Para qué sirve la "Máquina de Dios"

El Gran Colisionador de Hadrones pudo hoy recrear los momentos posteriores al Big Bang. Pero ¿cuál es la utilidad de las conclusiones que se obtengan?

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 AP 162
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El Gran Colisionador de Hadrones (LCH), conocido públicamente como la "Máquina de Dios", fue puesta en funcionamiento por primera vez en septiembre de 2008, tras cerca de 20 años de construcción y más de 6.000 millones de dólares.

La intención principal era conocer cómo fue el Big Bang y recrear los momentos inmediatamente posteriores. Para ello, científicos de todo el mundo agrupados en la Organización Europea de Física Nuclear (CERN) diseñaron un túnel circular de 27 kilómetros, a 100 metros bajo tierra entre Francia y Suiza, en las cercanías de Ginebra.

Esta súper máquina "puede recrear la condiciones más primordiales y más energéticas que, se piensa, hubo en el Universo embrionario. El LCH, en particular, permite recrear el Universo cuando tenía apenas una millonésima de millonésima de segundo", explicó Alejandro Gangui, físico y divulgador científico.

El especialista agregó que el LCH tiene como función hacer colisionar ("con energías nunca imaginadas", dijo) protones de tipo hadrón, como los que forman parte de los átomos del cuerpo humano, que son haces de partículas "relativamente pesadas".

A partir de esos choques se podrá producir "una lluvia de nuevas partículas de energía extremadamente alta", señaló Gangui. "Entre ellas quizás se encuentren algunas cuya existencia aún no ha sido comprobada como, por ejemplo, la tan buscada 'partícula o bosón de Higgs'", añadió, según publicó ante el anuncio de puesta en marcha de la máquina el diario Clarín.

El bosón de Higgs es también conocido como la "partícula divina de Dios", porque se halla en el origen de la masa de las partículas. Es decir, en el origen de todo lo conocido.

Esto significa que ciertas nociones que sólo se establecieron de manera teórica ahora podrían comprobarse empíricamente, a partir de la recreación del nacimiento del Universo, evento conocido como Big Bang. Y se esperan cambios trascendentales en la física moderna.

La historia detrás del invento
La idea de estudiar el choque de protones como inicio de todo nació en la década del 30. Sobre estas bases teóricas se construyeron los sucesivos aceleradores a partir de los años 50.

Hasta el nacimiento de este Gran Colisionador de Hadrones, el mayor de estos aparatos se encontraba en los Estados Unidos. Con el nombre de Fermilab, aún funciona en Chicago.

Finalmente, la colisión
Esta mañana se logró la ansiada colisión, luego de dos intentos fallidos anteriores y otras dos fallas acaecidas a lo largo de la madrugada.

Los científicos se mostraron entusiasmados con los resultados, aunque señalaron que las conclusiones recién estarán listas en algunos meses.