. Cada fecha del Clausura que pasa es un sufrimiento. Sólo se espera no perder por escándalo. Algunos simpatizantes ya empiezan a tener la actitud entre sufriente y resignada que carateriza a los de Racing, exorcistas permanentes del "
".
Esta podría ser una nota de un cronista especializado en deporte que cuente un nuevo capítulo penoso del club que alguna vez fue "millonario" y que hoy no puede pagar ni la
. Pero vale también la impresión de un hincha que por momentos maldice su suerte riverplatense y envidia las felicidades ajenas y hasta las desgracias de sus primos, los de Boca, que tienen una crisis por no saber qué hacer con
y
. El domingo que viene, a las 21.15, River tiene que jugar con Lanús de visitante y lo único seguro es que no hay nada seguro.
-salvo honrosas excepciones-
River no tiene, ni cerca, un jugador del calibre de Sebastián Blanco -un número 10 clásico y de una categoría por encima de la media- y a Santiago Salcedo la criminal gestión de Aguilar lo trocó por el inefable "gordo" Fabbiani, que se fue sin gloria y sólo con penas (para los hinchas de River).
Aguilar fue una maldición bíblica para el club, pero parece que su sucesor, Daniel Passarella, todavía no pudo encontrar un camino distinto. Las decisiones personales y exclusivas que tomó quien fuera "
" sólo hicieron que todo empeorara. El partido con Boca por los puntos (y no la mentirita del verano) desnudó lo que es el plantel:
.
Passarella trajó a Gustavo Canales, Alexis Ferrero, Juan Manuel Díaz y Rodrígo Rojas como los "refuerzos" posibles ante la miseria. Jugadores respetables, pero muy lejos del nivel necesario para llevar con algo de seriedad la camiseta que supieron vestir un tipo como Enzo Francescoli o el mismo Passarella. Con esas contrataciones, Daniel pareció no respetarse ni a sí mismo.
Pero más allá de las cuestiones de corto plazo y de las penurias que River tiene que enfrentar el domingo con semejante plantel, el verdadero drama lo tiene el club en el mediano plazo. Las fechas pasan, la temporada se acaba y se acerca el momento en que la tabla de promedios lo tendrá en la última posición sin contar a los equipos que suban desde el Nacional B.
"Chau Riber", decía la bandera que los hinchas de Boca colgaron en el Superclásico. No era una exageración:
, es decir, en casi tres años completos. Técnicamente, estará en zona de Promoción. Pero, por ejemplo, si alguno de los que ascienda gana en el debut, River encarará la segunda fecha del Apertura en descenso directo.
Si se queda -hoy está en Promoción-, Central sería el rival más cercano en la tabla, 5 arriba. Lo preocupante es que, con los números de hoy, al equipo rosarino River le lleva 20 puntos.
Algo similar ocurre con Gimnasia: iniciaría la próxima temporada 7 puntos arriba de los de Núñez, cuando hoy están 23 abajo?
Tan sencillo de explicar como que se borrarán los porotos del último título obtenido por el club para empezar a contar los de estas últimas humillantes campañas, desde el campeonato en que terminó en el fondo -con Diego Simeone- hasta los torneos de Leonardo Astrada.