto de Medicina Legal de Badajoz, revisó la utilización de este tóxico a lo largo de la historia.
Y llegó a la conclusión de que se trata de un veneno que fue responsable de un gran número de crímenes sin resolver. "El arsénico se convirtió, tristemente, en el método ideal para eliminar al contrincante sin levantar sospecha alguna", señaló la investigadora.
A lo largo del siglo XIX, por necesidad de los tribunales de justicia, hubo un gran número de experimentaciones y estudios para desarrollar técnicas que permitieran detectarlo de manera efectiva en los intoxicados. Así se impulsó una de las ciencias de mayor importancia en el auxilio del Derecho.
Según explica Ibáñez, el análisis de cabellos sigue siendo considerado uno de los métodos más fiables para la detección de metales pesados.
El número de intoxicaciones y envenenamientos por arsénico se redujo considerablemente en los países desarrollados. Pero, advirtió la especialista, el consumo de agua de pozo, con altas concentraciones de esa sustancia presente en el suelo, supone un problema sanitario grave en algunos países del tercer mundo.