El árbitro italiano Pierluigi Collina, uno de los más famosos del mundo, dirigirá el sábado su último encuentro de su carrera internacional. Collina, célebre por su imagen de cabeza rapada y ojos azul claro, cumplió el pasado 13 de febrero, 45 años, que es el límite para la carrera de los árbitros.
Nacido en Viareggio (Italia) y formado como consultor financiero en la Universidad de Bolonia, tiene en su currículum cuatro históricas finales: la de los Juegos Olímpicos de Atlanta (1996), la del Mundial de Francia (1998), la de la Eurocopa de Bélgica y Holanda (2000) y la del Mundial de Corea y Japón (2002).
Collina inició su carrera arbitral en 1977 y en 1995 llegó su promoción a la categoría internacional del arbitraje.
Su primer partido entre selecciones lo dirigió en 1996, entre las de Alemania y Armenia y desde entonces arbitró grandes eventos, como la final de la Liga de Campeones de 1999, entre el Bayern Munich y el Manchester United, y la de la Copa de la UEFA de 2004, entre el Valencia y el Olympique de Marsella.
En Italia, Collina podrá continuar su labor arbitral hasta finales del presente año.