París disfruta de una muestra de Monet

Ayer, el Grand Palais inauguró una exhibición sobre la basta obra del pintor impresionista. Un proyecto destinado a sensibilizar, suscitar la curiosidad y provocar el encuentro con el arte del gran maestro de la luz

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Por segunda vez en 30 años, el Grand Palais de París se rinde ante uno de los mayores pintores franceses, el impresionista Claude Monet (1840-1926), al que dedica una retrospectiva global de su obra.

Sobriamente titulada "Claude Monet (1840-1926)", la nueva gran exhibición otoñal fue pensada para suscitar "sorpresa", "reflexión" y "deleite" en el visitante, mediante varios hilos conductores, ante todo temáticos y en segundo plano cronológico, subrayaron sus promotores.

"Aproximaciones poco habituales y asociaciones inéditas" de los casi 200 óleos reunidos aspiran igualmente, según sus comisarios, a "renovar el enfoque" actual sobre el gran maestro de la atmósfera y de la luz, Monet.

Deliberadamente quedaron fuera de la muestra sus obras sobre papel, dibujos y pasteles, precisaron a Efe dos de sus comisarios, Anne Roquebert y Sylvie Patry, que hicieron asimismo especial hincapié en la importancia y la generosidad de los préstamos concedidos, procedentes de los Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Bélgica y España, entre otros países.

La trama de la exposición se despliega en varios hilos conductores en torno a una fecha clave, el año 1890, cuando Monet, a los 50 años, compra la casa de Giverny, donde reside desde 1883.

Es un momento en el que el artista todavía no ha vendido ninguna obra al Estado francés, pero es ya ensalzado por las críticas nacional e internacional, y considerado uno de los principales pintores de paisajes del país.

La época es clave y en ella Monet inauguró su práctica pictórica de las series, sus celebérrimos motivos análogos captados en diferentes momentos, a los que "llevan" las primeras salas de la muestra, mientras que las demás toman ese mismo año de 1890 como punto de partida, subrayó Thomson.

El Bosque de Fontainebleau y las Marinas de Normandía pintadas en sus inicios, Argenteuil, París, y también Vétheuil, pequeña localidad rural donde Monet se instaló en 1878, la isla bretona de Belle-île-en-Mer (1886), pero también el Mediterráneo, captado entre 1884 y 1888, así como figuras, retratos y naturalezas muertas componen el grueso de la primera parte de la exhibición.

A partir de 1890 dominan las series de "Meules" (Pajares de heno), "Peupliers" (Álamos) o "Catedrales", con la entrada de Monet en el estudio del cambio constante y la repetición, para retornar a ciertos motivos del pasado, al rondar los 60 años, y pintar sus magistrales brumas londinenses sobre el Tamésis, descubrir "al fin" Venecia, en 1908, o crear sus últimos "Nenúfares".

Un sinfín de publicaciones, libros, porcelanas decoradas al estilo de Monet y otros pequeños objetos relacionados con la obra impresionista esperan al visitante al final de su recorrido por el Grand Palais.

Para los amantes de Monet de la "generación digital", la Reunión Nacional de Museos Franceses ideó un conjunto de manifestaciones accesibles por internet, en la página web www.monet2010.com.

Conferencias, encuentros y mesas redondas sobre el artista, sus lugares de residencia que tan incansablemente pintó, sus viajes, sus paisajes favoritos, sus fuentes de inspiración, su correspondencia con otras celebridades, así como proyecciones sobre algunos aspectos de su arte y de su vida, o sobre el movimiento impresionista completarán la muestra.