El terrible accidente que hizo temer lo peor en la F1

Lo protagonizó el polaco Robert Kubica en el Gran Premio de Canadá. Pese a que su coche perdió tres ruedas por la velocidad del impacto, el piloto salió ileso. Por qué se salvó

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El polaco Robert Kubica (BMW Sauber) sufrió un violento accidente durante el Gran Premio de Canadá y pese a ello no padeció lesión alguna, por lo que será dado de alta en las próximas horas.

Pese a la violencia del accidente, Kubica sólo sufrió un fuerte golpe en un tobillo gracias, sobre todo, a la rigidez y dureza del habitáculo en el que se acomoda el piloto.

En contra de los primeros informes, que apuntaban a una fractura en la pierna derecha, Kubica salió ileso del grave accidente sufrido en el Gran Premio de Canadá, correspondiente a la sexta fecha del campeonato de Fórmula Uno.

Según informó el equipo en un comunicado de ayer, Kubica abandonará hoy mismo el hospital Sacre Coeur de Montreal, en donde fue ingresado tras su accidente para someterse a diversas pruebas médicas.

Sin embargo, su participación en el Gran Premio de Estados Unidos, que se disputa el próximo fin de semana en Indianápolis, aún está en duda. Robert Kubica se salvó milagrosamente tras sufrir un violentísimo accidente en la vuelta 27.

En la curva 9 el polaco se tocó ligeramente con el Toyota del italiano Jarno Trulli, se salió de la pista, impactó con el lado derecho contra el muro, salió despedido hacia la pista, que cruzó dando vueltas de campana, y, ya con el coche desintegrado, acabó chocando de nuevo contra el muro del lado opuesto.

El piloto fue atendido primero en la pista, luego en el centro médico del circuito y posteriormente trasladado en helicóptero al hospital Sacre Coeur de Montreal, a donde llegó consciente y estable, para someterse a más pruebas.

Lo que lo salvó de la muerte
El habitáculo en que se encuentra el piloto es una célula de supervivencia fabricada en fibra de carbono y prácticamente indestructible.

El coche del único polaco que llegó a la Fórmula Uno quedó prácticamente desintegrado, a excepción del habitáculo, cuyas doce capas alternas de fibra de carbono y aluminio protegieron la integridad del piloto.

Además, el piloto está sujeto al asiento con un arnés de seis puntos de anclaje que impide que el piloto se desplace. Y sobre él está colocado un arco de seguridad que protege su cabeza en el caso, como sucedió ayer, de que el coche acabe boca abajo.

Otro de los aspectos a los que el piloto de Cracovia estará eternamente agradecido es el HANS (head and neck support/sujeción de cabeza y cuello), un dispositivo que impide violentas sacudidas en la cabeza que puedan afectar a las vértebras cervicales.

El circuito Gilles Vileneuve de Montreal tuvo otros accidentes de gravedad, aunque sólo uno acabó con la vida del piloto. Fue el 13 de junio de 1982. El italiano Riccardo Paletti, al volante de un Osella, se mató al chocar a 180 kms/h contra la parte trasera del Ferrari del francés Didier Pironi en la misma salida del gran premio.

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